La noche que dio a luz a un psicópata.

La noche que dio a luz a un psicópata.  

Recuerdo que peleamos mucho esa noche, y fui al lago a arrojar piedras como siempre lo hacía cuando me sentía así,  no quería irme a la ciudad todavía no me sentía preparado creía que mis padres querían deshacerse de mi o algo parecido fue lo que me hizo explotar de esa manera, ¿por qué debería irme? Si mi vida era genial hasta esa noche y digo hasta esa noche precisamente pues algo terrible estaba a punto de suceder.

Las cosas marchaban bien cursaba mi último grado de bachiller, aunque últimamente mi novia venia actuando un poco extraña hace dos semanas más o menos, yo era un joven amigable pero poco extrovertido era callado y cuando me enojaba perdía el control muchas veces, golpee a un par de compañeros alguna vez pero eso no me hacía menos persona.

De un momento a otro empecé a notar que mis calificaciones ya no eran las mismas tal vez le estaba dando mucha importancia a mi relación sentimental y ahora me pongo a pensar que todo esto que paso fue causado por esa relación.

Suena poco lógico culpar una relación sentimental y escudarse en ella para justificar nuestros actos y no estoy justificando el daño que he hecho, soy consciente que he hecho mucho daño aunque nadie lo supo en un principio y lo peor es que mientras tenga los recuerdos de esa noche en mi cabeza jamás me arrepentiré de lo que hice pues entré en este círculo vicioso y considero que fue imposible salir de aquí.

Uso el término “esa noche” para referirme a  la noche de aquel viernes oscuro que cambio mi vida, ese día llegue más tarde de lo habitual a mi casa, y me sorprendió encontrar a mi novia allí, me pareció algo extraño sospeche que algo no andaba bien y aunque hasta hace poco descubrí la verdadera causa de la visita de ella, me pongo a pensar y caigo en cuenta que la maldad no nace, la maldad la siembran las personas con el daño que te hacen; mi novia salió de mi casa sin decirme una sola palabra y al caer la noche a la hora de la cena mis padres me dijeron que lo más conveniente era que me fuera para la capital para evitar problemas, malicie que lo que fue a decir ella tenía mucho que ver en esto.

No quisieron decirme la razón de su decisión solo insistieron en que debía irme en cuanto acabara el año, se me pasaron muchas cosas por la cabeza hasta creí que mis padres me consideraban un estorbo en la casa, discutí mucho, especialmente con mi padre así que salí rápidamente tire la puerta y me dirigí al lago que quedaba a las afueras del pequeño pueblo; pase toda mi infancia juagando con mis amigos cerca al lago, allí aprendí a nadar, significaba mucho para mí, y pues ahora ese lago es todo para mí.

Esa noche estaba arrojando piedras, como siempre lo hacía para disipar la ira pero de pronto escuche un extraño ruido entre los arbustos, y acercarme a mirar fue el peor error que cometí en mi miserable vida. Efectivamente había gente allí pero era gente poco agradable, tres hombres corpulentos de vestidura negra se me acercaron, primero me preguntaron quién era y luego de eso me golpearon y abusaron de mí, me cortaron la piel  para hacer un extraño rito, luego de eso me arrojaron al lago.

Me dieron por muerto, pase toda la noche a orillas del lago al otro día me encontraron unos muchachos que iban a nadar y me llevaron al hospital, tuve una recuperación física rápida pero mi recuperación psicológica nunca llego. Pasé los días tratando de vencer la imagen de esos hombres abusando de mí y haciendo esos rezos extraños.

Con el pasar de los días sentía como una pequeña obsesión y un odio crecía en mi corazón y poco a poco se hacían más grandes, empecé a buscar culpables de lo que me había sucedido y como no los encontré me decidí a vengarme de la gente inocente.

Estaba obsesionado con ese lago y con esa siniestra noche que cambió el rumbo de mi vida por completo, también descubrí que mi exnovia estaba embarazada pero no era de mí pues nunca tuve relaciones con ella y precisamente lo que fue a decirle a mis padres aquel viernes es que yo era un acosador, para así poder decir que yo la obligue cuando se dieran cuenta que estaba en embarazo, obviamente esa era la razón por la que mis padres insistieron en que me marchara. Sentí que el mundo no era justo conmigo y por tal razón jamás sería justo con el mundo.

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