La independencia Nicaragua

Luego de la independencia Nicaragua se vio afectada por guerras civiles en donde miles de nicaragüenses morían peleando según los intereses de algunas familias de alcurnia, que decidieron que el poder del país era de ellos.

Doña Damiana nos traslada al comienzo de una de las primeras guerras que vivió Nicaragua; más que pelear por el bien común de un pueblo era una guerra por el poder entre Manuel Antonio de la Cerda escolástico y puritano, y su primo Juan Argüello, ambicioso y astuto. Pugna que desemboco en una sangrienta guerra sin importar los medios que se utilizaran pues su único propósito era alcanzar el poder. Ejemplo de ello es el haber condenado a muerte al Dr. Rafael Ruiz de Gutiérrez y Juan Francisco Casanova que para ese tiempo tenían los cargos de Comandante y Sub-Comandante del ejérctio al condenarlos por supuesta traición a Nicaragua en alianza con Simón Bolivar desencadenando así el odio y venganza de la viuda Doña Damiana, quien no tuvo una aparente paz hasta lograr que de la Cerda fuera sacado del poder y ajusticiado de la misma manera que Cerda hizo con su esposo. Fue en esta guerra donde se inició las eternas disputas entre los serviles y cabezas calientes, conservadores y liberales, que a su vez han llevado al desencadenamiento de guerras e intervenciones de las que esta llena la historia política de nuestro país.

Pero esta rivalidad política entre Manuel Antonio de la Cerda y Juan Argüello no es sólo por el poder pues, habían tenido una amistad desde niños. Juntos habían aparecido como miembros del Ayuntamiento cuando eran jóvenes, así mismo habían dirigido la revolución libertadora de 1811 y ambos fueron condenados a muerte, después fueron prisioneros de guerra en Cádiz y fueron indultados en el año de 1817. Fue entonces cuando comenzó el distanciamiento. Durante esta época Manuel Antonio de la Cerda se había adueñado de una letra de cambio que beneficiaba a ambos lo que causo gran furia en Juan Argüello. Pero en verdad las diferencias eran más profundas que el incidente aquel. Era el nacimiento de dos corrientes de pensamientos. “Las relaciones entre Manuel Antonio de la Cerda y Juan Arguello empezaron mal y mal terminaron. Nunca hubo reconciliación.” Unos cuantos años después del asalto de Cleto Ordóñez al cuartel de Granada fueron electos por una Asamblea Nacional Constituyente en 1825 Manuel Antonio de la Cerda como primer Jefe y Juan Argüello como Vice-Jefe de Nicaragua. No había pasado mucho tiempo de estos nombramientos cuando ambos hicieron público su enemistad.

Argüello acuso a de la Cerda de abusos en el ejercicio de su cargo luego de que Cerda publicara una serie de leyes o prohibiciones que causaron manifestaciones y rechazos de los ciudadanos los cuales fueron arrestados por protestar ante irracionales prohibiciones. Muy rápido empezaron a correrse los rumores que de la Cerda padecía de una enfermedad mental y que no era cierto que hubiese estado en Suecia, sino que había estado hospitalizado en un manicomio en Francia. Con todos estos acontecimientos la Asamblea Constituyente investiga los hechos y trata de suspender a Cerda del poder pero éste renuncia antes de su destitución y se marcha a su hacienda donde se aisla completamente del mundo exterior. Al dejar Cerda su puesto asume el cargo Juan Argüello quien también oprime al pueblo con una serie de impuestos y arbitrariedades. El pueblo no aguantaba más los abusos de Argüello y sus hombres en especial a Sebastian Gonyena conocido como “Cara de venado” quien manejaba una vara de huiscoyol y con éste masacraba a cuantos se opusieran al gobierno de Argüello, por lo que el pueblo busca nuevamente a de la Cerda para que vuelva al cargo y éste acepta. Bajo este panorama estalló la guerra civil de 1827, con mayor crueldad y barbarie que jamás habia visto la historia de Nicaragua.

En esos duros años combatieron pueblo contra pueblo, familias contra familias, parientes y vecinos, unos contra otros, sin otro móvil que el insensato deseo de destruirse. Lo primero que hizo Cerda cuando asume nuevamente el poder fue enviarle una nota a Arguello invitándolo a bajar las armas y renunciar a sus ideas liberales.

Las intenciones de Cerda llegan a oidos de Arguello y más alla de las fronteras haciendo saber todo esto a Ordoñez por lo que éste decide regresar a Nicaragua. Aquí se conjugan una serie de intereses pues Ordoñez se presenta como un mediador ante de la Cerda y Arguello pero en realidad su verdaderas intenciones

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