La empresa personal es una tarea fundamental que el hombre debe llevar a cabo, tarde o temprano en algún momento de su vida. La labor de forjarse una identidad propia es necesaria

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INTRODUCCIÓN

La empresa personal es una tarea fundamental que el hombre debe llevar a cabo, tarde o temprano en algún momento de su vida. La labor de forjarse una identidad propia es necesaria, pero no suficiente, para que puede alcanzar la plenitud de su vida humana y se relacione con sus semejantes.

La empresa personal, es una base que la persona construye desde donde construir su vida, planear metas y transcender en la sociedad de su época, por ello cada individuo responde a un llamado específico que le hace su entorno donde ha crecido, es decir, la sociedad y su propio espíritu, a este llamado se le llama vocación personal.

Es desde esta vocación personal que el hombre empieza a querer para su empresa personal, un conjunto de valores que le ayude a ser mejor en lo que hace, a buscar desarrollar fuerzas que le permitan vencer los obstáculos y finalmente, como consecuencia de ello, que el liderazgo vaya homogeneizándose con su propia personalidad.

El ser humano, desde que nace, depende de personas que estén a su alrededor que, mientras llega el momento en que pueda depender de sí mismo, lo protejan y lo guíen. Durante este periodo el hombre empieza a forjarse su propia personalidad que lo ayudará a valerse por su propia cuenta. Sin embargo, este trabajo es permanente, es decir, dura mientras él viva.

Es laudable recalcar que la misión que tiene el hombre de formar su propia personalidad muestra su superioridad como especie. A esta actividad tan fundamental del hombre se le llama empresa personal.

Llevar la empresa personal se debe hacer con la mayor responsabilidad, es más, es el compromiso más fundamental que tiene en la vida una persona. De forma natural, desde el mismo interior del hombre y conforme se va desarrollando, va descubriendo que está llamado a acrecentar sus capacidades, tanto físicas como intelectuales, adquirir nuevas aptitudes y cultivar su espíritu.

Cada hombre es distinto, cada uno se desarrolla en diferentes aristas de la sociedad, abundan personas con talentos distintos, la empresa personal de cada uno toma matices diversos, esto implica que cada uno tenga una vocación personal, es decir, una manera única de transcender en la vida. Dichas vocaciones personales pueden ser de tipo científica y tecnológica, artística, deportiva, etc., que muchas veces dependen de las necesidades que la persona detecte en su medio social y busque de alguna manera resolverlos.

La vocación personal es un llamado que la persona experimenta desde el encuentro consigo mismo, tal encuentro también lo motiva a ser mejor en aquello en lo cual ha decidido transcender en la vida y en su empresa personal. La búsqueda de la perfección no es más que una aspiración innata del propio espíritu humano. Sin embargo, buscar la excelencia conlleva determinar que valores deben ser tomados en cuenta al momento de tomar una decisión.

Cuando se toma una decisión se toman en cuenta las metas que se han trazado en la empresa personal del hombre, esto ayuda a discriminar que opción conviene a sus intereses. Las relaciones interpersonales y como se relacionan con su entorno dependen de ello. Esto quiere decir que la persona pasa su vida moderando el significado que tienen las personas, las situaciones y las cosas, en otras palabras, da juicios de valor. Estos juicios de valor deben tomar como punto de referencia un conjunto de valores, este conjunto de valores debe formarse con la plena conciencia de la dignidad propia del individuo, y acordé a sus capacidades.

En la sociedad del siglo XXI es todo un acto de rebeldía vivir con esta filosofía de vida, muchas ideas y aptitudes de cómo vivir la vida orillan al hombre hacia otro conjunto de valores tales como la apatía y la mediocridad, la manipulación y la corrupción, llevar una vida sexual sin que importe la dignidad de la persona con quien se está. Estos y otros más son escollos que se encuentran en la realización de la empresa personal. Es necesario que el individuo desarrolle ciertas fortalezas para sortear estos obstáculos.

Hay que tener en cuenta que perfeccionar la empresa personal no es una labor sencilla, exige paciencia y está llena de altibajos. Los grandes pensadores occidentales dedicaron gran parte de su vida reflexionando sobre aquellas fortalezas que permitan alcanzar la plenitud de la vida humana, a estas fortalezas les llamaron virtudes. Aquellas conductas que nos apartan de lo que es correcto se llaman vicios y son contrarios a las virtudes.

Las virtudes tienen estas características: Nos conducen a llevar una vida equilibrada; por medio de la razón y no por los impulsos naturales, la virtud hace posible llegar a la meta de la empresa personal; cada ser humano debe decidir que virtudes formarán parte de su personalidad; las virtudes ayudan a madurar la identidad de cada individuo; y proporcionan un equilibrio espiritual.

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