La mesa se encontraba servida ya hace más de una hora, y no habían señales. ese mismo día, llego el último paquete, proveniente de Santiago. Era un día lluvioso

Hasta Siempre

(2015)

La mesa se encontraba servida ya hace más de una hora, y  no habían señales. ese mismo día, llego el último paquete, proveniente de Santiago. Era un día lluvioso, frio, esos días en que nadie quería salir a la calle. Lucia, una mujer delgada y de piel pálida, no quería ver lo que contenía aquel presente, ella sentía que lo peor estaba por llegar.

Hacía ya dos años que, había emprendido un viaje lleno de sueños y anhelos, un viaje que quizás nunca imagino. A pesar de ello la incertidumbre se había convertido en un arma mortal, que poco a poco la iba consumiendo. Gerard, oriundo de Francia, era un tipo tímido, de muy pocos amigos, y con una infancia golpeada por la pérdida de su padre, un hombre que para él era su vida.

¿Te pasa algo?, pregunto Lucia.

Su voz golpeada claramente transmitía cierto nerviosismo, esto fue detectado por Gerard. Pasaron largos segundos, y Gerard contesto: “Te dije que nada, déjame tranquilo” golpeando la puerto, y provocando un estruendo que  llego a sacudir el alma de Lucia, las cosas habían cambiado. Ella, siempre intentaba no cuestionarse las cosas, no quería asumir la realidad, pero en el fondo de su corazón sabía con certeza lo que Gerard estaba sintiendo.

Aquella noche anterior, había sido perfecta. Habían asistido al restaurant que más le gustaba a Lucia, celebrando su tan esperado cumpleaños. Ambos,  a pesar del poco tiempo que llevaban juntos, se querían como si se hubiesen conocido de toda la vida, lo que habían construido era puro y autentico, un amor verdadero. Pero ambos, a pesar de aquello, sabían muy bien que habían traspasado los límites.

Fue aquella noche, en que Gerard decidió tomar la iniciativa y dejar de evadir aquel tema que provocaba en el gran incertidumbre y tristeza: “Lucí, ambos sabemos que nos queda muy poco tiempo en este lugar, me gustaría saber que será de nosotros”, su rostro había cambiado por completo, su expresión decía más que cualquier palabra. Tímida, Lucia nunca se imaginó que llegaría ese momento, ella en el fondo de su corazón lo amaba, pero sabía muy bien que ambos pertenecían a lugares distintos, y que la distancia iba a ser un impedimento para poder seguir juntos, ella con voz titubeante contesto: “Nose que decirte, Gerard. Ambos sabíamos que esto algún día se iba a acabar”. Gerard quedo perplejo, sin capacidad de respuesta, nunca se esperó que Lucia con tanta frialdad le diría eso, él se había imaginado algo totalmente distinto.

A pesar de su corta edad, Gerard nunca había sentido un cariño tan grande por una mujer. Ella, desde el momento que lo conoció, siempre le brindo cariño y compañía, fue el primer momento en que Gerard sintió que podía confiar en una persona, ya no se sentía solo. Ambos, lejos de sus hogares formaron un lazo que muy pocas personas pueden llegar a tener en tan poco tiempo, la complicidad era mucha.  A Gerard, lo primero que le gusto de Lucia fue su sonrisa, y su optimismo por la vida. A ella, su autenticidad y su capacidad de superar la adversidad.

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