La gambeta de Saulo
Enviado por Diablorojo1904 • 28 de Mayo de 2017 • Trabajo • 781 Palabras (4 Páginas) • 136 Visitas
LA GAMBETA DE SAULO
La historia de Saulo comienza desde temprano, bien temprano, desde antes de nacer para ser más preciso. Destinado a justamente gambetearla, siempre, voy a ser bastante reiterativo a lo largo del relato con esta palabra porque su historia es así. Volviendo a sus inicios, el pequeño Saulo gambeteo a la misma muerte con solo tres kilogramos y chirolas, los médicos habían advertido a sus padres que el embarazo corría riesgo, pero bueno, como comente el ya estaba predestinado, digamos que su destino estaba escrito y le jugó un mano a mano a la parca y el pequeño nació, sano y vivaz.
Su nombre es una confusión, su padre quiso llamarlo Paulo, pero el del registro civil tal vez algo sordo, cansado, ido y podría seguir con los adjetivos pero no me quiero ir de tema, como se dice, lo termino anotando como Saulo. El padre sin percatarse, no lo noto hasta llegar a su casa. Si quieren contar esta anécdota del pequeño como otra de sus gambetas, perfecto.
Ya en su niñez podemos contar infinidades de hazañas, pero como me gusta decir, lamento ser reiterativo, gambetas. Cuando se escabullo de la cama y termino durmiendo en la cucha del perro, cuando cruzo la calle de tierra y termino tomando la leche con el vecino, un viejo al que todos temían no por ser malvado sino por ser algo ermitaño, pero Saulito era distinto, como se dice un crack, logro que el viejo sonría y hasta insista a los padres que lo dejen, que él lo cuidaba.
Pero su primera gran gambeta la vivió un poco después de empezar el jardín de infantes, digo esto porque las anteriores fueron más que nada instintivas casi inconscientes, esta gambeta sucedió una tarde de enero, de esas tardes de verano eternas donde el sol quema y recién se esconde pasadas las ocho de la noche donde te da bastante tiempo para vivir aventuras y más siendo un infante donde solo te preocupa jugar con tus amigos, pero Saulo era distinto y había prestado atención de que esa tarde no era igual a las anteriores, un viento cruzaba y pareciera que te tocaba como invitándote a entrar a tu casa, vaticinando que algo iba a suceder, pero como los demás no mostraban preocupación, el pequeño siguió con lo suyo, llenando de agua las bombuchas para refrescarse con sus amigos del barrio. Pasadas las cuatro de la tarde había empezado la guerra de bombuchas, Saulo apuntaba y daba en el blanco, ya sea la cara, el pecho y hasta las partes intimas de sus rivales de turno, y si fuera poco ninguno atinaba y lo mojaba, tal vez de suerte o tal vez porque los de enfrente no eran buenos tiradores, fue tanta la paliza que propino nuestro gambeteador que en un abrir y cerrar de ojos el pequeño termino en el hospital con una cortadura en su cabeza producto de una piedra lanzada por uno de los chicos frustrado por no mojar a Saulo en la media hora que duro la guerra, pero lo raro fue que en el momento en que la piedra comenzó a acercarse, los testigos comentaron como está se detenía a medida que llegaba al cráneo de Saulo, algo raro, casi inexplicable, el viento que había sentido chumbar, jugo de su lado y fue deteniendo el trayecto de la piedra y solo rozo la frente del pequeño, los médicos dijeron que solo fue un rasguño insignificante que podía regresar a casa, pero que la tarde de bombuchas había acabado, con una nueva gambeta.
...