La Obra De Arte En Su época De Reproductibilidad técnica
Enviado por Marinela13 • 31 de Marzo de 2014 • 2.032 Palabras (9 Páginas) • 405 Visitas
La obra de arte en la época de su Reproductibilidad Técnica.
Cuando Marx comenzó el análisis de la producción capitalista ésta apenas comenzaba. Las investigaciones de Marx adquirieron un valor de pronóstico. Deshebró las condiciones fundamentales del sistema de producción capitalista y las expuso a tal suerte que fue posible deducir lo que habría de esperarse del capitalismo en un futuro. Resultó en que cada vez la explotación del proletariado sería mayor pero también las condiciones que posibilitan la abolición del propio capitalismo.
La transformación de la infraestructura que es más rápida que la propia de la supraestructura ha necesitado poco más de medio siglo para manifestar totalmente en la cultura el cambio en las condiciones de producción
Reproductibilidad técnica
La obra de arte ha tenido siempre la cualidad de ser reproducible, podemos ejemplificarlo con las imitaciones echas por aprendices como práctica de su oficio, por maestros que hacían copias para propagar sus obras e incluso terceros que reproducían la obra con fines de lucro. A diferencia de la imitación, la reproductibilidad técnica de la obra de arte es algo novedoso que late de manera intermitente de grandes intervalos pero con gran intensidad.
Con la litografía; a diferencia del grabado, dio a la imagen la posibilidad primera de no sólo una producción masiva de la imagen, sino también la de creaciones en constante renovación. Mantuvo el mismo paso que la imprenta, pero se vio superada por la fotografía. Debido a que el ojo capta más rápido a lo que la mano dibuja, el método de reproducción se aceleró tanto que incluso pudo mantener el paso del habla. Aunque igual que la litografía, la fotografía se vio superada por el cine.
Autenticidad
Aún en la más exacta de las reproducciones una cosa queda ajena a ella: el aquí y el ahora de la obra de arte, su existencia única en el lugar donde se encuentra. La historia de una obra de arte es algo tan propio y único como lo es la historia de cada individuo. Dentro de esta historia de la obra están tanto los cambios sufridos en su estructura física como las modificables condiciones de propiedad en las que haya estado. El rastro de los primeros se reconoce después de un análisis químico al que una reproducción no puede ser sometida; mientras que el rastro de las cambiantes condiciones es el objeto de una tradición que parte del lugar donde se encuentra el original. Todo el ámbito de la autenticidad escapa a la reproductibilidad técnica.
Con la reproductibilidad es posible a veces que a pesar de dejar intacta la consistencia de la obra, se desvalorice su aquí y ahora. Sin embargo es un proceso que toca el núcleo sensitivo, ese núcleo es la quintaesencia; a partir de su origen puede ser transmitido como tradición desde su permanencia material hasta su carácter de testimonio histórico.
Todo eso es resumible al concepto de aura; lo que muere de la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica es su aura. La reproducción separa a lo reproducido del ámbito de la tradición, dando así un trastorno del contenido de la tradición ligado estrechamente con los movimientos de masas.
La destrucción del aura
Junto con el modo de existencia de los grupos humanos, se transforma también la manera de su percepción sensitiva. De esta manera se manifiesta a los trastornos sociales que encuentra expresión en estos cambios de percepción.
Propiamente, el aura es un entretejido de espacio y tiempo: aparecimiento único de una lejanía, por más cercana que pueda estar. El aura se basa en unicidad y durabilidad. La demolición del aura es la rúbrica de una percepción cuyo “sentido para lo homogéneo en el mundo” ha crecido tanto que la vuelve capaz gracias a la reproducción, de encontrar lo homogéneo incluso en aquello que es único.
Ritual y política.
La tradición de la obra de arte es algo vivo, cambiante. Las primeras obras de arte surgieron al servicio de un ritual. La obra de arte reproducida se vuelve en medida creciente la reproducción de una obra de arte compuesta en torno a su reproductibilidad. Más si el criterio de autenticidad llega a errar ante la producción artística, es que la función social del arte se ha visto trastornada. Sin el ritual debe haber fundamento en otra praxis, a saber: la política.
Valor de culto y valor de exhibición.
Es posible exponer la historia del arte como una disputa entre su valor ritual y su valor de exhibición. Co la ruptura que saca a los diferentes procesos del arte fuera del ámbito ritual, aumentan para sus productos las oportunidades de ser exhibidos.
Fotografía.
Con la fotografía, el valor de exhibición comienza a vencer al ritual actual. El lugar de los hechos está deshabitado; si se lo fotografía es en busca de indicios. Hay una diferencia entre pie de foto y el título de una obra pictórica.
Valor eterno.
Los griegos sólo podían producir en masa por medio del vaciado y acuñamiento monedas; todas las demás obras de arte eran únicas y de imposible reproducción. Por ésta razón debían ser hechas para la eternidad pero en la actualidad con el cine tenemos una forma cuyo carácter artístico está completamente determinado por su reproductibilidad. El cine es la obra de arte con mayor capacidad de ser mejorada, capacidad conectada con su renuncia radical a perseguir un valor eterno. Las creaciones de la plástica son literalmente de una pieza, así su decadencia es inevitable.
Fotografía y cine como arte.
Antes de la llegada del cine, mucha agudeza fue emplead inútilmente en decidir la cuestión de si la fotografía era un arte o no, después retomada por los teóricos del cine. El intento d catalogar al cine como arte obliga a los teóricos a introducir elementos rituales en él.
El cine y el desempeño calificable.
Uno es el tipo de reproducción que la fotografía dedica a una obra pictórica y otro diferente el que dedica a u n hecho ficticio en un estudio cinematográfico.
¿Qué son los procesos reproducidos en el cine? La respuesta parte del desempeño artístico del intérprete cinematográfico quien se diferencia del actor escénico en que para el primero su desempeño artístico sirve de base para
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