La enfermedad y su impacto en la familia

LA ENFERMEDAD Y SU IMPACTO EN LA FAMILIA

Cuando alguno de los miembros de una familia cae enfermo es posible que se generen una serie de cuestiones que, de acuerdo con las características de la enfermedad, no sólo pueden llegar a alterar sustancialmente el funcionamiento y la estabilidad intrafamiliar, sino que además determinarán en gran medida la evolución del paciente. Por eso, es importante que el médico, en conjunción con otros profesionales (tales como el trabajador social y el psicólogo), establezca una estrecha comunicación tanto con el enfermo como con su familia, pues de esa manera se sabrá mejor cómo encarar los problemas que supone la enfermedad.

De acuerdo con Miguel Ángel Fernández Ortega, adscrito al Departamento de Medicina Familiar de la Facultad de Medicina de la UNAM, «los cambios que se producen en las familias en relación con la enfermedad no siguen un patrón específico, más bien están dados por las propias características familiares, tales como su etapa del ciclo vital, el momento de la vida del paciente, el grado de solidez de la familia, el nivel socioeconómico, la función que cubra la enfermedad para ese grupo en específico, la historia familiar, etcétera». Asimismo, los posibles cambios o desajustes que se presentarán en la familia dependerán de cuál sea el tipo de enfermedad al que se enfrente uno de sus miembros. En ese sentido, las enfermedades pueden clasificarse en agudas, crónicas o terminales.

Cuando la enfermedad es aguda o grave es más probable que los desajustes en la familia sean de una importante magnitud, pues los cuidados y la atención que requiere un enfermo grave implican un alto grado de compromiso por parte de sus familiares. Muchas veces la atención debe ser de tiempo completo, lo cual ocasionará serios problemas si, por ejemplo, los miembros de la familia trabajan o tienen que cumplir con ciertas obligaciones.

Por otro lado, quien padece de alguna enfermedad crónica comúnmente es segregado o más bien etiquetado como diferente, ya sea porque su padecimiento le exija un cambio de alimentación o porque cambie su aspecto físico, etcétera. La cronicidad de una enfermedad impactará el funcionamiento de la familia al someterla a situaciones de estrés, pues «la familia sufre al igual que el paciente y se pueden generar cambios catastróficos dentro del seno familiar; ante esto el médico debe prevenir, diagnosticar e intervenir ya sea directamente o a través del equipo multidisciplinario de salud» (Fernández Ortega).

En el caso de un enfermo terminal las cosas son quizá más difíciles, ya que obligan a la familia a atravesar un duro proceso de asimilación de que uno de sus miembros tarde o temprano morirá. Tanto el enfermo como su familia deben enfrentarse a la inminencia de la muerte, y eso de ninguna manera es fácil, por esa razón es conveniente que el médico recurra a un apoyo terapéutico especializado.

La aparición de la enfermedad en la familia ocasiona una serie de cambios importantes en los modos de convivir y de funcionar de cada uno de sus miembros. Ante un proceso

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