La historia del fútbol en México

LA EVOLUCIÓN DE UNA PASIÓN

“Poco sabes del fútbol si crees que solo es un deporte y no entiendes que es una pasión.”

Si bien fueron los ingleses quienes trajeron el futbol soccer a nuestro país, los mexicanos ya sentíamos una enorme pasión por un juego similar que incluía enfrentamientos entre rivales y una pelota que iba y venía dentro de una cancha.

De acuerdo con las ultimas cifras publicadas en Euroamerica Sport Marketing, la industria del futbol mexicano alcanzó la increíble cifra de los 67 mil millones de euros, dejando claro que nuestro país se encuentra en el top 10 de las economías del balompié más importantes del mundo y prueba de esto es la existencia de más de 30 clubes que disputan la presencia en primera división profesional, donde encontramos clubes como el América, Chivas, Pumas, Cruz Azul, etc., y en la primera división de Ascenso donde se encuentran clubes como Alebrijes, Dorados, Atlante, Leones Negros, etc.

Pero ¿Cómo llega este deporte europeo a tierras mexicanas? A finales del siglo XIX llegaron a México colonias inglesas, en su mayoría eran gente acaudalada, empresarios que venían a explotar los yacimientos mineros en los estados del centro y fueron ellos quienes empezaron a practicar el futbol como una forma de convivencia, ya que era obligatoria asistir a estos eventos con rigurosa etiqueta y al culminar los encuentros se servían el té.

Pero sin darse cuenta, estos eventos sociales británicos sembraron la semilla de lo que se convertiría en el deporte más importante para esta nación, ya que dichos eventos no pasaban desapercibidos primero por las familias acaudaladas mexicanas y segundo por los trabajadores de las empresas inglesas.

Es así que para 1901, los dueños británicos de la empresa Real del Monte fundaron el primer club de futbol soccer en territorio mexicano, el cual fue nombrado Pachuca Athletic Club, y un año después las comunidades escocesas, francesas y españolas en México fundaron sus propios clubes, llegaron el Orizaba Athletic Club, el Reforma Athletic Club, el British Club y el Club México organizando así en 1902 la primer competencia nacional de futbol teniendo como primer campeón al Orizaba Athletic Club.

“El fútbol es una historia de amor entre un niño y un balón.”

- Roy Maurice Keane

Durante la revolución, en 1910, el futbol se coló a las comunidades más marginadas del país, indígenas, campesinos y soldados empezaron a jugar este deporte como una distracción de los problemas, recuperando un poco de alegría en medio de la guerra.

Con esta propagación del deporte, se formaron equipos amateurs en las zonas suburbanas del país, despertando una pasión que yacía dormida en lo más profundo del pueblo mexicano, esa pasión que surgió antes de la conquista con el juego de pelota prehispánico originado unos 300 años antes de Cristo.

Si bien, el juego de pelota está lejos del futbol moderno podemos decir que a los mexicanos nos recuerda de alguna manera ese ir y venir de un balón, aquel ritual que a su vez es un juego, es muy similar a lo que sentimos actualmente por el futbol.

A pesar de que el juego de pelota era una ceremonia, también se jugaba de manera recreativa entre los niños y mujeres de la población.

Podemos apreciar como cada ciudad prehispánica tenía su espacio para el ritual del juego de pelota, ciudades como Tajín, Chichén – Itzá, Tikán, Copán, Tula, etc., similar a lo que hoy vemos con las ciudades de México y sus estadios de futbol, que pueden ser de los más modernos como el estadio BBVA Bancomer, casa de los Rayados de Monterrey, el estadio Omnilife casa de las Chivas de Guadalajara, o estadios como el Olímpico Universitario casa de los Pumas de la UNAM que es el único de los estadios olímpicos ubicado en un área declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por su arquitectura y arte.

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