La Villa de Acapulco
Enviado por noejesus • 17 de Febrero de 2013 • Trabajo • 2.495 Palabras (10 Páginas) • 293 Visitas
La Villa de Acapulco
Vista de la bahía de Acapulco, donde se muestran dos de las actividades más sobresalientes que tenían lugar en el puerto. Una se desarrollaba alrededor del galeón de Manila, ya que gran parte de la escasa población masculina se dedicaba a descargar y cargar el navío o a prestar servicios en los botes para ayudar a transportar las mercancías y pasajeros. El otro centro importante estaba constituido por el “Fuerte de San Diego” que, para esta época, era una construcción primitiva que presentaba una estructura irregular asentada sobre la colina llamada el Morro, en grandes desniveles y que en cada uno de sus cinco extremos se levantaba una fortificación elevada (“caballero”) para ampliar el campo visual y mejorar la posición de los artilleros. Algunas construcciones cercanas al fuerte, pocos campos de sembradío y una iglesia, conformaban entonces la planta habitada de la Villa de Acapulco.
LOS POBLADORES PREHISPÁNICOS DE ACAPULCO (? - 2500 a. C.)
Desde épocas muy remotas, la región costera de Acapulco atrajo la atención de grupos humanos, cuya subsistencia tenía por base lo que la naturaleza les proporcionaba. Para entender el ambiente en que ese desarrollaron los primeros pobladores que habitaron esta región es necesario describir el medio geográfico.
Acapulco es un puerto natural del estado de Guerrero, situado en la costa sudoeste del Pacífico mexicano, que se asoma a una profunda bahía semicircular que supera los seis kilómetros de anchura. Limitada al norte con la Sierra Madre del Sur, al oeste con la laguna de Coyuca, al este con la de Tres Palos y al sur con el Océano Pacífico.
La ciudad de Acapulco se desarrollo sobre una estrecha faja costera entre la bahía y las sierras que la circundan. Es la región mas importante de la vertiente del Pacifico. A partir de los descubrimientos materiales mas importantes que los arqueólogos han hecho en la región, se ha tratado de reconstruir el origen y la forme de vida de estas culturas. Se sabe que sus habitantes se dedicaron a la pesca, la caza, la recolección de frutos y plantas labor que realizaban con instrumentos sencillos hechos de piedra y auxiliándose con la cestería, estas actividades ocuparon a los hombres en una primera etapa. Al paso del tiempo fueron enriqueciendo su conocimiento a cerca de la naturaleza y como transformarla. Esto los conduciría a uno de los momentos fundamentales de la historia humana y la base material de toda civilización: la agricultura.
AGRICULTURA Y CERÁMICA
La inversión de la agricultura marco una etapa de gran importancia, donde el hombre era el productor de sus alimentos. Determino la necesidad asentamiento fijo y la concentración en pequeñas aldeas. El descubrimiento de la agricultura permitió al hombre sacudirse de su dependencia absoluta respecto a la naturaleza, permitiéndole una mayor posibilidad de crecimiento. Con la agricultura se dieron las bases para que arribaran a una fase de creación y trasformación: la cerámica.
Se sabe que existieron dos conjuntos de cerámicas muy antiguos: el conjunto cerámico de Puerto Márquez (fase Purrón) y el segundo conformado por la cerámica Ocos (Chipas-Guatemala). Los materiales cerámicos de Puerto Márquez son los más antiguos, la cerámica es de pasta lisa, su forma es sub- esférica (tecomates), las jarras tienen cuellos apenas marcados, platos con bordes rectos y curvos. Los antiguos pobladores de estos sitios exploraron bancos de arenilla y con las técnicas que fueron adquiriendo a través del tiempo moldearon y crearon sus objetos de barro.
La aparición de la cerámica puede entenderse como la introducción de una técnica que permitió, a estos pobladores, la utilización más eficiente de los recursos potenciales disponibles. Por otro, lado, la presencia de cerámica en esa región constituye un testimonio muy claro de ocupación sedentaria.
EL GALEÓN DE MANILA
Con este nombre o el más popular de “Nao de China”, fueron conocidos los barcos que durante doscientos cincuenta años cubrieron de manera regular el circuito Acapulco-Manila-Acapulco. Esta ruta oceánica convirtió al Pacífico en un mar español y permitió establecer una amplia red de comunicaciones que unía a Europa con Asia a través de la Nueva España.
Este trafico concluyo en 1815 cuando zarpo el ultimo galeón de Acapulco.
La apertura de esta ruta fue posible por la audacia y capacidad de los españoles y marineros novohispanos, quienes contaron con las embarcaciones más grandes y las mejores de su época, con las técnicas más modernas de navegación, con los instrumentos náuticos más perfeccionados y una cartografía más precisa y amplia.
La travesía de estos galeones estableció no solo un floreciente trafico comercial-llevando plata, algunos productos y viajeros americanos al oriente trayendo de Filipinas las valiosas mercancías asiáticas para ser vendidas en la feria de Acapulco, si no también un intenso intercambio cultural y espiritual que se expresa tanto en la destacada influencia oriental en las artes aplicadas y costumbres novohispanas, como en la presencia mexicana en el idioma, religión, arquitectura, cocina y muchas otras expresiones culturales.
DE MANILA A LA NUEVA ESPAÑA
Desde 1573, Manila asumió el monopolio del comercio asiático de la Nueva España, y dos décadas mas tarde la corona española lo regulo para determinar el valor, peso y volumen de los artículos que podía llevar el galeón, los impuestos que debían pagar y la autorización a toda población civil de Filipinas para participación en esta actividad, permiso que se extendió posteriormente a los religiosos y a los militares. El valor de los productos transportados por el galeón no debía exceder de los 250 mil pesos, cantidad que con el tiempo alcanzo los 750 mil pesos. Las boletas de “permiso”, sorteadas entre los comerciantes filipinos, amparaban los fardos o piezas que podían embarcarse. Una vez abordo, el “maestre de la plata” registraba nuevamente todas las mercancías del galeón, listado que servía de control al gobernador del puerto de Acapulco y a sus oficiales reales, quienes comprobaban la carga y autorizaban su desembarco.
Antes de la llegada a su destino final, un emisario desembarcaba en Nayarit para llevar al virrey la documentación oficial y el anuncio del próximo arribo del galeón. En la capital, el Virrey asistía a una misa de acción de gracias; por su parte los comerciantes novohispanos preparaban sus caudales y mercancías para su introducción a la feria, que se realizaba en la plaza
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