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La Historia


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  9.099 Palabras (37 Páginas)  •  301 Visitas

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Economía de Argentina

Inflación: Una mirada al pasado

Hace pocos días, cuando se conoció la variación registrada durante el mes de Marzo en el Índice de Precios al Consumidor, se instaló definitivamente la sensación de que la inflación está de nuevo con nosotros.

Un crecimiento de precios del 1.5 % en relación a febrero, que implica cerrar el primer trimestre de 2005 con un 4 % de inflación, trajo al presente a todos los fantasmas de un pasado de inestabilidad económica que amenaza con volver a Argentina.

Si el comportamiento que el índice ha tenido en este primer trimestre se mantuviera, las estimaciones del gobierno de no superar el 10 % de inflación anual obviamente se estrellarían contra una realidad de mas del 15 % durante el año 2005. Los esfuerzos que deberán realizarse para intentar morigerar, en los próximos meses, la tasa de inflación y llevarla al nivel de las previsiones oficiales serán sin dudas muy importantes.

Las reacciones de los argentinos ante la posibilidad de volver a un clima de inestabilidad se han dividido entre aquellos que recuerdan con angustia la experiencia argentina anterior a los noventa y los que han olvidado, o no han vivido, durante los periodos de inflación en Argentina.

Es muy probable que así como hace algún tiempo se buscaba con ansiedad en los medios de comunicación la cotización del dólar en el mercado negro, o mas recientemente el indicador del riesgo país, vuelvan los tiempos en que el tema que concite la atención pública sean las estimaciones sobre la evolución de los índices de precios.

Es que la estabilidad de precios fue el principal logro de la aplicación del régimen de convertibilidad y, aunque en una evaluación integral del programa de los noventa los costos hayan sido elevadísimos, ese éxito no debe ser subestimado.

Mas allá de las estrategias y resultados que finalmente obtenga el actual gobierno para controlar este “renacimiento” de la inflación, puede resultar un ejercicio interesante formular algunas consideraciones sobre ese proceso de desequilibrio macroeconómico que tanto temor provoca.

La inflación, que se define como el crecimiento persistente del nivel general de precios, no es un rasgo que haya surgido en las economías capitalistas modernas. Algunos ejemplos nos revelarán la antigüedad de este fenómeno que hoy preocupa nuevamente a los argentinos.

Allá lejos y hace tiempo:

En el siglo VI antes de Cristo, en Lidia (hoy territorio de Turquía) bajo el reinado de Creso (el acaudalado monarca por el que surgió la expresión “Rico como un Creso”) se acuñó el “Stratero”. Esta fue la primera moneda de la historia que llevó un sello real y se difundió rápidamente como medio de cambio. Casi tan antigua como la moneda acuñada es el problema de la variación de los precios que desvalorizaba al dinero, pero los casos más conocidos se verificaron en el Imperio Romano.

Ya en la era cristiana, tres emperadores romanos de la dinastía de los Claudios (Calígula, Claudio y Nerón) enfrentaron los problemas derivados de pérdida de valor de sus monedas por la inflación.

Años después, en el 301 d. C., el emperador Diocleciano fue quizás el primer gobernante de la historia que aplicó un plan anti inflacionario; plan que no fue otra cosa que el antecedente mas remoto de las estrategias de control de precios tantas veces utilizadas posteriormente.

El Edicto de Precios de Diocleciano (“Edictum de maximis pretiis rerum venalium”) fijaba precios máximos para más de mil trescientos productos y también establecía el costo de la mano de obra para producir esos artículos. A pesar de que la pena para quienes violaran el edicto era bastante más dura que una multa o una clausura del comercio (“…si alguno tiene la osadía de actuar contra lo dispuesto en esta norma, sea condenado a pena capital…”), el edicto fracasó. Mercado negro, desaparición de productos de los mercados y persistencia en la subas de precios fueron los resultados obtenidos.

Posteriormente, ya en el siglo XVI, la llamada “revolución de los precios” que se produjo vinculada al descubrimiento y extracción de metales preciosos del “nuevo mundo” generaron un abundante debate sobre cuales eran las causas de aquella inflación.

En 1568 Jean Bodin, un autor mercantilista francés, formuló por primera vez en la historia del pensamiento económico una “teoría” de la inflación. Bodin adjudicaba el fenómeno, fundamentalmente, a la expansión monetaria que se había producido por la disponibilidad de cantidades extraordinarias de oro y plata provenientes de la explotación de las minas de las colonias de América.

Que el siglo XX fue y será…

En el siglo XX el fenómeno de inflación ha afectado, en algún momento de la historia, a prácticamente todas las economías del mundo y su versión más extrema, la hiperinflación, registra casos muy famosos.

La hiperinflación no es otra cosa que la aceleración de la tasa de crecimiento de los precios a niveles en los cuales los agentes económicos se desesperan por “desprenderse” del dinero y ello lleva a la pérdida definitiva de todas las propiedades de la moneda (no sólo como depósito de valor sino también como unidad de medida y como medio de cambio).

Un rasgo saliente de los procesos hiperinflacionarios es que la gravedad de los mismos, al destruir el dinero, tienden a su auto extinción y son de duración relativamente corta (sólo excepcionalmente han subsistido mas de un año, o año y medio) y las consecuencias de este fenómeno sobre la estructura social son catastróficas.

En el cuadro se presentan algunos ejemplos de hiperinflaciones que se registraron en el siglo XX en economías no latinoamericanas y que hasta las últimas décadas del siglo pasado se consideraban los “casos clásicos” de estudio en las escuelas de economía.

Los datos muestran muy claramente la ferocidad que tuvieron dichos procesos, en particular la segunda hiperinflación húngara (Años 1945/46) que registró un promedio mensual de crecimiento de casi el 20.000%.

La inflación en Argentina:

La economía argentina tuvo variaciones de precios claramente superiores a las verificadas a nivel internacional, a partir de mediados del siglo pasado. Más precisamente, puede decirse que Argentina desde 1949 (luego de la crisis de su Balance de Pagos del año anterior) comenzó a padecer un proceso de inflación crónico que perduró por muchas décadas. Dicha historia puede dividirse sintéticamente en varios periodos.

1948-1974: La tasa promedio de inflación (medida por el entonces denominado Índice de Costo de Vida) fue de aproximadamente un 28% anual, aunque registraba bruscas fluctuaciones. Así por ejemplo en 1958 fue del

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