La niña de la casa abandomada

La niña de la casa abandomada

En una calle de la colonia Santa María la Ribera, en la ciudad de México, hay una casa abandonada. Tiene un porton grande de madera que por falta de cuidados está apolillado. Por una rendija se puede observar que lo que alguna vez fue un bonito jardín con una fuente, hoy está cubierto de malesa silvestre y no es difícil que convivan ahí infinidad de insectos y bicos raros.

Un día que pasaba frente a esa casa, Victoria vio que la puerta estaba entreabierta, pero le dio miedo entrar. Al llegar a su casa les platicó a sus hermanos que esa casa no estaba cerrada como creían, sino que la puerta sólo estaba emparehada.

Entonces decidieron ir los cuatro, para que no les diera miedo. Al abrir la puerta se toparon con muchas telarañas y con miedo caminaron hacia la casa. La puerta de entrada era de vidrio y estaba roto a la altura de la chapa, por lo que sólo corrieron el pasador y entraron. La primera habitación era la cocina, que tenía instalados muebles viejos llenos de polbo, observaron que había unas bolsas de papel con pan y restos de comida reciente, por lo que voltearon a verse todos y sin decir nada, salieron disparados.

Una vez en su casa comentaron el suceso, no era posible que la comida tuviera mucho tiempo, quizás alguien vivía ahí. Así que al día siguiente regresaron a esa casa, armados con un bat de béisbol, para defenderse por si alguien quisiera hacerles daño.

Al entrar a la casa, Victoria y sus hermanos comenzaron a gritar: ¿Hay alguien ahí? ¡Salga, no queremos hacerle daño! Y al no obtener respuesta, comenzaron a buscar. En uno de los armarios encontraron escondida a una niña como de 6 años. Estaba muy sucia y tenía la ropa hecha girones. Pero no pudo decir ni una palabra de tan asustada que estaba, tampoco lograron hacerla salir del armario. Entonces le dejaron una bolsita con galletas que llevaba Quique, el menor de los cuatro y el más goloso.

Al llegar a su casa les platicaron a sus padres lo ocurrido. Primero los regañaron por meterse en un propiedad privada, pero después la mamá se comunicó con una trabajadora social que al día siguiente acudió a esa casa acompañada de un policía. Después de mucho insistir convencieron a la niña de ir con ellos.

Se trataba de una niña de la calle que no tiene familia. Subsistía ayudándoles a unos muchachos a lavar paravrisas y con el poco dinero que le daban, ella se compraba algo para comer y por las noches dormía en esa casa.

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