La Perspectiva Del Renacimiento Del Siglo XVI De Aby Warburg
Enviado por claramc_22 • 6 de Mayo de 2015 • 4.081 Palabras (17 Páginas) • 278 Visitas
“La Perspectiva del Renacimiento del Siglo XVI de Aby Warburg”
El siguiente análisis tiene por fin acercarnos una visión de la perspectiva con la que, el “historiador cultural”, Aby Warburg analiza el Renacimiento Italiano del S. XVI. Pero, para cometer tal fin, es necesario preguntarnos primero qué es el Renacimiento para nosotros. O, mejor dicho, cuál es la concepción clásica del Renacimiento.
Se podría decir, entonces, que el Renacimiento es un proceso histórico cultural, que podríamos centrar en la Italia del S. XVI. El mismo, en resumidas palabras, estaría caracterizado por una enorme explosión en el ámbito artístico, el protagonismo de los artistas, por “la vuelta a lo clásico”, el nacimiento de la razón, el rechazo del mundo teocéntrico, el paganismo, el nacimiento del individualismo y de la modernidad, y, la ruptura con el mundo medieval.
Jacobo Burckhardt (en “La civilización del Renacimiento en Italia”) es quien tira alguno de estos lineamientos. El mismo, para referirse a este período, se sirve de los conceptos de individualismo, modernidad, realismo, racionalismo y paganismo.
También, para poder describirlo, nos presenta enormes diferencias y contrastes con la Edad Media. Sucede que todos los hombres del Renacimiento se sentían más cerca de la Antigüedad que de su pasado reciente, y sienten que están viviendo un acontecimiento singular, único. Además de sentirse muy alejados de la “Edad oscura”.
“…En la Edad Media, la conciencia humana permanecía, como cubierta por un velo, soñando, o en estado de duermevela…” (Jacobo Burckhardt). Es en Italia, más específicamente en el Renacimiento, en donde ese velo se desvanece y el hombre se convierte, y se reconoce, en un individuo espiritual.
Aparece, además, una nueva cosmovisión antropocéntrica: se deja de lado la religiosidad medieval y se comienza a tener como centro al hombre, y no a Dios. Se presenta a los humanistas como esencialmente paganos, (y cristianos en apariencia).
Dentro de este contexto, los artistas son los grandes protagonistas del Renacimiento. Si bien el arte ya existía y, por ende, existía quien llevara a cabo ese arte, el artista como tal aparece en el Renacimiento. Puesto que es en este período en donde el artista muestra su individualidad. Anteriormente lo que se valoraba era la obra en si. No quien la había realizado. Es más, ni se sabía, ni importaba quien era el autor. En el Renacimiento, esto cambia. El artista renace como un individuo. Las obras comienzan a ser firmadas. Se sabe quien realizó cada obra, y no solo se sabe, sino también es importante. Se realza al artista por sobre la obra. Aquí comienza una nueva manera de ser artista.
Burckhardt les agrega a los artista un carácter sobrehumano. Puesto que estos no solo abordaban la Antigüedad, también eran intelectuales, teóricos, eran todo. Además, hay Renacimiento por la cantidad de artistas que aparecen: estos no solo conocen, saben y se meten en la producción artística, sino, también, se destaca el hecho de que todos tienen un talento magnífico.
Al igual que en la época clásica, los artistas del Renacimiento se encontraban preocupados por la apariencia de las cosas, por el “realismo”. Este realismo aparece como consecuencia de la preocupación de los artistas por imitar la apariencia de las cosas. Por imitar lo “mas perfectamente posible” esta apariencia. Y aquí, cada uno imitará lo que para ellos es real. Pero esta imitación no consiste en imitar por imitar, la idea de la vuelta a los antiguos es imitarlos para superarlos.
El protagonismo de los artistas marca muy fuerte la ruptura con el mundo medieval. Estos se plantean como hijos de la Antigüedad clásica. Y, tanto intelectuales como artistas, (de todas partes), creían que vivían en una nueva época, “…una edad de regeneración, restauración, remembranza, renacimiento, redespertar o reemerger a la luz tras la época que ellos mismos fueron los primeros en describir como la edad oscura”. (Peter Burke).
El renacimiento marca la ruptura con el mundo medieval. Rescata la antigüedad clásica y entra en la modernidad. El Renacimiento presenta el comienzo de la modernidad. Además, este comienzo, señala el inicio de la razón: está se pone en marcha para nunca más detenerse.
Realmente los hombres del Renacimiento rompen con el mundo medieval, o por lo menos creen hacerlo. Y es que se creyeron únicos e innovadores pero, en su afán de “alejarse de la oscuridad”, de encontrar la luz y la razón, amparados en formas clásicas antiguas, enceguecieron sus ojos en el hecho de que nunca pudieron ver las distintas innovaciones que se originaron en la Edad Media, los diversos renacimientos, dados en diferentes sentidos y formas, los logros artísticos y literarios, la recurrente imitación de las formas clásicas, entre otras cosas.
“(…) la concepción que tenían de su Renacimiento era un mito, en el sentido que presentaba una imagen distorsionada del pasado; era un sueño, un anhelo, y también una reactualización o una representación del antiguo mito del eterno retorno.” (Peter Burke).
Todo lo antedicho corresponde a la representación del Renacimiento que se conoce, pero, esto es realmente así?
Y es aquí en donde nos centramos en la perspectiva de Warburg. Este propone una nueva revisión acerca del Renacimiento, totalmente diferente a la concepción clásica, recién explicada.
Warburg nos plantea entonces que, realmente en este Renacimiento se produce una vuelta a la vida de los antiguos, pero esto ocurre como consecuencia de la necesidad de poder expresar los nuevos horizontes y significados de la existencia.. Es así que los hombres renacentistas realizan una revisión del pasado y comienzan a buscar en la Antigüedad pagana una experiencia completamente diferente de la vida, que les permita darle un significado a su existencia. Estos procuraron buscar la respuesta a sus problemas en el pasado antiguo. Lo que intentan hacer, es poder acompañar las nuevas experiencias sociales ocurridas en el S. XVI, causadas por la expansión ultramarina europea. Pero, en esta “vuelta a la vida Antigua”, se producen al mismo tiempo una conciliación y una confrontación entre el mundo pagano y el mundo cristiano:
“…habíase producido una amalgama cultural dinámica y cambiante, trensida de tensiones, en donde lo antiguo, lo tradicional y lo nuevo se impregnaron de una vitalidad desconocida que dio a luz, finalmente, el mundo de los Estados, de las cortes, de las artes y de los saberes modernos”. (Aby Warburg)
Este retorno a lo antiguo implica el retorno de las formas estéticas, y de las emociones que estas conllevan. A su vez significó la búsqueda
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