La Isla solitaria

La Isla solitaria

Difícil es encontrar un buen amigo o amiga, sobre todo si pensamos que somos islas en el mar. Una isla se lamentaba mientras flotaba en el mar. Estoy muy sola pensaba para sí misma. Un día paso por ahí un anciano caminando por el mar.

- Tú debes ser un hombre importante para ser capaz de andar libre por encima del agua.

- Veo que está sola- le contesto el anciano.

- Así es mejor, así no me complico la vida.

- ¿Acaso no sabes lo que es la amistad?- le interrogo el anciano.

- ¿Para qué quiero yo una amiga?

- Para juntar nuestras islas y ganar más espacio, para crecer juntas y compartir el tiempo- le respondió el anciano.

- Quizás tengas razón pero no es fácil hacer una amiga. Llevo años esperando que venga una y ya vez, Aquí estoy. Habrá que conocer alguna fórmula mágica.

- Nada de fórmulas, todo depende de ti.

- Explícame que debo hacer- le rogo la isla.

- Mira el sol, la luna y las estrellas. Puedes preguntarles a ellas.- y dicho esto se marchó.

Ala mañana siguiente como todos los días salió el sol y le dijo:

- Astro sol quiero tener amigos. ¿Qué puedo aprender de ti?

- Yo puedo enseñarte a ser generosa- le dijo el sol.

- Cuando encuentres a alguien, procura dar sin medir, si ella hace lo mismo contigo, será una primera prueba de amistad.

En ese momento apareció por el horizonte otra isla a la deriva. A pesar de flotar a la deriva había un punto en el que era imposible acercarse más. Cuando estuvo lo más cerca posible le grito: -He! ¿Estas solaaaaa?-

- Siiii!- le contesto la otra isla

- ¡Agarra esta cuerda!- De esta manera a través de la cuerda le envió una piña de su mejor palmera que fue correspondido con un magnifico coco. Inmediatamente las islas se acercaron más. Llego la noche y salió la luna. – te importa que hablemos luna?- le susurro la isla: - en lo absoluto- respondió la luna – ¿Qué deseas?-

- He encontrado a alguien con quien compartir regalos. ¿Qué puedo hacer para estar más cerca de ella?-

- Aprende de la noche a guardar secretos y comparte los tuyos con ella.- respondió la luna.

Lanzo la cuerda a la otra isla y cuando esta la recogió, encontró que al final de ella se encontraba una preciosa caja tallada. Dentro había unas hojas escritas. -Son poesías que escribo. Hablo en ellas de las cosas que me preocupan. Léelas pero no se las enseñes a nadie. Me da un poco de vergüenza.

- Yo también tengo un secreto. Sé dónde hay una cueva en el mar donde suelo esconderme cuando quiero estar sola. me gustaría que la compartiéramos, pero prométeme que no se le enseñaras a nadie el sitio.

- Te lo prometo.- En ese momento las islas se unieron tanto que casi se podía llegar de una ala otra de un salto.

En el silencio de la noche brillaban las estrellas.

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