La globalización de la ciudadanía y la nacionalidad
Enviado por caroledluis • 26 de Noviembre de 2013 • Trabajo • 4.055 Palabras (17 Páginas) • 244 Visitas
A pesar de los innumerables trabajos dirigidos al estudio y análisis del fenómeno de la globalización no es fácil encontrar un intento de definición que vaya más allá del nivel descriptivo.
En términos generales, por globalización se entiende el movimiento acelerado de bienes económicos a través de las barreras regionales y nacionales. Este intercambio incluye personas, productos y por sobre todo, las formas tangibles e intangibles de capital. El efecto inmediato de la globalización es la reducción de la "distancia económica" entre países y regiones, así como entre los actores económicos mismos, incrementando, de este modo, las dimensiones de los mercados y la interdependencia económica.
El proceso de integración regional es un elemento fundamental para insertar en la globalización. Ciertamente la integración regional es una de las salidas estratégicas en Latinoamérica, para aumentar la escala de los mercados, para sumar recursos y para complementar. Esto se ha visto no sólo en materia estrictamente comercial, sino también en materia Social. En tal sentido, la integración regional juega un papel importante, pero vista como un proceso abierto, como un proceso integrado a esa internacionalización.
Reflexión sobre la integración regional y la globalización de la ciudadanía y la nacionalidad
Una de las transformaciones actuales más significativas en el Cono Sur de América Latina es el lanzamiento del MERCOSUR (Mercado Común del Sur), iniciativa de integración regional que incluye como socios plenos a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en asociación con Chile y Bolivia a través de tratados de libre comercio. Los cuatro países firmaron un acuerdo en marzo de 1991, aunque Brasil y Argentina ya estaban comprometidos en un programa bilateral de cooperación e integración desde 1985. Los acuerdos de libre comercio con Chile y Bolivia fueron firmados en 1995 y 1996. El proceso de negociación progresa aceleradamente y los resultados superan las previsiones. Al respecto, después de analizar los principales indicadores, Ferrer señala "que el Mercosur es mucho más que un fenómeno comercial o de inversiones. Se trata de un fenómeno histórico, cultural y político, de vasto alcance en el escenario latinoamericano e internacional" (Ferrer, 1996, p. 565).
La negociación de la "integración" es un proceso "de cúpula", con espacios limitados a la participación de funcionarios estatales, empresarios y sindicatos. Pero el proceso tiene efectos importantes en otras esferas de la vida social y cultural de la región. El objetivo de este trabajo es exploratorio. Se trata de indagar cómo incorporar una perspectiva de género en el análisis de estos procesos sociales y culturales. El punto de partida es claro: no hay una manera única o automática de hacerlo. De ahí que haya que revisar distintas perspectivas y abordajes posibles, o explorar algunos temas que, hasta ahora, han estado ausentes o invisibles, para llegar a plantear algunas preguntas de investigación prometedoras. Para qué hacerlo? El desafío académico se combina con el desafío y la urgencia política. En muchos campos de acción pública y política, los procesos de construcción institucional se han desarrollado sin prestar atención a las diferencias y desigualdades de género. Las mujeres, entonces, llegamos "tarde", a espacios y estructuras institucionales ya consolidados. La lucha por penetrar y conquistar esos espacios se hace muy difícil. Quizás, si la perspectiva de género es incorporada en las etapas iniciales de la construcción del MERCOSUR, la tarea sea más sencilla.
El camino hacia la integración regional en el MERCOSUR está recién en su etapa inicial en lo que hace a acuerdos gubernamentales, pero los vínculos entre las sociedades y los estados tienen hondas raíces históricas: tanto en términos sociales como culturales, las fronteras entre países han sido muy porosas, traspasadas permanentemente por corrientes migratorias (sea por razones económicas o por exilios políticos), por intercambios culturales de diverso tipo y por el turismo. Para ciertas actividades culturales, especialmente para la música pero también para alguna producción mediática, las fronteras prácticamente no existen.
La globalización de la ciudadanía y la nacionalidad
Globalización
En líneas generales por globalización se entiende el proceso mediante el cual se ha ido instaurando prácticamente en todo el mundo un mismo sistema, fundamentalmente económico, pero también político y sociocultural basado en la inmediatez de las relaciones y de las transacciones económicas. En este nuevo orden mundial, el organismo que marca las normas y dirige cualquier acontecimiento a lo largo de todo el planeta no es otro sino el mercado y su alcance se puede considerar planetario. Como resultado del proceso, sin duda impulsado por las nuevas tecnologías de la información, se ha creado lo que algunos autores han venido en llamar sociedad-red. De esta forma, y como consecuencia clave (también como motor principal), las economías mundiales se han vuelto tan interdependientes entre ellas lo cual marca las nuevas relaciones entre los estados y la sociedad . Se trata de la llamada “Era de la información”
Frente a la inevitabilidad de la nueva sociedad global ha surgido una importante contestación en la forma de un resurgir de las identidades; de tal manera que donde antes se postulaba la uniformidad hoy se está viviendo, entre otras cosas, el renacer de los nacionalismos. Este fenómeno se está viendo fundamentalmente ya desde principios de los años 90 del siglo XX. Sin embargo, el resurgir de las identidades no se refiere sólo a las identidades nacionales sino a todo tipo de colectivos minoritarios, ya sea en función de sus creencias religiosas o de sus preferencias sexuales.
Esta respuesta no obedece sólo a los aspectos políticos o económicos, sino que principalmente tiene que ver con la reafirmación de la cultura propia, que el pensamiento único pretende situar en un plano inferior y secundario. La nueva contestación a la tendencia uniformadora se ha planteado desde numerosos frentes y bajo numerosas y diferentes formas, pero la que aquí nos ocupa es el ya mencionado renacimiento de los nacionalismos, tendencia política y cultural que muchos habían dado por extinguida y que para algunos supone un paso atrás en la historia de la humanidad. No obstante, negar que los nacionalismos son atemporales es como negar el derecho ya no sólo de los pueblos, sino de cualquier colectivo, a reivindicar sus características
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