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La ley humana debe ser justa


Enviado por   •  29 de Agosto de 2011  •  Monografía  •  4.941 Palabras (20 Páginas)  •  539 Visitas

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la ley humana debe ser justa a, es decir, ha de suponer una ordenación que de a cada uno lo, suyo, que es el acto de la virtud de la justicia. En este supuesto, ¿Por qué el hombre ha de dar a cada uno la suyo? O, más incisivamente: ¿Qué se lo suyo? Los derechos humanos, según acuerdo general, son naturales, el hombre nace con ellos. No son otorgados por la sociedad y mucho menos por el Estado: sociedad y Estado deben reconocerlos, como se reconoce lo que esta ya ahí.

Entonces si el hombre nace con esos derechos, ¿De dónde proceden éstos? ¿Cómo los ha conseguido? Solo caben dos respuestas, ya que el hombre no puede darse a sí mismo los derechos naturales. No cabe más que esta solución: los ha recibido. Y si los ha recibido sólo puede ser de una extraña causa ciega, de la materia en evolución o del autor de la naturaleza, de Dios. La hipótesis de la evolución de la materia sin Dios (lo que equivale a postular la existencia de una materia eterna), no tiene consistencia filosófica. Por otra parte, cualquiera, en nombre de esa evolución, podría establecer como “natural” la supresión de esos derechos. La respuesta es clara es que el hombre nace con derechos naturales, suyos, porque como suyos los ha recibido de Dios. Y los conoce en sí mismo, en su naturaleza racional y libre. Ese es el fundamento de la ley natural.

El fundamento de la ley eterna consiste en la ordenación a través de la ley natural de lo humano se extiende también a las demás criaturas, a todo el universo creado. Y eso es la ley eterna.

La ley divino-positiva solo se entiende a partir de la fe sobrenatural, es decir, del asentimiento del hombre a las verdades reveladas por Dios.

LA LEY ETERNA

La noción de ley eterna ha sido presentada en las más diversas culturas por todos los que han reconocido la existencia de Dios, creador del mundo y providente. Es conocida la frase de Cicerón: “Veo que ésta fue la enseñanza de los más sabios: que la ley no ha sido excogitada por el ingenio humano, ni es algo eterno, que rige a todo el mundo con la sabiduría del mandar y del prohibir”. Esta sabiduría que gobierna el mundo mandando y prohibiendo, no es algo originalmente humano. Está ahí, antes de los hombres.

La ley eterna se realiza de modo necesario en las criaturas no dotadas de razón; en las criaturas racionales se ha de cumplir de forma consciente y libre. En ese sentido, la ley eterna es la primera y gran ley moral.

LA LEY NATURAL MORAL

Santo Tomás de Aquino, recogiendo una tradición filosófica anterior al cristianismo, señala que la ley natural adquiere un sentido moral, por que sólo los seres racionales y libres son capaces de esa participación.

La ley natural lo es por que comprende preceptos que están en la misma naturaleza del hombre y, además, por que puede ser conocida con la sola luz de la razón. En la práctica moral, la ley natural es un continuo criterio de referencia.

La existencia de la ley natural no se entiende sin aclarar los fundamentos metafísicos del orden moral. Por ejemplo, si se niega la posibilidad de alcanzar la verdad de forma objetiva (relativismo histórico), es imposible dar con la naturaleza del hombre y, por tanto, con el deber ser moral implícito en su ser. Tampoco se entiende la ley natural si por natural se considera simplemente lo que se da (pragmatismo) o lo más frecuente o usual (lo normal), como es corriente en algunas formas de sociología. La ley natural es una ley moral y, por tanto, ofrecida a la libertad. La ley natural no deja de serlo porque sus preceptos sean incumplidos, es decir, cualquier hombre es consciente de que determinadas acciones (mentir, maltratar a los padres, matar a un inocente, etc.) son naturalmente malas, por encima de las vicisitudes de las épocas y de las culturas. Un hombre, un grupo o incluso un pueblo puede equivocarse en lo que considera bueno y malo, pero esta de acuerdo en que el bien ha de ser hecho y el mal evitado, que es el primer principio de la ley natural.

El contenido de la ley moral natural es el conjunto de derechos y deberes que derivan de la naturaleza humana y son por tanto, comunes a todos los hombres. En este contenido se suelen distinguir unos primeros principios que todos conocen con evidencia y que pueden reducirse al primario y fundamental debe hacerse el bien y evitarse el mal. Lo anterior quiere decir, que nadie busca el mal por el mal, aunque, por deformación o por ignorancia, pueda considerarse bueno lo que es objetivamente malo, esto es, en forma positiva el hombre tiene una inclinación natural hacia el bien, aunque, por otro lado, las pasiones dificulten el libre ejercicio de la voluntad y obstaculicen la práctica del bien.

Se llaman conclusiones inmediatas (o también, segundos principios) las que se deducen de modo fácil y directo de los primeros principios; entre esas conclusiones inmediatas encontramos el decálogo.

Por último cabe hablar de conclusiones remotas (también llamados terceros principios), que son las que se obtienen, por medio de un raciocinio diligente, aplicando a cuestiones particulares los primeros principios y las conclusiones inmediatas.

En otra perspectiva, el primer y mas importante precepto de la ley moral natural es amar a Dios sobre todas las cosas, que en la división arriba citada es una de las conclusiones inmediatas, ya que racionalmente se deriva de aplicar el primer principio –hacer y amar el bien- al Sumo Bien, que es Dios.

Propiedades de la ley natural.

a) Universalidad.- La ley natural se extiende a todos los hombres, en cualquier época y cultura. La promulgación de la ley natural esta hecha en cada persona humana por el hecho de serlo. No se quiere decir con esto que cualquier persona conozca de hecho todo lo que es de ley natural, sino que puede conocerlo si consigue superar algunos inconvenientes.

b) Inmutabilidad.- En si, la ley natural en cuanto a dimensión ética de la naturaleza humana es inmutable, como lo es, metafísicamente, esa naturaleza. En cualquier época y cultura el hombre es racional y libre y su inteligencia se dirige hacia la verdad y su voluntad hacia el bien. La Inmutabilidad alcanza tanto los primeros principios como las conclusiones inmediatas y a las conclusiones remotas.

c) Cognoscibilidad.- El hombre puede conocer todo el contenido de la ley natural; sin embargo, en razón de la mayor o menor evidencia de los diversos preceptos de la ley natural, puede existir ignorancia sobre algunos de esos preceptos en circunstancias concretas: “a veces ocurre que la conciencia yerra por ignorancia invencible, sin que por eso pierda su dignidad. Esto no puede decirse, en cambio, cuando el hombre se preocupa bien poco de buscar la verdad y el bien, y la conciencia se va casi cegando por la costumbre de pecar”

Resulta claro

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