La Etica Del Docente En La Evaluación

La evaluación desde el punto de vista constructivista, está enfocada en la transformación del conocimiento humano, donde el conocimiento del alumno con lo que enseña el docente van en consonancia con la realidad del protagonista educativo, de esta forma de optimiza el proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, Mario Segura Castillo, en sus aportes sobre el proceso de evaluación en las instituciones públicas de Santo Domingo, señala que “los reglamentos de evaluación limitan el poder creativo del docente por lo definidas que están en ellos las exigencias normativas en medición y evaluación”.

Algo similar ocurre con las normativas de evaluación en Venezuela, ciertamente se está buscando la forma de abandonar un proceso educativo conductista para poner en funcionamiento un aprendizaje constructivista que permita a los estudiantes desarrollar su potencial creativo, crítico entre otros aspectos; pero, ¿Hasta dónde las normativas permiten que el aprendizaje sea constructivista cuando el proceso de evaluación ya está predispuesto de una forma conductual?.

Ciertamente, el docente debe ser creativo al momento de impartir los conocimientos, de generar en los estudiantes el aprendizaje esperado, pero al momento de evaluar los ambientes cambian, la evaluación de por sí evidencia los criterios que deben ser tomados en cuenta, la modalidad y los parámetros a aplicar, los cuales son reflejados en un boletín informativo con literales de la A hasta la E, cada uno con sus leyendas (en el caso de la primaria), en el caso de la educación secundaria abordan la forma cualitativa y cuantitativa con escala numérica del 1 al 20 y en la universitaria con escala numérica según las políticas de la respectiva casa de estudio.

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