La Sexologia
SARAIITA6 de Julio de 2014
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Medicina Legal. Sexología Médico Legal
Introducción
La Sexología médico Legal es el campo de la Medicina Forense que estudia los diversos problemas de carácter médico legal relacionados con el sexo.
La agresión sexual como forma de comportamiento humano, tiene un doble componente de violencia y sexualidad en una misma conducta. Tradicionalmente se ha abordado el fenómeno desde una visión psicopatológica, considerado dentro de las perversiones o desviaciones de la conducta sexual. La agresión sexual es un crimen de poder y violencia, y el contacto sexual es un método más del atacante para demostrar su poder sobre la víctima. Ferrer menciona que las hipótesis acerca de las agresiones sexuales tratan de incorporar los factores psicológicos y situacionales que pueden proporcionar una explicación al desencadenamiento de dichas agresiones. Sin embargo, considerando la teoría de la influencia de factores psicosociales -abordando el aspecto de la aceptación de la violencia- se observa que numerosos estudios admiten que uno de los mayores determinantes de la violencia contra las mujeres es que la justificación de la violencia de los hombres es normativa en nuestra cultura y que las actitudes permisivas ante la violación correlacionan positivamente con actitudes tradicionales y conservadoras hacia las mujeres.
Como la violación es una crisis personal, cada paciente reaccionará de manera distinta. El síndrome de trauma por violación comprende dos fases principales.
1) Inmediata o aguda: Los temblores, sollozos y actividad inquieta suelen durar desde unos días hasta algunas semanas. La paciente puede experimentar ira, culpabilidad o vergüenza, quizá reprima estas emociones. Las reacciones varían según la personalidad de la víctima y las circunstancias del ataque.
2) Tardía o crónica: Los trastornos relacionados con el ataque llegan a desarrollarse semanas o meses después. El estilo de vida y los patrones de trabajo de la persona pueden cambiar. Con frecuencia se desarrollan trastornos del sueño o fobias. La pérdida de la autoestima rara vez conduce al suicidio.
Sexología.
Concepto.
Es el estudio sistemático de la sexualidad humana y de las cuestiones que se relacionan con ella. Es el estudio de la vida sexual humana desde un punto de vista genital, fisiológico general, social y psicológico, en el cual participan un gran número de disciplinas y especialidades médicas y humanísticas, avarcanando así todos los aspectos de la sexualidad.
La Gineco-Sexología Forense es la rama de la Medicina Legal que estudia los problemas ligados al sexo, tales como los vinculados a las parafilias, el aborto, a la reproducción al matrimonio, a la fecundación, a la impotencia.
Los Instintos del Hombre.
Está sentado y probado que, el hombre, constituye el universo completo y que viven en él todos los instintos de todos los seres y cosas de los tres reinos de la naturaleza.
Las consideraciones hechas sobre algunos aspectos del ser humano -emociones y sensualidad, afectividad y voluntad- os han facilitado algunas herramientas mentales que pueden serviros de ayuda ahora, en una primera exploración del mundo complejo de la sexualidad.
Instinto y voluntad
Entendemos por instinto una manera espontánea de actuar, no sometida a reflexión. Y en este sentido el instinto sexual es una orientación natural de las tendencias del hombre y de la mujer.
En la acción instintiva se eligen los medios, se impulsa la acción concreta, sin una reflexión consciente y libre sobre su relación con el fin pretendido. Por eso esta manera de proceder, que es propia de los animales, no es el modo propio de obrar del hombre. En efecto, la acción humana, al ser el hombre un ser racional y libre, se produce cuando la persona reflexiona y elige conscientemente los medios en orden al fin que pretende. Por eso cuando un hombre se deja arrastrar por sus instintos -al comer, al huir, al seguir bebiendo, al apropiarse de un bien ajeno y atractivo, etc.-, renuncia a actuar humanamente, es decir, libremente. Y en este sentido, el hombre, como tiene una viva conciencia de su propia libertad, mira con recelo cuanto pueda amenazar su libre autodeterminación. Y por eso entre el instinto sexual y la voluntad libre del hombre hay, sin duda, un cierto conflicto, alguna tensión.
Ahora bien, el hombre, por su misma naturaleza, es capaz de actuaciones supra-instintivas, también en el campo de lo sexual. Y con esto quiero decir que la persona es capaz de actuar de modo que el instinto no sea destruído, sino más bien es integrado en el querer libre de la voluntad. Por lo demás, si así no fuera, si fuera natural al hombre dejarse llevar por la mera inclinación del instinto, la moral en general, y concretamente la moral de la vida sexual, no existiría, como no existe en el mundo de los animales.
¡Pero el hombre no es un animal! Es una persona, consciente y libre.
Entremos de lleno en el planteo del problema:
1. Se da de continuo una concepción dualista de la naturaleza humana, donde el espíritu y la animalidad se oponen en un interminable conflicto. Este dualismo puede ser espiritualista o materialista.
2. Se da también sin ninguna frecuencia la doctrina hilemórfica acerca de esa misma naturaleza, según la cual el ser humano es la conciliación, por cierto admirable, de lo espiritual y lo animal en una forma sustancial específica muy peculiar, que es la racionalidad.
La primera manera de pensar, abundantísima en extensión y variantes, es la común desde el Oriente hasta el Occidente; se la encuentra por todas partes: en el campo de los mitos, de las ciencias antiguas y modernas y en las mentalidades vulgares.
Podríamos decir que es la sombra que acompaña siempre al hombre; patética confesión inconsciente de los pueblos y las ciencias acerca de aquel pecado inicial que quebró al hombre y planteó el conflicto y la contradicción en sus propias entrañas.
Más al mismo tiempo manifiesta mediana pujanza metafísica y filosófica, pues no logra traspasar el estado del hombre y alcanzar una lectura límpida y exacta de la esencia del mismo, en sí.
Si esta concepción dualista es también espiritualista, como en Platón y los platónicos, los gnósticos, los maniqueos, Descartes y los protestantes, el alma humana, en absoluto, es la racionalidad, con nexos más o menos accidentales hacia la parte animal, sustancia corpórea distinta de aquélla.
Si además de dualista es materialista encontramos, aunque parezca extraño, la misma concepción del espiritualismo exagerado, pero con los términos invertidos: lo animal constituye la única sustancia humana y la razón sería una superestructura inexplicable -o bien una sublimación también, por supuesto, inexplicable- producida por esa misma naturaleza absolutamente animal.
Signos y consecuencias de la desfloración.
Aun cuando ya hemos dicho que el principal atributo de la virginidad es la integridad del himen, el hecho de que una mujer tenga su himen intacto, no desgarrado, no significa que no haya tenido nunca relaciones carnales, porque ciertas formas de hímenes permiten practicar la cópula sin desgarramiento: el himen lobulado, por ejemplo, permite a una joven de más de diez y seis años realizar el coito sin dejar huellas, pues las muescas naturales y congénitas que tiene, permiten la introducción de objetos voluminosos en la vagina, empujando hacia atrás los lóbulos y las muescas, sin desgarramiento de la membrana.
Otras veces la gran elasticidad de la membrana y el tamaño de su orificio central, permiten introducir el pene por dicho orificio sin ruptura del himen.
Por consiguiente, cuando una mujer ostenta la integridad de su membrana himenal, en los casos en que la forma y elasticidad del himen hayan podido permitir una o más cópulas. el médico-legista no debe afirmar que es virgen, sino manifestar que la mujer presenta todos los atributos de la virginidad (si son concordantes todas las demás características de la virginidad) y que no está demostrado que haya tenido relaciones sexuales.
En cambio, si una mujer afirma haber sido violada, hasta repetidamente, y aun cuando estuviere embarazada, en presencia de un himen intacto de consistencia firme, poco elástico, y con un orificio muy pequeño, debe afirmarse que esa mujer no ha podido practicar un coito completo.
Conviene manifestar así mismo que el himen puede haber sido desgarrado por causa diferente a la de una práctica copulatoria (caída de un caballo sobre un cuerpo agudo, caída en el agua con las piernas abierras, desfloración por el culpable con los dedos o un cuerpo extraño).
Pero fuera de las anotadas circunstancias excepcionales, la regla que en el primer coito completo (que no siempre coincide con la primera tentativa), el pene produce el desgarramiento del himen, o sea, su desfloración.
Al examen, poco tiempo después del coito, se observará en el himen la existencia de desgarros en forma de muescas irregularmente " apuestas, cuyos bordes están ulcerados y faltos de revestimiento mucoso; lesiones estas últimas que permiten diferenciar netamente esas muescas traumáticas producidas por el pene, de las muescas naturales de los hímenes lobulados, cuyas características ya hemos citado.
En caso de desfloración, en el himen anular suelen producirse de cuatro a cinco desgarros radiados. En el himen semilunar, el número de colgajos es variable.
En todo caso, después del desgarramiento, los colgajos resultantes permanecen en
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