La Evaluación En La Reforma Integral De Educción Básica

¿Cómo saber si el esfuerzo que como maestros realizamos día a día ha valido la pena?, ¿Cómo saber si nuestros alumnos realmente son competentes para enfrentar los retos que se le presentaran a lo largo de sus vida? Para lograr el objetivo de la educación es necesario evaluar los aprendizajes que el niño ha adquirido a lo largo del proceso, para lo cual podemos recurrir a la evaluación diagnóstica formativa y sumativa, en diferentes momentos.

La evaluación diagnóstica, como su nombre lo indica, servirá para demostrar lo que el niño sabe, se lleva a cabo al principio del proceso de aprendizaje y elaborar un registro nos permite comparar los aprendizajes antes y después de nuestra intervención docente.

En el caso de la evaluación formativa es necesario ser más cautelosos, ya que se realiza a lo largo del proceso, por medio de diversos recursos como rúbricas, preguntas orales, cuestionarios y diversos tipos de textos. Pero son las actitudes que el niño adquiere las que demuestran los avances en su aprendizaje a lo largo de cualquier proyecto.

Para finalizar el proceso de enseñanza se lleva a cabo la evaluación sumativa, culminando con una cuantificación del aprendizaje de cada pequeño, dotándolo de cierto número que sirve de indicador del nivel de conocimientos y habilidades logrados por el estudiante.

Pero la evaluación también sirve como el reflejo de lo bien que está o no haciendo su trabajo el maestro. Si se es realmente consciente y valorativo en cuestiones críticas, el maestro aprenderá a localizar sus áreas de oportunidad y dar una nueva forma a su forma de enseñar para lograr mejores resultados.

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