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La Morfologia Y La Sintaxis


Enviado por   •  30 de Agosto de 2013  •  2.556 Palabras (11 Páginas)  •  970 Visitas

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La morfología y la sintaxis: una visión panorámica

Stephen A. Marlett y Gastón Salamanca

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• Consideraciones iniciales

• La morfología

o El morfema, las raíces y los afijos

o Clasificación de los morfemas

 Prefijos, sufijos e infijos

 Morfemas derivacionales y inflexionales

 Alomorfos

• La sintaxis

o Orden de palabras

o Combinación de elementos

o Formas especiales

o Marcadores

o Pronombres

o Interpretación

o Ambigüedad

• Resumen

• Notas

• Referencias

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Consideraciones iniciales

Un concepto que ha sido indispensable en el estudio de las lenguas humanas es el concepto de palabra (Nota 1). Una palabra puede ser el objeto de estudios diferentes. Uno es el estudio de la manera en que una palabra se construye —su forma. Este estudio lingüístico corresponde a la morfología. Otro es el estudio de las maneras en que las palabras se combinan y se organizan en grupos. Este estudio lingüístico corresponde a la sintaxis (o la gramática). Un tercer estudio tiene como foco el sentido o significado de las palabras. Este estudio corresponde a la semántica (Nota 2). Por último, una palabra puede estudiarse desde el punto de vista de su origen y de su historia. Este estudio corresponde a la etimología. (La filología es un estudio más amplio, que incluye las obras literarias y otros textos). La lingüística moderna ha priorizado el estudio sincrónico del lenguaje, relegando a un plano más bien secundario los acercamientos historicistas.

La morfología y la sintaxis constituyen el foco de esta breve presentación. Para Lyons estos niveles lingüísticos se distinguen porque

La morfología se ocupa de la estructura interna de las palabras y la sintaxis de las reglas que gobiernan su combinación para dar lugar a oraciones. (Lyons 1971:201)

La morfología

El morfema, las raíces y los afijos

Algunas o muchas palabras de una lengua son morfológicamente sencillas. Ejemplos del castellano son: de, dos, y, que, y no. Estas palabras no se pueden dividir en segmentos con significado que contribuyan al significado total de la palabra. Por ejemplo, la palabra dos tiene tres fonemas —/d/ /o/ /s/ (véase fonología)— pero el fonema /o/ en esta palabra no tiene ninguna relación significativa con la conjunción o, o la /o/ de la palabra feo, donde esta forma lingüística (el fonema /o/) sí tiene significado ("disyunción", en el primer caso; "masculino", en el segundo).

La situación con otras palabras del castellano es diferente. Por ejemplo, la palabra otras tiene tres partes que portan significado (tres morfemas). Se puede dividir, en efecto, la palabra otras en sus tres morfemas de la siguiente manera: otr-a-s. Por medio de una comparación con otras palabras del castellano, como otro, otra, otros, mismo, misma, mismos, mismas, se puede afirmar que hay una raíz o tema —otr— que lleva el significado base de la palabra (significado que puede resumirse, grosso modo, como "distinto de"), y dos afijos, -a y -s, que indican género femenino y plural, respectivamente. Para resumir, podemos definir morfema como la expresión formal (generalmente por consonantes, vocales, y/o tonos) de un significado (Nota 3).

Raíz Afijo Afijo

otr a s

Una descripción de la morfología de una lengua presenta información sobre los morfemas (cuáles son raíces, cuáles son afijos) y las maneras en que se combinan para formar palabras. En castellano, por ejemplo, uno tiene que especificar que el afijo de género es obligatorio en palabras como otro y que precede al afijo de plural cuando los dos morfemas se presentan en la misma palabra.

Clasificación de los morfemas

Prefijos, sufijos e infijos

De acuerdo a la posición que ocupan con respecto a la raíz, los afijos pueden clasificarse en prefijos, sufijos e infijos. Los prefijos se anteponen a la raíz, los sufijos siguen a la raíz, y los infijos se ubican en el interior de la raíz. Hay palabras del castellano que pueden tener simultáneamente prefijos y sufijos. La palabra indebidamente es un ejemplo. La base de esta palabra es deb- y los afijos son el prefijo in- y los sufijos -i, -d, -a, -mente. (Se puede comparar deb-e-r (para la raíz), deb-i-d-a (para una palabra sin el último sufijo), deb-i-d-o (para la palabra con otro sufijo en lugar de -a), y busc-a-d-a (para otro verbo con raíz distinta y vocal temática distinta). Es necesario subrayar que los afijos -i, -d y -a son sufijos y no infijos, pues siguen a la raíz. Es común que en casos como éstos —cuando los sufijos no ocurren en posición final de palabra— se tienda a confundirlos. Lo definitorio de un infijo, hemos de insistir, es que se inserta en la raíz.

Morfemas derivacionales y inflexionales

Una parte del estudio de la morfología es la clasificación de los afijos según su papel en la lengua. Un afijo como -iz en castellano tiene la función de crear un verbo de una base adjetival o sustantival, como en [[formal]iz]a, [[caracter]iz]a. Otros afijos cambian el significado de la base a la cual se unen. Por ejemplo, el prefijo in- en una palabra como inexperto modifica sustantivamente el significado de la base. A estos morfemas que cambian el significado de la base, o la parte de la oración a la cual la palabra pertenece —por ejemplo, cuando un adjetivo o sustantivo cambia a verbo (como en el caso anterior); cuando un adjetivo cambia a sustantivo (como en la palabra limpieza), cuando un verbo cambia a sustantivo (como en la palabra conocimiento), etc.— se les denomina derivacionales. Otros afijos, como -a / -o (morfemas que en español señalan género femenino y masculino, respectivamente), -s (morfema que en español señala pluralidad), etc. tienen su función dentro del sistema gramatical bien definido (la inflexión). A estos morfemas se les denomina inflexionales.

Singular Plural

Masculino otr-o otr-o-s

Femenino otr-a otr-a-s

Alomorfos

Un morfema puede tener variantes superficiales. Son los alomorfos. Los alomorfos son el resultado muchas veces del contexto fonológico (se habla de alomorfos fonológicamente condicionados). Por ejemplo, el prefijo negativo que se encuentra en una palabra como in-audible tiene la forma im- cuando se presenta delante de una p (como en imposible), y la forma - (fonéticamente), cuando se encuentra delante de una consonante velar (como en incauto). En estos casos es posible atribuir al contexto fonológico —entendiendo por contexto fonológico, en este caso, el punto de articulación de la consonante inicial

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