La aventura de las vacaciones de verano
Enviado por blimako • 21 de Noviembre de 2013 • Ensayo • 2.950 Palabras (12 Páginas) • 369 Visitas
Las vacaciones de verano siempre me gustaron porque toda mi familia se reúne en una casa que pertenecía a mi abuelo a las afueras de mi cuidad en un pueblo que está ubicado en una extensa cordillera. Esas montañas son muy solitarias, perfectas para pasar un sinfín de aventuras con mi hermano y mis primos, casi siempre jugamos en el bosque y tomamos los rifles de balines de mis tíos para ir a cazar animales pequeños para comer.
Pero las de este año fueron especialmente particulares por unas cuantas cosas que me sucedieron los últimos días de mi estancia ahí. Cosas que me marcaron mentalmente y físicamente. Nunca podré olvidar lo que vi, que, sin duda cambió mi modo de ver todo.
Solía mirar las estrellas por las noches e imaginarme el tamaño del universo, pensaba y reflexionaba sobre la vida sobre la tierra y sobre el mismo ser humano, cómo era posible nuestra existencia y el estilo de vida que estamos acostumbrados a llevar olvidando lo importante.
En fin, fue durante una comida en el jardín de la casa cuando empezó todo, estábamos toda la familia reunida comiendo carne asada que preparaba mi papá, con música que nadie ponía atención por estar en la charla con alguien que no habíamos visto en mucho tiempo. Era un día perfecto, el clima era cálido pero estaba a gusto, el cielo despejado y con alguna que otra brisa húmeda que refrescaba la cara. Mi madre me pidió que fuera por el bloqueador solar, entré a la casa que era muy grande, por adentro estaba rematada con madera que le daba un toque rústico, tenía muchas habitaciones porque mi abuelo la hizo pensando en que la usáramos para esto; entré a la habitación dónde dormían mis padres a buscar en su maleta el bloqueador, pero no encontré nada.
Entonces recordé que se lo había prestado a mi primo en esa mañana, él era el compañero de cuarto de mi hermano y yo, me dirigí a mi habitación por el encargo, la puerta estaba entrecerrada y el sol entraba por la ventana que estaba paralela a la puerta, por lo que salía un rayo de luz al pasillo. Cuando me acerqué al portal, noté una sobra moverse por el rayo de luz, pensé que era alguno de mis primos pero yo recordaba que todos jugábamos football en el patio. Me atrevía a asomar la cabeza esperando ver a alguien de quien me olvidara en mi recuento mental.
Al recorrer rápidamente el cuarto con la mirada, vi a una especia de hombre parado tocando las repisas repletas de juguetes nuestros de la infancia, era sumamente delgado con una gran y ovalada cabeza, estaba desnudo supongo pues su piel era un verde muy oscuro y lucía escamosa, no hacía ninguna clase de ruido, ni si quiera se oía su respiración. Cuando lo vi me quedé sorprendido, paralizado por una extraña sensación de miedo, algo que jamás había sentido antes, me faltaba el aliento y estaba totalmente frío. Sólo me regresé al pasillo me recargue en una pared, intenté tragar saliva pero en mi garganta había un nudo.
No lo podía creer, que extraña criatura. Pensé un poco la situación y ese miedo paralizante se convirtió en mi, en un miedo de auto protección, inmediatamente pensé en ahuyentar a la criatura de mi familia y de mi siendo agresivo y extremadamente hostil.
Busqué algo que me sirviera de arma y recordé un bate de baseball que estaba en el cuarto próximo al mío, así que rápidamente fui por él y sin dudarlo entré a buscar a mi futura victima, pero cuando me disponía a atacar, ya no había nada en la habitación. Al parecer se había escapado por la ventana. Me quedé impresionado por la extraña escena que había vivido.
Me senté en la cama y bajé el bate apoyándolo ente mis piernas, me quedé pensando y tratando de decidir qué haría. Luego escuché el grito de mi madre insistiendo que baje con el bloqueador, reaccioné de mi sorpresa y busqué la deseada crema. Decidí en no contarle a nadie para no alarmarlos y antes de salir de la habitación cerré la ventana, dejé el bate escondido en un lugar fácil de alcanzar por si lo necesitara y eché un vistazo a todas las habitaciones teniendo siempre el mismo resultado.
Bajé y le entregué el bloqueador solar, notó que estaba pálido y nervioso pero me fui de ahí para evitar todas las preguntas, intenté reincorporarme a la convivencia pero mi mente seguía distante y no podía dejar de pensar en aquella cosa que estaba en mi cuarto.
Transcurrió, entonces, el día y llegó la hora de dormir, todo el tiempo procuré estar acompañado y cerca de todos pues ahora la soledad me daba un poco de miedo y me ponía nervioso. Mientras todos se preparaban para dormitar, yo me moría de ansias por no saber que era aquella cosa y si volvería, lo primero que me venía a la mente cuando recodaba su silueta eran extraterrestres, es lo más razonable y lógico que puedo pensar, después de todo el universo es un lugar inmenso.
Discretamente cerré con seguro todas las ventanas y puertas que pude, y puse obstáculos que caigan al suelo para hacer ruido, como alarmas. Me quedé despierto un rato, cuando ya todos estaban acostados, son los ojos abiertos y las manos sudadas apretaba la sábana entre mis brazos de la ansiedad que sentía.
En la tranquilidad de la noche, sólo se podría oír el tenue ronquido de algunos de mis familiares que en ésta ocasión no me parecía molesto, al contrario, me tranquilizaba saber que estaban bien es las habitaciones. Entonces un golpe llamó mi atención, provenía de la planta baja, me pare lo más rápido que pude, sin hacer ruido alguno, tomé el bate y bajé por las escaleras, una vez abajo emergí de entre las sobras a la cocina iluminada por el foto del refrigerador, y detrás de la puerta blanca del electrodoméstico estaba mi tío, sacando un envase de leche, solté un respiro de alivio y bajé el bate y antes de que pudiera verlo lo escondí.
Me preguntó qué hacía yo abajo y respondí que quería beber un poco de agua, me serví en un baso un poco del líquido del garrafón y lo acompañé hasta que él se terminó su leche, entonces se despidió de mi y volvió a su cuarto. Me quedé ahí para revisar que mis alarmas estuvieran “activas”, todo estaba en orden, menos una. Asumí que alguien la había movido sin querer; cerré la ventana y regresé a mi cuarto con movimientos lentos y cuidadosos entre la oscuridad de la noche con el bate en mis manos.
Eché un vistazo rápido por el pasillo para ver que todas las puertas estuvieran cerradas, luego entré a mi habitación que se había quedado con la puerta abierta, luego que entré cerré detrás de mi la puerta. Al voltearme para ir a acostarme, caminé dos pasos y luego me detuve al ver una silueta oscura que resaltaba del fondo levemente iluminado por la luz de la luna, era esa criatura, el alienígena. No sabía que hacer, pero reaccioné e intenté agredirlo con mi arma,
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