La Interpretacion De La Imagen
Enviado por yp13 • 11 de Febrero de 2014 • 1.205 Palabras (5 Páginas) • 337 Visitas
RESEÑA
SPHERA PUBLICA
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación
Número 4 (2004). Murcia
Martine Joly
La interpretación de la imagen: entre memoria,
estereotipo y seducción
Paidós Comunicación, Barcelona, 2003, 288 páginas
Maite Gobantes Bilbao
Universidad Católica San Antonio
mgobantes@pdi.ucam.edu
Aspira la profesora Joly con “La interpretación de la imagen: entre
memoria, estereotipo y seducción” a “constituir un rompecabezas con
una figura coherente o un vestido útil y que abriga”. Sin metáforas ya:
ambiciona que su obra permita al lector “pasar del plural al singular, de
las imágenes a la imagen, de las interpretaciones a la interpretación”. No
es pequeño el anhelo ni el esfuerzo realizado por la autora, quien efectivamente
diseña un rompecabezas teórico sobre distintas imágenes procedentes
de la publicidad, del cine documental y de ficción, de la literatura,
de prensa, las imágenes de los informativos de televisión... Todos
los territorios le sirven para negar que la recepción de la imagen sea
“una actividad orientada desde un Gran manipulador hacia un pequeño
Manipulado”. La autora reivindica el poder del espectador, la importancia
de sus expectativas y del contexto en el que recibe las imágenes, reivindica
un receptor olvidado por la hermenéutica tradicional, centrada
como estaba en conocer cuál era la intención del autor, obsesionada
después con la obra, con desvelar su oculto significado.
Joly puede pecar de ambición, pero no es ciega, por ello reconoce
que su trabajo no ofrece propuestas teóricas muy especializadas y sí “numerosos
ejemplos concretos, ciertos aspectos del juego de la intertextualidad, de la interacción, incluso lejana, de los textos entre sí y, al fin y
al cabo, su relación con una determinada interpretación en un momento
dado”. Y es aquí donde el trabajo de la profesora gala logra su máximo
interés. Con confesada inspiración en la obra y el espíritu de Gian
Piero Brunetta, quien propone dejar de seguir las huellas de los historiadores,
de los críticos o incluso de los teóricos del cine para (...) “mirar
en dirección de la sala para explorar y analizar en sus distintos componentes
la historia que se desarrolla alrededor y paralelamente a la historia
de la pantalla”, la autora hace una sugerente interpretación de una
sesión de cine narrada en las entrañas de “La montaña mágica”, de Thomas
Mann. El análisis de Joly evoca con intensidad la emoción de la iniciación
al cine “como la matriz de un trauma emotivo” que acompañará
a los personajes a lo largo de toda su vida. Una herida de la que
intentó hablar Tornatore en “Cinema Paradiso” (su herida era poco más
que un rasguño) y que, años antes, había logrado retratar con cruda poesía
el director Víctor Erice en “El espíritu de la colmena”.
La obra recorre y analiza textos aparecidos en la prensa como comentario
inductivo de la interpretación de aquellas imágenes que forman
parte de nuestra experiencia ordinaria, mientras que el examen de
los fragmentos de novelas las considera como lugares de la escenificación
de imágenes posibles o probables. La mayoría de ejemplos audiovisuales
que aparecen en la obra proceden del mundo del cine ya sea
documental o de ficción. Así, Joly nos conduce de los discursos periodísticos
o novelescos acerca de las imágenes a las expectativas que abrigan
o las frustraciones que generan. Y es que la tesis de la autora es que
la interpretación de la imagen se inscribe siempre en el régimen del
“creer”, alimentado de memoria y de estereotipia y de seducción.
Joly hace una ardiente defensa de la necesidad de analizar, de interpretar
la imagen. Lo parece, pero no es una cuestión baladí. Es patente
que en nuestro país que los planes de estudio tanto de la enseñanza
obligatoria como del Bachillerato ignoran por sistema el análisis de las
imágenes. Tal vez (y es sólo una hipótesis), bajo este agujero se encuentre
la situación que describe la teórica: “Si bien la contemplación de la
imagen fija es admitida, comprendida incluso como elemento de la vida
de la obra, en cambio su racionalización, su conformación analítica y,
por consiguiente verbal, lo son mucho menos y condicionan la desconfianza
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