La ignorancia o la negligencia

¿Qué es peor la ignorancia o la negligencia?

Institución: Rosario Vera Peñaloza.

Espacio curricular: Reflexión filosófica de la educación

                     Dimensión ético política de la praxis docente.

Docente: Silvia Gabarain.

Alumna: Gabriela García.

Carrera: Educación Primaria.

Año: 2018

Curso: 4 to

Tuve la posibilidad de comenzar mi primera etapa de residencia en el  aula de segundo grado del turno mañana, en la escuela primaria N°68 “Gabriela Mistral” la cual tiene un ambiente muy agradable. Por eso situó la situación en el desarrollo de la tarea de la docente. Seguido de esto pasó a contar un acontecimiento que me ha hecho reflexionar  ya que no se refleja la actitud que debe tener  un docente frente a su curso.

El relato que se describirá a continuación implica a un alumno en particular, el cual no deje de observar y seguir de cerca durante todo este periodo. Ya que él eso pretendía. Si bien este es un acontecimiento apartado, debemos explicar que forma parte del desarrollo del acto de educar.

Lo que se narrara a continuación sucedió un miércoles por la mañana alrededor de las 10.

La campana sonó dando fin al recreo. Los alumnos una vez finalizado el recreo hacen las filas en las puertas de sus aulas debido a que la escuela y el patio son muy reducidos.

Al abrir la puerta del curso, los niños fueron entrando uno a uno hasta que al parecer no quedo nadie más en el patio.

Una vez dentro y todos acomodados para iniciar la clase note que faltaba uno, que todavía no había entrado al aula un niño que seguía jugando y deambulando por afuera sin intensiones de entrar, ese niño era Tadeo.

Cuando me doy cuenta que Tadeo no estaba, en ese mismo instante mi primer intento de llamado de atención fue gritarle desde la puerta del aula pero como no respondía a mi llamado de atención salí a buscarlo al patio. En el momento que entra al aula la docente comienza a dar la clase.  

Pero como era de esperarse este niño no se sentó y empezó a molestar a sus compañeros. La docente viendo el comportamiento del niño y que no respetaba su autoridad sin mucha paciencia lo que hizo fue gritarle, pero Tadeo no le dio mucha importancia y siguió como si nada. Al ver esta actitud la maestra ya cansada de darle ordenes al niño, dijo en voz alta  

-Déjenlo, hagan de cuenta que no está, ignórenlo.

-Bueno, mejor si me ignoran estoy acostumbrado.- Respondió el niño.

En ese momento me quede “helada” y no supe cómo reaccionar. Al instante lo que hice fue sentarme con él para que se tranquilice y se ponga a realizar las actividades. Sin embargo nadie le dio mucha importancia y la clase siguió con normalidad.

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