La esquizofrenia y la conducta antisocial
Enviado por assiral • 27 de Octubre de 2012 • Tesis • 849 Palabras (4 Páginas) • 750 Visitas
La esquizofrenia y la conducta antisocial
Introducción
El objetivo de este ensayo es relacionar la conducta antisocial con la esquizofrenia, misma que está catalogada como una transtorno mental, considerando tanto el aspecto jurídico como el médico.
Desarrollo
Históricamente, los límites entre el trastorno mental y la conducta violenta han sido muy imprecisos. En la actualidad aún persiste la creencia popular de que los delitos más graves como pueden ser el asesinato con componentes sexuales, la conducta parricida, el neonaticidio…y los que incluyen elementos que permiten la clasificación de agravamiento de un delito (ensañamiento y alevosía, víctimas muy vulnerables etc) son llevados a cabo por personas con algún tipo de enfermedad mental grave. Desde numerosas asociaciones de enfermos mentales se ha pretendido “limpiar” la imagen de los mismos. Sin embargo, sí que parece existir un porcentaje significativo de pacientes que a causa de haber abandonado su tratamiento farmacológico o su consumo irregular unido al abuso de drogas psicoactivas, pueden desarrollar conductas violentas. El papel de los medios de comunicación no hace más que aumentar la creencia en la asociación enfermedad mental- delincuencia. Delitos puntuales de gran violencia protagonizados por una proporción pequeña de estos enfermos pasan a convertirse en la generalidad.
Por otra parte, si se analiza la postura tomada por los profesionales de la salud mental, tampoco existe uniformidad de criterio. Así la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), defiende que, “la mayor parte de las personas violentas no sufren enfermedad mental y que con tratamiento, la persona con trastorno mental no es más peligrosa que la población general”.
Al margen de este postulado, se encuentra en la literatura numerosos estudios científicos que demuestran que personas con desequilibrios psiquiátricos graves, aquellos que tienen un tratamiento inadecuado o que, aún siendo adecuado no lo siguen, son más propensos a manifestar conductas violentas que la población general. Gran asociación existe según estos estudios, entre la esquizofrenia (especialmente la de tipo paranoide) y la violencia. Hay que tener en cuenta que, gran cantidad de ellos han sido criticados por su falta de rigor científico y como consecuencia de esto, ha acabado produciéndose la llamada “psiquiatrización de la conducta criminal”. Conviene romper una lanza a favor de otros muchos estudios que sí han llevado una metodología científica rigurosa. Destacar el llamado “Estudio MacARTHUR”.
Se trata de un trabajo multidisciplinar realizado en EE.UU. durante más de una década. Se perseguía un doble objetivo: por un lado, la valoración científica del riesgo de violencia, y por otro, la creación de una posible herramienta de actuación para que los distintos profesionales de la salud mental pudiesen valorarla. La investigación arrojó datos interesantes.
Así, se observaron dos predictores para la conducta violenta: uno la psicopatía y otro, el haber sido víctima de malos tratos durante la infancia. También se halló
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