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La Juventud Es más Que Una Palabra


Enviado por   •  21 de Julio de 2011  •  2.560 Palabras (11 Páginas)  •  1.539 Visitas

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La juventud es más que una palabra.

 La indeterminación del espació de la juventud

La edad aparece en todas las sociedades como ejes ordenadores de la actividad social, pero no nuestra sociedad este eje es ambiguo y difícil de definir. Infancia, juventud o vejez son categorías imprecisas, con límites borrosos.

Para ubicarnos en el concepto de juventud tenemos que acompañar a la misma con la multiplicidad de saturaciones sociales en esta etapa de la vida se desenvuelve, presentar los marcos sociales históricamente desarrollados que condicionan las distintas maneras de ser joven.

El termino juventud no refiere solo a un estado, una condición social o una etapa de la vida. Sino también significa un producto.

 La juventud es signo, pero no solo signo

Se dice que la juventud depende de una moratoria, un espacio de posibilidades abierto a ciertos sectores sociales y limitado a determinados periodos históricos. Ciertos sectores sociales logran ofrecer a sus jóvenes la posibilidad de postergar exigencias, tiempo que les dan para que estudien, postergando el matrimonio, con lo cual la sociedad les da cierta tolerancia para adquirir sus obligaciones como adulto.

La palabra “juventud” como mera categoría ataría que posee, sin distinciones categorías uniformes. Así, se señalo en otro momento que la condición histórico- cultural de la juventud no se ofrece de igual forma para todos los integrantes de la categoría estadística joven.

Es frecuente observar, en algunos estudios, un fuerte énfasis en el aspecto significativo, hasta el punto de desmaterializar el concepto “juventud”, de llegar a desvincularlo de aspectos historizados que están contenidos en el espesor de la palabra y en todo lo que ella alude. Como puede suceder en algunos enfoques culturalistas, cuando el aspecto signo invade la totalidad de un fenómeno social, lo fragmenta y lo empobrece. La juventud como toda categoría socialmente constituida, que alude al fenómeno existente, posee una dimensión simbólica, pero también tiene que ser analizada desde otras dimensiones: se debe atender a los aspectos fácticos, materiales, históricos y políticos en los que toda producción social se desenvuelve.

Los jóvenes de sectores medios o altos, tienen la posibilidad de poder estudiar, y postergar sus responsabilidades de la vida adulta de formar una familia y trabajar. También en estos sectores se genera una simbolización de la juventud, sus condiciones externas, lo que se puede transformar en producto o en objeto de una estética, y lo que puede ser adquirido por adultos para extender en el tiempo su capacidad de portación del signo Juventud.

En cambio los sectores populares, ingresan tempranamente al mundo del trabajo, en su mayoría son duros y los menos atractivos, y suelen contraer obligaciones familiares a corta edad.

 De las generaciones de realidad a la realidad de las generaciones

La juventud es una condición constituida por la cultura pero que tiene, una base materia vinculada con la edad. Llamamos a esto facticidad: un modo particular de estar en el mundo, de encontrase arrojando en su temporalidad, de experimentar distancias y duraciones. La condición estaría no alude solo a fenómenos de orden biológico vinculados con la edad: salud, energía, etc.; sino también esta referida a fenómenos culturales articulados con la edad. De la edad como categoría estadística o vinculada con la biología pasamos a la edad procesada por la historia y la cultura: el tema de las generaciones.

Las generaciones comparten códigos, pero también se diferencian de otras y al coexistir en el interior de un mismo grupo social, las diferencias generacionales, estas se expresan, frecuentemente, bajo la forma de dificultades y ruidos que alteran la comunicación y, a veces constituyen abismos de desencuentro, que en gran parte tienen que ver con que no se comparten códigos.

Hay que considerar el hecho generacional también como la circunstancia cultural que emana del ser socializado con códigos diferentes, de incorporar nuevos modos de percibir y de apreciar, de ser competente en nuevos hábitos y destrezas, elementos que distancian a los recién llegados del mundo de las generaciones mas antiguas.

Ser joven significa también, tener aun padres y abuelos, que haya en el grupo familiar otros a quienes les tocara enfrentar antes la muerte. También estos, contienen al joven en cuanto joven, son testigos significativos de su diferencia, se existe “en” ellos- mientras están vivos- como miembro joven, como hijo o nieto. El rol social y familiar del joven es ratificado cotidianamente por la mirada de los otros, con el paso del tiempo este techo que instancia la muerte se va desvaneciendo.

 De la moratoria social a la moratoria vital

Un aspecto olvidado por cierta literatura es el de moratoria vital, en este sentido es que la juventud puede pensarse como un periodo de la vida en que se esta en posesión de un excedente temporal, de un crédito o de un plus. De este modo tendrá más probabilidades de ser joven todo aquel que posea ese capital temporal como condición general.

La juventud tiene de su lado la promesa, la esperanza un espectro de opciones abierto, mientras que los jóvenes poseen una prudencia que tiene que ver con la experiencia acumulada, la espera va ocupando ese espacio de esperanza. De ahí la sensación de invulnerabilidad que suele caracterizar a los jóvenes, su sensación de inseguridad.

En los jóvenes hay un plus, un crédito temporal, una “moratoria vital” posteriormente, y sobre esta moratoria, habrán de aparecer diferencias sociales y culturales en el modo de ser joven, dependiendo de cada clase y también de las luchas por el monopolio de su definición legitima que implica la estética con que se supone que se le habrá de revestir, los signos exteriores con los que se le representara.

En consecuencia la definición de juventud incorpora también esa faceta dura, vinculada con el aspecto energético del cuerpo, con su cronología. Consustancial a la definición de la categoría, hay un nivel que podríamos llamar “significativo” que se mueve en el plano sociocultural. Ambos niveles están absolutamente integrados y no existen por separado, salvo a los efectos de análisis y de la critica. Esto ultimo es al que llamamos “culturalistas”, que restringen la condición de juventud a los sectores medios y altos al centrar su definición exclusivamente en los elementos característicos de la moratoria social, oscureciendo u olvidando la base fáctica, comunes a todas las clases.

Si tomamos al cuerpo como susceptible del ser tratado como una función-signo, la juventud seria la dimensión funcional, la cronología el soporte concreto sobre el que se articulan

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