La era barroca los discursos de una elección divina
Enviado por aslyne • 25 de Agosto de 2014 • Informe • 373 Palabras (2 Páginas) • 191 Visitas
V.-La era barroca los discursos de una elección divina
En este apartado que es uno de los primero de la era barroca nos acerca y nos profundiza un poco más, en esta etapa fueron muy comunes las pugnas del virrey con la Audiencia en México, nos habla de una jurisdicción política, territorial de las autoridades se encontraron tres sectores que fueron beneficiados por el desarrollo económico. Los cabildos catedralicios eran uno de los controladores del cobro de los diezmos, sometieron a las órdenes religiosas proceso que se inició con el obispo de puebla, el último sector que fue privilegiado fue el de la nobleza indígena. En todos esos sectores se dice que dios era el tema predominante que había elegido esta tierra para derramar su gracia y favor.
1.-Los paraísos terrenales en las patrias criollas.
En este subcapítulo nos comienza hablar acerca de los distintos paraísos terrenales de cómo lo veían las demás personas y lo que significaba para cada uno de ellas habla acerca de los versos de Sor Juana Inés de la Cruz con que los novohispanos describían con orgullo las grandezas de su tierra. En el siglo XVI había aun letrados que seguían considerando que el paraíso podía encontrarse en América. Nos habla de Querétaro que ahí dios planto un árbol para que fuera como un paraíso. Los temas más representativos en la Nueva España serian la del Paraíso terrenal y la caída de Adán y Eva. La cultura cristiana también considero al cielo como un lugar de delicias, para el siglo XVI, la cultura novohispana la naturaleza era un gran libro, el tema de la Jerusalén se siguió utilizándose relacionado con la Inmaculada Concepción
2.-Huertos Místicos y Yermos Bíblicos.
El paraíso occidental de Carlos Sigüenza fue una de las manifestaciones novohispanas, había muchos cuadros de los que representaban las religiosas místicas, María de la Antigua, Catalina de Siena, Rosa de Lima y Teresa de Jesús.
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