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La economía política es la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2017  •  Resumen  •  2.404 Palabras (10 Páginas)  •  340 Visitas

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  1. Objeto y método.

La economía política es la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana. La producción puede tener lugar sin intercambio, pero el intercambio no puede existir sin producción, ambas se condicionan recíprocamente en cada momento y obran de tal modo la una sobre la otra. No puede ser la misma para todos los países y para todas las épocas históricas.

La economía política es, por tanto, una ciencia histórica, pues trata de materia histórica, lo que quiere decir una materia en constante cambio; estudia las leyes especiales de cada particular nivel de desarrollo de la producción y del intercambio, y no podrá establecer las pocas leyes muy generales que valen para la producción y el intercambio como tales sino al final de esa investigación.

Las leyes válidas para determinados modos de producción y formas de intercambio tienen también validez para todos los períodos históricos a los que sean comunes dichos modos de producción y formas de intercambio.

El modo de la distribución queda dado con el modo de producción y de intercambio de una determinada sociedad histórica y con las condiciones históricas de esa sociedad, pero con la diferencia en la distribución aparecen las diferencias de clase. La sociedad se divide en clases privilegiadas y perjudicadas, explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, y el Estado asume a partir de ese momento la tarea de mantener coercitivamente las condiciones vitales y de dominio de la clase dominante respecto a la dominada.

La distribución no es un resultado meramente pasivo de la producción y el intercambio; también actúa a su vez, sobre una y otro. Todo nuevo modo de producción y toda nueva forma de intercambio se ven obstaculizados por las viejas formas y sus correspondientes instituciones políticas, y también por el viejo modo de distribución. Cuanto más móvil es un modo dado de producción y distribución, cuanto más capaz de perfeccionamiento y evolución, tanto más rápidamente alcanza la distribución misma un nivel en el cual desborda las formas que la engendraron y entra en conflicto con el tipo de producción e intercambio existentes.

La producción capitalista es la concentración de capitales en pocas manos, por un lado, y concentración de las masas desposeídas en las grandes ciudades, por otro. La conexión entre la distribución se refleja en el instinto popular. Mientras un modo de producción se encuentra en la rama ascendente de su evolución, son entusiastas de él incluso aquellos que salen peor librados por el correspondiente modo de distribución.

Cuando el modo de producción en cuestión ha recorrido ya un buen trozo de su rama descendente, entonces, aparece como injusta la distribución cada vez más desigual, se apela a la llamada justicia eterna contra los hechos caducados. Está apelación a la moral y al derecho no ayuda a avanzar; la ciencia económica no puede ver un argumento, sino sólo un síntoma, en la indignación ética.

Su tarea consiste en exponer los males sociales que ahora destacan como consecuencias necesarias del modo de producción existente, pero también como anuncios de su inminente disolución, y en descubrir los elementos de la futura nueva organización de la producción y del intercambio, la cual elimina dichos males.

El modo de producción capitalista comienza con la crítica de los restos de formas feudales de producción e intercambio, muestra la necesidad de su sustitución por formas capitalistas, desarrolla las leyes del modo de producción capitalista y de sus formas de intercambio con su aspecto positivo por el cual promueven los fines generales de la sociedad, y termina con la crítica socialista del modo de producción capitalista, con la exposición de sus leyes en el aspecto negativo probando que ha producido una situación de clase cada día más insoportable, la contraposición agudizada entre menos capitalistas, pero cada vez más ricos y los trabajadores asalariados más numerosos y en peores situaciones; y que las masivas fuerzas de producción originadas en el marco del modo de producción capitalista esperan una sociedad organizada para conseguir una cooperación planeada, con el objeto de asegurar los medios de la existencia y del libre desarrollo, y ello en medida siempre creciente.

Para criticar la economía burguesa había que estudiar las formas que le han precedido o que aún n a su lado en países poco desarrollados. A Marx y sus investigaciones debemos casi todo lo sabido sobre la economía teorética burguesa.

Economía política en el siglo XVIII no era expresión de la situación y las necesidades de su época, sino expresión de la razón eterna; las leyes de su producción y del intercambio eran externas leyes naturales; se desprendían de la naturaleza del hombre, pero ese hombre resulta ser el ciudadano medio en su transición hacia el tipo del burgués, y consistía en fabricar y comerciar en condiciones históricamente determinadas por su época.

Duhring concebía la economía política mediante leyes naturales de verdades eternas, su economía apela a lo establecido en su filosofía y se apoya en algunos puntos esenciales en verdades ya rematadas en un campo de investigación más alto y que le están supraordinadas. Pero estas leyes no permiten una recta comprensión de la historia pasada más que si se las estudia en la ulterior determinación que han experimentado sus resultados por las formas políticas de sometimiento y agrupación. Del mismo modo, dice que todo trabajador socialista sabe que el poder se limita a proteger la explotación, pero no la crea; el fundamento de su explotación es la relación entre el capital y el trabajo asalariado, y que esta relación ha nacido por vía puramente económica, y no violenta.

Duhring coloca junto a la producción la distribución, como un segundo proceso plenamente externo que no tiene nada que ver con el primero. La distribución es siempre resultado de las condiciones de producción e intercambio.

Dühring, decía: “Un ser humano, en la medida en que se piensa como único, o, lo que equivale a lo mismo, como fuera de todo relación con otros, no puede tener deberes. No hay para él ningún deber, sino sólo un querer.”

Pero, ¿quién es ese ser humano sin deberes sino aquel fatal “Adán originario”?, junto a este Adán aparece un segundo Adán (no una Evade ondulantes mechones). Inmediatamente Adán asume deberes, y los viola. En vez de abrazar a su hermano, le somete a su dominio, le subyuga, y toda la historia humana hasta el día de hoy padece las consecuencias de ese primer pecado.

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