La Formación Vocacional Y La Familia

La educación Vocacional y la Familia

La familia contribuye mucho más que la escuela o el ambiente extrafamiliar a la creación de actitudes radicales en los hijos. Estas actitudes profundas ante la vida pueden ser decisivas a la hora de adoptar una postura ante el futuro.

Nadie está más próximo a los hijos que los padres, tanto física como espiritualmente. La intimidad compartida, propia del ambiente familiar, es fundamental para conocer a los hijos como personas y para esperar de ellos lo que les permite “ser más personas” o “crecer como personas”.

Estas y otras características permiten afirmar que “las fases detalladas de una buena educación vocacional se insertan naturalmente en el marco familiar: La atención a los progresos del niño y a sus dificultades, la formación transmitidas por los padres a lo largo de las actividades cotidianas, las relaciones interindividuales, etc., pertenecen a la estructura familiar. Concediendo una atención especial a estos aspectos cotidianos de la existencia, será posible mejorar la resolución de la elección de un futuro.

FACTORES DEL AMBIENTE FAMILIAR QUE INFLUYEN EN LA ELECCIÓN PROFESIONAL

El ambiente familiar es una realidad muy compleja en la que inciden factores muy diversos. Entre ellos cabe destacar el nivel económico de la familia, el ambiente cultural que se respira en ella, las relaciones entre sus diferentes miembros la situación ordinal de los hijos. Existe también un factor que podría denominarse “clima o atmósfera general del hogar”.

Este clima característico de cada familia, que expresa su originalidad, suele conocerse también como “estilo familiar”. El estilo surge por el modo de pronunciarse ante distintos aspectos de la vida en común que son ambivalentes. En la medida en que cada familia opta por una u otra dimensión o está centrada más en una de las dos, configura una “personalidad familiar”.

El “estilo familiar”, por tanto, está en función de la actitud de los padres ante los diferentes valores. Esta actitud suele expresarse, a su vez, en los objetivos educativos (formales o informales) que persigue cada familia.

Se comprende entonces que las preferencias y opciones de cada familia tengan, con frecuencia, consecuencias para el futuro profesional de los hijos. Ver ej. Una familia que e......

El nivel económico de una familia no debe verse como determinante del futuro profesional de los hijos. Existen muchos casos en los que éstos consiguen realizar su vocación profesional a pesar de los inconvenientes derivados tanto de un nivel económico bajo como de un nivel económico alto. Ello es posible, en unos casos, por el “buen sentido” o “sabiduría” de los padres y, en otro, por la fidelidad o lealtad de los hijos a su vocación.

Sin embargo, la situación económica condiciona siempre, de algún modo, la decisión de los hijos y entraña posibilidades y riesgos. Ver ej. Cuando el nivel económico..

El nivel cultural de los padres coincide con bastante frecuencia con el nivel económico, aunque no siempre. El nivel económico y cultural de los padres suele influir bastante en la valoración de la capacidad de los hijos por parte.

No es suficiente, sin embargo, que los padres sean personas cultas. Es preciso que fomenten la “cultura familiar”, es decir, que creen un clima de interés por la cultura y que pongan los medios necesarios para que exista una cultura compartida entre padres e hijos. No basta leer, o estudiar, o tener una afición por la música o el teatro. Es conveniente además, de vez en cuando leer, estudiar, escuchar música o presenciar una obra de teatro con los hijos. El desarrollo de las actitudes culturales en la familia está estrechamente ligado al clima de intimidad y convivencia profunda propio de dicho ámbito.

La situación ordinal de los hijos dentro de la familia.....................

Él puesto que ocupa cada hijo dentro de la relación de hermanos suele influir en los proyectos y tipo de educación que sus padres elaboran para él: mayor o menor aspiración profesional; mayor o menor nivel de exigencia; mayor o menor grado de preparación.

Pero, los padres pueden evitar muchos de estos riesgos si conocen de antemano la naturaleza del problema. Pueden también aprovechar mejor las posibilidades que cada puesto en la familia influencia de las actitudes

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