La excelencia como habito
Enviado por walas1450 • 10 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.144 Palabras (5 Páginas) • 220 Visitas
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Todos los seres humanos deseamos en nuestra vida hacer las actividades y labores de la mejor forma posible, pero para ello se requiere más que las ganas de hacer algo bien, la pasión por generar resultados satisfactorios. Esta pasión no nace con el individuo, se va forjando a lo largo de nuestra existencia.
Desde que nacemos, vamos evolucionando y presentando cambios en nuestro entorno, bien sea familiar o escolar, que nos van guiando en cómo hacer las cosas y si esa forma de hacerlo nos da satisfacción. En efecto para alcanzar la excelencia se necesita de un mayor esfuerzo, pero no necesariamente se convierte en un sacrificio, por el contrario, si es un hábito en nosotros, se convertirá en un gusto.
Cuando hablamos de que la excelencia es un habito, este debería permanecer, no solo al realizar acciones de importancia, como una tesis de grado o una conferencia internacional, sino, cuando al realizar actividades cotidianas como tender la cama u ordenar la habitación, se realizan de manera tal, que te sientes conforme y orgulloso, aunque dures más tiempo y requieras de más empeño, te motivan los resultados que obtienes.
Sin embargo, la sociedad o el entorno en muchos casos te estigmatiza por ser diferente, no entienden por qué tu eficacia alcanza tales niveles, y es porque ello que muchas veces no encajas en un grupo o en un trabajo, te sienten como un extraño, y hasta hacen que cuestiones tus principios y valores. Las personas tienden a juzgarte sin pensar que no existe una razón para tu éxito, más allá que la de tomar una actitud emprendedora ante la vida y las circunstancias que se te presentan.
Cohelo (2.003) nos destaca que: “Cuando se quiere algo, todo el universo conspira para que esa persona consiga realizar su sueño” (p.132). ¿Por qué no todas las personan trabajan para la excelencia?, simplemente porque no quieren o no poseen la motivación necesaria. Todos tenemos capacidades intelectuales para lograr nuestros objetivos y debemos tomar en cuenta que no hay fuerza más grande en el mundo que la voluntad. Está en nuestro interior trabajar con perseverancia para alcanzar la excelencia, eso es lo que nos hace sentir en desarrollo constante, ya que la búsqueda de lo mejor, nos estimula a investigar y actuar de modo que aprendemos algo nuevo todos los días y eso nos hace sentir felices. Si todas las personas pudieran sentir en su interior una energía que los impulsara a hacer las cosas lo mejor posible, se acabaría la mediocridad de talentos.
Más allá de esta excelencia que desarrollamos de forma intrínseca a la cual nos hemos referido, podemos entrar en una perspectiva optimista. Si esa fuerza interior no fluye, tenemos la oportunidad de que personas externas ayuden, motivándolos para conseguirla.
Sexton (1977) nos relata que: “La motivación es el proceso de estimular a un individuo para que realice una acción que satisfaga alguna de sus necesidades y alcance alguna meta deseada para el motivador” (p.162)
Esto nos refiere a que si deseamos que un hijo, amigo o compañero, realice una actividad con la calidad que se requiere y obtenga una calificación excelente, entonces procedemos a motivarlo con estímulos internos o externos que influyan en su actitud ante el reto. Pero esta motivación debe trabajarse consecutivamente para que el sujeto deje de depender de la motivación que le generan otros y por si mismo se de cuenta que la excelencia produce grandes satisfacciones y se habitúe a ella. Por el contario, si esta solo viene dada a través de estímulos nunca se convertirá en un hábito.
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