LA CONDUCTA ANTISOCIAL
Enviado por Raguel • 8 de Mayo de 2013 • 5.356 Palabras (22 Páginas) • 3.441 Visitas
LA CONDUCTA ANTISOCIAL
La conducta antisocial se define como cualquier conducta que refleje infringir reglas sociales y/o sea una acción contra los demás.
En concreto, se exploran conductas antisociales asociadas al gamberrismo y a conductas de trasgresión de normas sociales en relación con la edad tales como romper objetos de otras personas o romper objetos de lugares públicos en la calle, el cine, autobuses..., golpear, pelearse o agredir a personas, fumar, beber, falsificar notas, no asistir al colegio o llegar tarde intencionalmente, copiar en un examen, robar, colarse cuando hay que esperar un turno, ensuciar las calles y las aceras rompiendo botellas o vertiendo las basuras, tirar piedras a la gente, tirar piedras a casas, coches ó trenes...
Un grupo de estudios ha analizado las relaciones existentes de la conducta
Antisocial con un amplio abanico de variables de la personalidad infanto-juvenil.
Algunos trabajos han hallado correlaciones positivas de la conducta antisocial con agresividad.
“El comportamiento antisocial implica toda una serie de actos que violan las normas o reglas sociales y/o una acción en contra de los demás, independientemente de su gravedad o de sus consecuencias a nivel jurídico”.
DESARROLLO DE LA CONDUCTA ANTISOCIAL DURANTE LA ADOLESCENCIA
Los Niños muestran conductas físicas agresivas tales como rabietas sin motivo y peleas, motivadas por la adquisición de juguetes, golosinas u otros recursos preciados (actos agresivos tipo instrumental), desde la infancia intermedia (5-6 años).
La agresión física y otras formas empiezan a descender en la medida en que el niño adquiere habilidad para resolver sus problemas o disputa de manera amigable. Se observa que la a agresión hostil en varones y en la agresión verbal en mujeres aumenta ligeramente, obviando la causa instrumental.
Hartup (1974) cuanto mayor es el niño, mayor es su capacidad para detectar la intencionalidad agresiva de los demás, por lo que es más probable que reaccione de manera hostil contra aquellas que hacen daño.
El nivel de violencia es más elevado durante la primera adolescencia (10-13 años) que durante la segunda (14-17 años) e incluso son más peligrosos si la pubertad es precoz debido al impacto y desajuste biológico social (Cota Roble, Neiss, Rowe 2002)
Inicialmente empiezan con novillos, robando tiendas o consumiendo drogas, luego avanzan a delitos más graves contra la propiedad o la integridad personal, siendo más agresivos y violentos.
La agresión es un atributo muy estable, incluso en investigaciones longitudinales se rebelan que las conducta agresivas entre los 3 y 10 años es un predictor de inclinaciones agresivas y antisociales más graves a lo largo de la vida (Hart 1997, Henry 1996, Newman 1997).
CAUSAS DE LA CONDUCTA ANTISOCIAL
La conducta antisocial, en la actualidad, es entendida como un fenómeno de múltiples causas y determinantes, por lo que, desde la prevención, conseguir un modelo integrador de todos aquellos factores que de una forma u otra pueden contribuir no sólo a su mantenimiento sino a su inicio, es todavía un reto para todos los profesionales interesados en este campo.
Son muchas las variables que se han asociado repetidamente a la conducta antisocial adolescente señalando el papel que éstas podían ocupar como importantes factores de riesgo, al asumir que muchas de ellas parecen, con mayor o menor consistencia, incrementar o reducir la probabilidad de que el adolescente desarrolle este tipo de comportamientos. La investigación en este campo abarca diversas áreas de estudio que van desde un ámbito más ambiental ó contextual hasta otros más cercanos al individuo y a su entorno familiar, de amigos ó escolar.
A pesar de todo el trabajo ya realizado, la diversidad de los resultados obtenidos hace necesario seguir aportando datos que puedan matizar los existentes, aclarando y especificando el valor y el peso específico de cada una de estas variables, con el objetivo de alcanzar un mayor ajuste en la explicación de tales conductas y, sobre todo, en los programas preventivos destinados a los adolescentes.
Es éste el punto de partida del presente trabajo, cuya propuesta se centra de forma genérica, en determinar la existencia y el valor predictivo de algunos de los factores de riesgo y de protección que parecen mantener una relación con el inicio de conductas antisociales en una muestra de jóvenes de la Comunidad de Madrid.
De esta forma, se han tomado en consideración exclusivamente variables de carácter Psicosocial, por ser éstas las que han mostrado una mayor relevancia en la comprensión y explicación de la conducta antisocial y además, por ser posiblemente las que mejor puedan ser manejadas desde el ámbito de la prevención dentro la psicología.
En los siguientes apartados, se presentan de forma detallada tanto los objetivos Perseguidos como aquellos datos referentes a la metodología y diseño utilizados en la presente investigación.
VARIANTES DE UNA CONDUCTA ANTISOCIAL
a) Variables psicológicas
El autoconcepto, la empatía y la depresión son pronosticadores significativos de la conducta antisocial, de tal forma que la presencia de un autoconcepto negativo, baja autoestima, baja empatía y depresión predecirán un mayor Comportamiento antisocial.
La búsqueda de sensaciones entendida como característica de la Personalidad es un pronosticador significativo de la conducta antisocial.
Corolario 1: la desinhibición predice un mayor comportamiento antisocial.
Corolario 2: la búsqueda de excitación y emociones predicen un mayor
Comportamiento antisocial.
La agresividad, la impulsividad y el autocontrol son pronosticadores significativos de la conducta antisocial, por lo que la presencia de alta agresividad, alta impulsividad y bajo autocontrol predecirán una mayor tendencia hacia los comportamientos antisociales.
Los recursos personales y valores ético-morales son pronosticadores significativos de la conducta antisocial, en el sentido de que su presencia reduce la tendencia de conductas antisociales.
b) Variables familiares
La estructura y situación actual de convivencia familiar son pronosticadores significativos del comportamiento antisocial.
El convivir con personas distintas a los padres o con uno solo de los progenitores, predice una mayor tendencia de conductas antisociales.
El ser hijo único predice también mayor conducta antisocial.
La existencia de reglas y normas explícitas de convivencia familiar son un pronosticador significativo
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