La isla de los hombres solos

La isla de los hombres solos

Síntesis:

La novela comienza describiendo los acontecimientos que desencadenan el radical cambio en la vida del personaje central, Jacinto: el homicidio de su esposa e hija.

Respecto del suceso existían dos versiones, una contada por los vecinos donde se le atribuye toda la responsabilidad y la explicación de Jacinto que asegura que todo fue producto de un accidente sufrido por la niña. Debido a esto, Jacinto es apresado para posteriormente ser enviado a cumplir su sentencia de cadena perpetua a uno de los penales con peor fama de la nación costarricense: el penal de la isla de San Lucas.

Este lugar era temido por muchos habitantes de la región y cabe aclarar que, si bien la pena de muerte está prohibida en ese país era del conocimiento de la mayoría que una vez internado en aquel lugar insalubre y olvidado era seguro que el preso acabaría perdiendo la vida.

Desde el instante en que fueron recibidos y a través del pasar de los años el protagonista pudo darse cuenta de la pobre calidad de vida, además de la enorme cantidad de humillaciones y abusos que los presos tienen que soportar como consecuencia del poco o nulo interés que la sociedad demuestra tener cuando se habla de la reinserción del delincuente.

La historia gira en torno a los años que Jacinto pasó encerrado, contando el autor de forma muy detallada el castigo al delincuente, el tipo de tratamiento que era aplicado en la isla, las características y delitos de los hombres que generalmente eran enviados a dicho lugar así como las de los hombres que eran designados como administradores de la prisión.

Elementos destacados

Durante el cumplimiento de su sanción, Jacinto tuvo la desgracia y oportunidad de vivir dos etapas muy distintas con respecto de la administración del lugar.

Primera parte: Etapa militarizada.

La primera de esta división temporal, tuvo como elemento base la designación de militares y personas allegadas a las autoridades como gobernadores de San Lucas; es importante mencionar que generalmente eran escogidos para desempeñar esta función debido a su reconocida personalidad fría e indiferente en lo que respecta al sufrimiento humano, además de carecer de formación especializada que les permitiera desarrollar algún plan efectivo de reforma del sujeto criminal.

En base a lo descrito en la novela, uno de los métodos más usados durante este lapso de tiempo como medio de control y represión era la disminución de la dignidad y condición humana del preso hasta su extinción por medio del uso obligatorio, permanente y continuo de una cadena y grilletes. Esta imposición también limitaba y reducía (debe reconocerse que de forma eficaz) los intentos de fuga aunque provocaba aún más estrés y agresividad entre los internos puesto que era considerado un eterno símbolo de pérdida de la libertad.

El castigo físico era otra de las técnicas preferidas al momento de inculcar o mantener la disciplina entre la población de San Lucas: constantemente y sin mayor razón que aquella que las figuras de autoridad consideraran pertinente, los internos eran azotados con látigos, privados de una alimentación correcta o encerrados en celdas y calabozos completamente aislados.

Muchas veces este tipo de abusos tenían como consecuencia daños graves en la salud e integridad de los individuos: Las condiciones médicas y de higiene eran prácticamente inexistentes dentro de este contexto. Los botiquines que circulaban por las barracas únicamente consistían en unas cuantas botellas de alcohol y gasas que debían ser compartidas y administradas para un promedio de 100 personas. Esta situación provocaba que los sujetos que resultaban heridos ya fuera por castigos o fueran víctimas de accidentes laborales quedaran abandonados a su suerte y sin ningún

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