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La Historia De Una Idea


Enviado por   •  31 de Agosto de 2011  •  824 Palabras (4 Páginas)  •  790 Visitas

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LA HISTORIA DE UNA IDEA

PORQUE NO ME GUSTA REZAR

Yo nací dentro de un hogar católico, me enseñaron todo lo que la religión que profesan mis padres dice y asistí a una escuela católica durante 12 años.

Ahí me enseñaron a rezar, y durante años así lo hice. Es muy difícil desarraigar ideas de toda una vida, hasta hace unos cuantos años atrás yo rezaba el padre nuestro y asistía a los rosarios de la iglesia de manera regular.

No sé, si la forma de dirigir o las imposiciones que te dicta la sociedad eclesiástica me hicieron reflexionar o es solo una excusa mía para saltarme esas reglas lo que hoy me hace pensar de una manera diferente.

Hoy oigo el padre nuestro y pienso que la gente nada más repite sin analizar lo que dice, hay un párrafo donde dice: perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Cuando decimos esto estamos conscientes de lo que estamos diciendo, es verdad que nosotros perdonamos a los que nos ofenden, nos atrevemos a pedir perdón a Dios y todavía mentirle, porque nosotros no perdonamos fácilmente, tenemos que reflexionar mucho y tener mucha fuerza de voluntad para olvidarnos de una ofensa.

De igual manera mi forma de ver el rosario a cambiado, lo veo como la pataleta de un niño, cuando desea algo y le dices que no y está insistiendo a ver si logra cansarte o aburrirte y cambias de opinión. Cuantas veces no hemos escuchado a un niño repetir: ora ma si, ora ma, ora ma…….., de igual manera veo el rosario eso de repetir 50 veces el Ave María para pedirle a la Virgen que interceda por nosotros delante de dios por lo que estamos pidiendo no le veo caso.

Pienso yo, que rezar es hablarle a Dios de la misma manera en la que te dirigirías a un amigo, y no necesitas una hora o un lugar especial para hacerlo, si en lo que creemos es que Dios nos escucha y nos ve donde estemos para que sentarnos como si estuviéramos enfrente del director del colegio para hablar con él, puedo estar lavando traste y hablando con él como si tuviera una amiga ahí al lado, ahí mismo puedo contarle todos mis problemas y pedirle aquello para lo que necesito ayuda, y mi fe me dice que si te escucha, cuando termino de lavar esos trastes y termino mi platica con Dios siento un descanso en mi mente y posiblemente ya hasta tenga la solución a aquello que traía en la cabeza y me preocupaba, porque tampoco podemos ser hipócritas cuando buscamos rezar o hablar con Dios la mayoría de las veces es porque tenemos un problema, cuando estamos bien y solo necesitamos conversar algo sin importancia o que no te supone un problema buscamos un amigo de carne y hueso y lo invitamos al café a dar una vuelta o simplemente a platicar en tu casa, pero cuando estamos que no encontramos la salida a alguna situación enseguida nos refugiamos en nuestra fe y buscamos a ese ser omnipotente que todo lo puede. A él no lo invitamos a ir

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