La importancia de establecer los derechos humanos

Los derechos humanos son un conjunto de resultados a través de la historia, de las luchas sociales implantadas ante las desigualdades e injusticias de las cuales eran víctimas los menos poderosos.

Los derechos humanos, en concordancia y acuerdo con lo que establecía Herrea Flores, son procesos cuyo fin último es la obtención de la dignidad humana, es decir una vida digna conceptualizada de manera general para todos los individuos otorgándoles así a cada uno de ellos el libre acceso y, sobretodo, justo a todos los derechos que por estar establecidos en un cuerpo legal de carácter constitucional y supranacional con sus debidas garantías, deben ser cumplidos y respetados. Derechos como el derecho a la vida, a la libertad, a la integridad, acceso a la salud, a la educación, vivienda, entre otros.

Desde el punto de vista jurídico, los derechos humanos son estipulaciones de carácter legal, garantizadas en el marco jurídico de las naciones, y de gran importancia en el propio derecho internacional.

El establecimiento de los derechos humanos como universales, ha sido un importante aporte para la limitación de los poderes no solo de la burguesía medieval, sino posteriormente del Estado constituido como la administración coercitiva de la sociedad.

La concepción de “derechos humanos”, se establece desde diversos paradigmas en donde intervienen autores muy reconocidos, que a través de la historia, recogen bocetos de lo que fue y de lo que ahora significan los derechos humanos.

Estableciendo caracteres esenciales de la teoría liberal de los derechos humanos, se presenta Jorge Benavides Ordóñez quién plantea al hombre como un ser individual.

Esta concepción del sujeto de derechos es importante analizarla, en vista de que no se está creando un margen de desigualdad diciendo que el hombre es un ser único, sino que se desvincula al mismo de su procedencia, es decir de la comunidad o sociedad a la cual pertenece estableciendo de esta manera derechos de carácter universal, sin considerar las diferencias que pueden existir entre los seres humanos.

Benavides plantea:

“…“yo” portador de unos derechos inalienables, y con ello, la idea de un Estado abstencionista, que no se entrometa en los asuntos particulares de los individuos. Que propicie entonces una posición neutral del Estado respecto de los valores que profesan sus ciudadanos…”. (Benavides, 2012)

Aquí podemos evidenciar otra clara característica del liberalismo, la no intervención del Estado.

Según los liberales, esta no intervención o neutralidad por parte del Estado permitía a los individuos poder establecer acuerdos entre ellos para obtener la organización de la vida pública.

Al momento de concebir un Estado neutro, no permitimos que éste nos otorgue las garantías necesarias para poder ejercer nuestros derechos que, por más que se encuentren positivizados, únicamente serán letra muerta.

Teoría completamente contradictoria al comunitarismo, en donde determina al Estado como un particular activo dentro de la sociedad quién intervendrá en la misma para el establecimiento de valores compartidos por todos sus miembros.

Dentro del comunitarismo ya no existe la concepción individual del sujeto, ya que para ser considerado como tal debe ser parte de una sociedad de la cual es originario y con la cual comparte el ejercicio de sus derechos fundamentales.

El comunitarismo es un gran avance para el desarrollo de los derechos humanos, porque al hombre ahora se lo considera en su coyuntura con los demás miembros de su comunidad, se plantea la incorporación y respeto de diversas comunidades desde sus propias características, buscando derechos relativos basados en las diferencias existentes entre las diversas comunidades.

Por otro lado se encuentra la perspectiva republicanista, en donde Benavides afirma:

“… se destaca el énfasis del compromiso del ciudadano con la cosa pública, con la que más allá del simple pertenecimiento, existe una especie de “convenio”, por medio del cual la res publica otorga al cives los medios necesarios para que pueda desarrollarse, lo que conlleva una obligación del ciudadano con el buen desempeño del civitas”. (Benavides, 2012)

Con lo que podemos argumentar diciendo que a diferencia del liberalismo, y concordando parcialmente con el cominutarismo, el Estado es totalmente activo en la vida de la sociedad y se podría decir que inclusive el ejercicio y garantía de los derechos fundamentales de todos los individuos pertenecientes a esta sociedad dependen directamente del actuar del Estado, el cual ahora tiene la responsabilidad de otorgar al individuo ciudadano todos los medios adecuados para poder ejercitar los derechos que le pertenecen por ley, y sobretodo que éstos estén garantizados y si son vulnerados puedan ser reparados en su momento.

De igual manera, por su lado tiene un deber el individuo ciudadano, que es el correcto desenvolvimiento y uso de sus prerrogativas otorgadas por el Estado.

Hablando de garantismo, Para Ferrajoli, el Estado de derecho garantista, se ofrece como la mejor alternativa para la limitación de esos poderes que ostenta.

Por otro lado, el Estado de derecho garantista se diferencia de cualquier otro Estado porque es un Estado social y no exclusivamente un estado liberal. Es decir, el Estado de derecho liberal se preocupaba por la limitación del poder pero no se interesó por satisfacer las desigualdades económicas, culturales y sociales de los individuos. Su propuesta viene a llenar ese vacío ofertado por el Estado liberal. Por ello no duda en calificar a su Estado de derecho como un Estado liberal mínimo y un Estado social máximo.

Ferrajoli concreta su afirmación diciendo que:

“…más allá de su proclamación, aun cuando sea de rango constitucional, un derecho no garantizado no sería un verdadero derecho”. (Ferrajoli, 2001)

Los derechos humanos dentro del garantismo son estipulados como el centro de la norma jurídica, en donde además de estar escritos

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