La Gestión Pública, Su Innovación Camino A Un Gobierno Abierto
Enviado por Fguzman03 • 20 de Marzo de 2015 • 1.718 Palabras (7 Páginas) • 321 Visitas
La Gestión Pública, su innovación camino a un Gobierno abierto
Lic. Freddy Guzmán Jiménez
Hay un término que recientemente suele usarse en el ámbito público y privado con suma facilidad, me refiero a la innovación y propiamente en la gestión pública, dicho término se ha llegado a considerar como el sostén de los múltiples intentos por reavivar y fortalecer el rol de los Gobiernos y las Administraciones Públicas, para muchos es la solución de los complejos escenarios de los que está plagado el actual contexto histórico. Por ello será, en el desarrollo de este tema, un factor muy importante para analizar la relación existente entre innovación y el cada vez más antiguo modelo de la Nueva Gestión Pública para luego, intentar debatir acerca de las supuestas ventajas y potencialidades del concepto de Gobierno Abierto, término que para Álvaro V. Ramírez-Alujas, no es nada nuevo, no obstante, servirá para tratar de establecer un enfoque de cambio y reforma en el sector público. La experiencia recolectada en su texto “Gobierno abierto y modernización de la gestión pública tendencias actuales y el (inevitable) camino que viene. Reflexiones seminales”, asimismo para ir construyendo en el transcurso de este documento una argumentación sencilla y llana, la cual busca concluir en la necesidad que tienen los países de avanzar en el diseño de plataformas de emprendimiento y aprendizaje colaborativo tanto al interior de los gobiernos como en su relación con otros actores de la sociedad civil y el sector privado, para reconstruir los valores que sustentan el espacio democrático. Teniendo entendido que emprendimiento se refiere tanto a la capacidad para alcanzar una meta o un objetivo, como también toda aquella persona que arranca un nuevo proyecto. Muchos de los grandes emprendedores de hoy en día, fundadores de empresas y cuyos productos admiramos, entre ellos: Steve Jobs de Apple o Jeff Bezos, creador de Amazon, han sido también grandes innovadores, creando nuevos y revolucionarios productos que no sólo nos han fascinado, sino que también han contribuido a que cambiemos nuestro modo de hacer las cosas. Sin embargo, no todos los emprendedores son necesariamente innovadores.
Todos los días los comunicadores colectivos mediante los diferentes medios, nos dejan claro, que las ciencias de la administración pública actualmente se encuentran en un abandono, mismo que no le permiten asumir los retos y desafíos que el Estado y sus instituciones han debido y seguirán enfrentando en este nuevo milenio. Llega a mí memoria el ejemplo del advenimiento de la tecnología, misma que permitió entre otras cosas, la creación de documentos en formato electrónico, y/o la digitalización de la información a partir de documentos originalmente elaborados en papel. Tal hallazgo, fue toda una complicación para todo aquel que estaba acostumbrado al fácil manejo, obtención y transmisión de la información que permitía el papel, también surgieron importantes desafíos en cuanto a la forma de gestionar, clasificar y organizar la información, así como la necesidad de adoptar medidas de seguridad para garantizar su integridad, disponibilidad y preservación a largo plazo. Eso para citar uno de los ejemplos más sencillos, ¿qué podríamos estar esperando en aspectos como desempeño macroeconómico, especialmente en lo que se refiere al déficit público, infraestructura de transporte, eficiencia del mercado financiero y burocracia?
Parece extraño pero el éxito y propagación de las recetas fraguadas al alero de la corriente de la Nueva Gestión Pública no sólo ya parecen anacrónicas y en algunos casos, inaplicables, sino que su legado se ha desvanecido frente a un escenario de perplejidad e incertidumbre que, por lo visto hasta ahora, llegó para quedarse por un largo tiempo. Resulta paradójico pero la Nueva Gestión Pública ya no tiene nada de “nueva”, o sea se hace realidad el viejo proverbio que señala "no hay nada nuevo bajo el sol".
Lo anterior considero, salvo mejor criterio, debido a que como gestores públicos confundimos innovación con emprendimiento, para dejar claro tal aseveración, tomo el ejemplo de un cocinero que decide establecerse por su cuenta y abre su propio restaurante, a todas luces este cocinero es un emprendedor, pero no necesariamente un innovador, pues perfectamente su restaurante puede llegar a funcionar muy bien y su comida ser muy buena, pero eso no significa que haya inventado nada nuevo. Siguiendo con este paralelismo, una definición que me encanta es la que le escuche comentar a la Presidenta de la Asociación de Chef en nuestro país, señora Grace Rivera Ramírez en alguna ocasión sobre, qué cocineros son o no innovadores. Según la señora Rivera Ramírez, un buen cocinero es alguien que ejecuta muy bien una receta conocida, por ejemplo una paella, mientras que un cocinero creativo es aquel que consigue modificar una receta conocida y le aporta un grado de diferenciación. Sin embargo, un cocinero verdaderamente innovador es alguien que se inventa nuevas técnicas, para que se vuelvan muy populares entre los cocineros de vanguardia. Como puede verse, ser un cocinero emprendedor que se lanza a la aventura de crear su propio restaurante requiere de unas habilidades muy diferentes a las de un cocinero que inventa nuevas técnicas de cocina. Aterrizando en la Administración Pública es claro entonces, que la innovación es un proceso que requiere que el equipo tenga un espíritu emprendedor, pero tener en él a un emprendedor no innovador no garantiza el éxito del equipo en el proceso de innovación
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