La Realidad Tras El Aborto Terapeutico

La realidad tras el “aborto terapéutico”

En la actualidad nacional, estamos frente a un tema que compete a todos y tiene a nuestra sociedad polarizada, la cual expone y apoya dos posturas totalmente divergentes. Una reforma de tal contingencia ciudadana no deja exento a nadie, haciendo referencia con esto a una de las temáticas más en boga desde la declaración realizada por la presidenta Michelle Bachelet en la cuenta pública anunciada el pasado 21 de mayo en la cual se expresa la intención de legislar la interrupción voluntaria del embarazo en casos de riesgo de vida de la madre, violación o inviabilidad del feto.

Planteémonos el panorama de una forma ejemplificativa, por un lado tenemos a Provida, que encarna la idea de que desde la concepción del ser humano este pasa a formar parte del mundo y por ende tiene derechos como cualquier otro ser humano, en este caso el derecho a la vida y por otro lado se nos muestra la postura Promujer, la cual argumenta que cada mujer debe tener control sobre su cuerpo y la elección de salvar su vida frente a casos extremos como lo son los embarazos que conllevan una inviabilidad del feto.

Abordemos el tema de la forma más objetiva posible dejando de lado las argumentaciones de ámbito religioso, aun que cabe destacar que según el censo del año 2012 alrededor de un 84% de la población se declara o católico o evangélico, los que supuestamente y por sus doctrinas deberían estar en contra de una moción de ese calibre por atentar contra la vida del que esta por nacer y es ahí donde podríamos decir que los políticos no estarían representando a la mayoría correspondiente, pero todos sabemos que como chilenos el declararnos parte de una religión no precisamente va ligado a lo que de verdad pensamos como correcto.

Podemos destacar como claves para la interpretación de esta iniciativa alrededor de cuatro argumentos sólidos que debaten las dos posturas, pero antes de comenzar con eso debemos destacar el mal uso que se le está dando al término aborto “terapéutico” debido a que por terapéutico se entiende como una terapia que cura algo, lo cual en este caso debemos reconocer que una intervención así no cura nada, y hasta me atrevo a decir que es más el daño que el alivio que provoca, viéndolo tanto del punto físico como psicológico, tomando en cuenta las complicaciones post intervención y las depresiones siguientes que llevan a la mujer que aborta a un límite en el cual nunca dejan de imaginarse que hubiese sido de ese niño si hubiese podido el mismo expresarse y optar por conocer el mundo.

Preguntémonos a nosotros mismos ¿es realmente cierto que una mujer debe tener el dominio total sobre su cuerpo? ¿es justo decidir que solo nazcan niños sanos, sin complicaciones? ¿el porcentaje de mujeres violadas que quedan embarazas es justificable como para cambiar una ley? ¿los avances en la medicina no son suficientes para rebatir la inviabilidad? Cuestionamientos que no podemos desmerecer a la hora de pensar en que postura adoptar

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