La construcción de un nuevo espacio público: la participación ciudadana en la Administración Pública. Tres paradojas
Enviado por 100986 • 4 de Diciembre de 2015 • Documentos de Investigación • 4.844 Palabras (20 Páginas) • 216 Visitas
La construcción de un nuevo espacio público:
la participación ciudadana en la Administración Pública. Tres paradojas
Manuel Quijano Torres
Introducción
Hablar de construir un nuevo espacio público mediante la participación ciudadana en la Administración Pública pareciera una perogrullada. Sin embargo no lo es, pues hacer conocido lo desconocido en un mundo cada vez más aldeano, debido a las tecnologías de la información y las comunicaciones, implica analizar los cambios, explicar las transfiguraciones, comprender las texturas del conocimiento, reconocer los ámbitos e identificar las colindancias permanentemente dialécticas acerca de lo público y lo privado. De ahí que el objetivo del presente ensayo es explicar tres paradojas de la participación ciudadana en la Administración Pública.
Primera paradoja: tanta procuración en la búsqueda del consenso acaba por paralizar el acuerdo de lo esencial.
Segunda paradoja: la democracia, mediante los partidos políticos, define circunscripciones territoriales cuyos habitantes tienen intereses socioeconómicos diversos e inclusive contradictorios, aunque convivan en el mismo espacio público. Lo cual transforma al espacio público en una arena política de lucha de intereses.
Tercera paradoja: Tienden a predominar con y sin argumentación política los grupos sociales con acceso a internet sobre aquellos que no lo tienen, relegando en el espacio público a los “sin red”.
Hoy en día hemos creado convencionalismos y paradigmas de eso que hemos denominado “lo básico”, lo cual significa para el caso de la relación ciudadanía–Administración Pública referirnos a las millones de posibilidades que tenemos de tomar decisiones en el ámbito de la lucha permanente por el poder, en la conducción de la sociedad, en la manera en cómo estructuramos los aparatos burocráticos y en la forma de diseñar, implantar, controlar y evaluar políticas públicas. Es decir, modos más abiertos de establecer relaciones de convivencia gobernantes-gobernados.
Lo primero que observo es que, hoy por hoy, donde más espacio público encuentro es en las sociedades capitalistas y sin embargo el capitalismo no es democracia, ni es democrático, ni es la cuna de la democracia. Por su parte, la democracia no es capitalista, ni es cuna del capitalismo. Empero, la democracia requiere en la actualidad de ciertas garantías del Estado al otorgar al sector privado algunos privilegios en los medios de producción y, a la vez, reservarse algunos capítulos en materia de regulación, protección económica e intervencionismo.
Pensar que la injerencia estatales una poderosa fórmula disolvente de la tradición del libre mercado y la competitividad es un grave error, pues las consecuencias de un Estado gendarme o Neoliberal son la: acumulación de la riqueza en unas cuantas manos, amplios sectores en condiciones de pobreza extrema de desigualdad social, falta de oportunidades, baja movilidad social y escasos y malos servicios públicos.
De ahí que la búsqueda de equilibrio respecto a los límites y ámbitos de lo gubernamental y lo privado son también acuerdos político – ideológicos que son posibles, en gran medida, debido a la democracia. La democracia requiere, en efecto, de un capitalismo regulado y, a la vez, de una participación social en la medida de lo posible respetuosa con las normas cívicas de convivencia.
Cuanto antes quiero precisar que no propongo cohibir y mucho menos coaccionar la participación social, lo que planteo es que me parece necesario precisar las lindes y los ámbitos de desenvolvimiento en los cuales la ciudadanía encuentre sus libertades sin alterar otras libertades.
Lo anterior es sumamente difícil, pues lo vertiginoso de los cambios y los intereses se diversifican entre grupos sociales y tienden, en muchas ocasiones, a ser movimientos legítimos pero que varían respecto a sus demandas y necesidades sociales en la relación espacio – tiempo – circunstancias.
Por su parte la Administración Pública es reflejo del poder político de la sociedad en su conjunto y es una especie de aleph, ese punto de encuentro en el que convergen todos los vectores (léase sectores) de la sociedad. Es entonces, una amalgama que condensa la visión de Estado y es, por lo tanto, la responsable de entender y atender políticamente las contradicciones sociales derivadas del capitalismo y de la relación entre lo público y lo privado.
Las opiniones acerca de los ámbitos y límites del espacio público son variados y en ocasiones contradictorios, pero concuerdan –en lo general- en sus concepciones acerca de que se trata de un ámbito apropiado para resolver políticamente los asuntos que atañen a una comunidad y las formas de resolverlos. Esto significa un tejido de formas y contenidos que se materializa en la construcción de representaciones formales de manera sintética en programas de trabajo con metas medibles, presupuestos controlados y evaluaciones de resultados con impactos socio-económicos positivos.
La base de cada programa es la participación social reflejada en la resolución de problemas que beneficien significativamente a la mayoría del conjunto social. Dichos programas son producto de la interdependencia entre lo público social y lo público gubernamental, generando un sistema de retroinformación que permita la consecución de las metas propuestas.
En este caso hablamos de contralorías sociales y cumplimiento de resultados con un propósito claro y bien definido: el valor social, el valor del conocimiento y los juicios de valor, que son sustentos filosóficos de la Administración Pública, pues son preguntas universales de las sociedades acerca de la mejor forma de gobierno, así como de los cuestionamientos acerca de las convicciones, creencias, conceptos e ideas de las culturas sociales y el dialéctico impacto con las organizaciones públicas gubernamentales.
El conocimiento de la sociedad ante la Administración Pública y de la Administración Pública en la sociedad es un producto social que se refleja activa y reactivamente con el propósito de contribuir, de acuerdo con las condiciones políticas, económicas, sociales, jurídicas y administrativas específicas, en la dimensión y redimensión del espacio público y la construcción de ciudadanos con actitudes y prácticas democráticas.
En otras palabras las paradojas del espacio público son un tema de estudio de la construcción de un nuevo espacio público. Rina Aguilera en su libro “Naturaleza de lo Público en la Administración Pública Moderna” establece una tipología de lo público en: a) público estatal; b) público gubernamental en dos facetas: gobierno en acción y política pública y, c) de lo público social. (Aguilera, 2012)
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