La honestidad
Enviado por jeidyvarela • 10 de Febrero de 2012 • Monografía • 4.278 Palabras (18 Páginas) • 2.366 Visitas
Honestidad
Es la cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma). Ser honesto es ser real, auténtico y genuino todo lo contrario al ser deshonesto que es ser falso, ficticio e impostado.
La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad y expresa la disposición de vivir en la luz por esta razón debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón, necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos y en ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar, ya que Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento que cuando se emplea a menudo pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.
Ser honesto es de suma importancia ya que toda actividad social requiera una acción concertada y se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza ni la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta. También expresa respeto por uno mismo y por los demás, que al igual que como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo; esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer.
¿Cómo se cultiva la honestidad?
Como la mayoría de las virtudes es conveniente desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás, ya que mientras más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada; hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: “Tomarla en Serio”, se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y para la auténtica vida comunitaria.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo dicen “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”, es conviene concentrarse en lo que importa de verdad, por la clase de persona que uno es
La persona que es honesta puede reconocerse por:
Ser siempre sincero, en su comportamiento, palabras y afectos.
Cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie de la letra, sin trampas, engaños o retrasos voluntarios.
Evitar la murmuración y la crítica que afectan negativamente a las personalidad de los demás. Guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.
Tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos y materiales.
Para vivir con más cuidado y esmero el valor de la honestidad, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes acciones:
Lleva con claridad el manejo que haces del dinero, sin buscar quedarte con una parte alterando las cuentas e inventando gastos o argumentando extravíos.
Debes ser fiel a tus promesas y compromisos por pequeños que puedan parecer.
Si adquieres una deuda págala con oportunidad, no te escondas ni te molestes por el cobro, pues en justicia debes cumplir con ese compromiso.
Aléjate de la pereza y cumple con tus deberes, así no tendrás la necesidad de dar pretextos o mentir para encubrir tu falta de responsabilidad.
Habla siempre con la verdad, no inventes ni exageres cosas sobre tu persona o sobre los demás, ya que lo mismo ocurre ante los problemas, situaciones laborales o de la vida cotidiana.
No reveles aspectos negativos de la personalidad de los demás, aunque no te hayan pedido guardar el secreto podrías caer en la murmuración, calumnia o difamación.
Acepta serenamente los errores y fallas que has cometido así como sus consecuencias; rectifica y si es necesario pide disculpas.
Evita criticar negativamente las normas que existen en tu trabajo, la escuela o cualquier lugar, con personas ajenas y con poco conocimiento de las circunstancias. Dirígete al encargado, directivo o autoridad correspondiente.
No tomes ni utilices los bienes ajenos sin la aprobación del legítimo propietario aunque asi exista mucha confianza.
Utiliza con propiedad los instrumentos de trabajo que están bajo tu responsabilidad.
Demuestra respeto y fidelidad a tu cónyuge, evitando cualquier forma de coquetería o excesiva confianza con personas del sexo opuesto. El engaño también es incorrecto en el noviazgo.
La persona honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales.
Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.
Cuando un ser humano es honesto se comporta de manera transparente con sus semejantes pues no oculta nada y esto le da tranquilidad.
Quien es honesto no toma nada ajeno, ni espiritual ni material: es una persona honrada.
Cuando se está entre personas honestas cualquier proyecto humano se puede realizar y la confianza colectiva se transforma en una fuerza de gran valor.
Ser honesto exige coraje para decir siempre la verdad, y obrar en forma clara
Para ser honesto:
Conozcámonos a nosotros mismos.
Expresemos sin temor alguno lo que sentimos ó pensamos.
No perdamos nunca de vista la verdad.
Cumplamos nuestras promesas.
Luchemos por lo que queremos jugando limpio.
La honestidad en la ética medica
La honestidad también juega un rol importante para el médico y otros profesionales de la misma especialidad, ya que la pérdida de reputación en cuanto a la honestidad en la práctica médica significa el término de la medicina como profesión;
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