La pedagogia del oprimido.
Enviado por sofia aime Naranjo • 23 de Junio de 2016 • Resumen • 1.974 Palabras (8 Páginas) • 306 Visitas
Freire: la pedagogía del oprimido
Freire nos dice que el hombre al descubrir que sabe poco de sí mismo y de cuál es su lugar en el cosmos entra un proceso de búsqueda porque quiere saber más, para saber más de sí mismo.
El hombre busca e indaga, responde a sus preguntas y sus respuestas lo llevan a nuevas preguntas.
Pero en este buscar y querer ser más, muchas veces se produce una distorsión y el ser humano se deshumaniza. Por lo tanto el hombre puede humanizarse o deshumanizarse.
La deshumanización se ve tanto en aquellos que son despojados de su humanidad y son oprimidos, como en los que despojan y opriman.
Como la distorsión de querer ser más lleva a otros a ser menor y a estas oprimidos, ellos buscan recuperar su humanidad luchando contra quien los minimizó y esta lucha solo tiene sentido cuando el oprimido no se transforma en opresor de sus opresores, sino que logra humanizar a ambos. Esta liberación solo puede venir de los oprimidos que son los que padecen y entienden el significado terrible de vivir en una sociedad opresora.
Pero el oprimido debe luchar al mismo tiempo para no convertirse en opresor porque muchas veces en la lucha tiende a identificarse con su contrario.
Freire cuenta el caso de los oprimidos que quieren la reforma agraria “no para liberarse, sino para poseer tierras y transformarse en propietarios, en patrones, de nuevos empleados. Es raro que el campesino que pase a ser capataz no se transforme en opresor de los que antes eran sus compañeros, e incluso muchas veces terminan siendo más opresores que el mismo patrón.
Tanto los opresores como los oprimidos temen a la libertad, pero por razones diferentes. En el caso de los oprimidos, temen asumir su propia libertad y que esto los lleve a ser opresores, y en el caso de los opresores, temen perder la libertad de oprimir.
Freire reconoce que liberarse de la opresión no es tarea sencilla, él dice que “la liberación es un parto doloroso” , pero que el hombre nuevo que nace de este parto será capaz de superar la dinámica opresor-oprimido y crear una sociedad justa donde el bienestar de su gente no se base en la explotación de algunos hombres a otros.
El oprimido, no deja de ser tal solo con tomar conciencia de su opresión, sino que debe luchar por su liberación y el opresor no deja de ser tal al considerarse solidario por ayudar a otros, manteniéndolos en la opresión, sino que se humaniza y libera cuando realmente se asume como otros de opresor. Es un acto de amor en el que la opresora toma conciencia de que ha despojado y cometido un acto de injusticia despojando a otros de su palabra, que los ha comprado en su trabajo, lo que implica la venta de la persona misma y solo al llevarla a la práctica este acto de amor constituye la verdadera solidaridad.
No es suficiente decir que como somos personas somos libres y no hacer nada concreto para lograr de manera objetiva la liberación.
Para superar esta condición de opresor y oprimido se debe transformar de manera objetiva la situación que genera la opresión, es decir, se debe combatir ese inmovilismo que genera el creer, es la toma de conciencia y el tiempo los que llevan a que la opresión desaparezca por si sola.
Esto no implica que ser conscientes de la situación carece de valor, es necesario tomar conciencia de la situación para poder actuar sobre ella.
Freire dice que la realidad social no existe por casualidad sino como producto de la acción de los hombres y tampoco se transforma por casualidad y que si esa realidad construyo en la práctica se resuelve contra ellos, el transformar la sociedad opresora es tarea histórica de los hombres. Que es a los hombres a quienes les corresponde luchar por su liberación y para ello es necesario tomar conciencia crítica de la opresión y llevar a la práctica la busqueda de la libertad y esto es solo posible por medio de la reflexión y la acción.
Reconocer una realidad pero no ser crítica con ella no conduce a una verdadera transformación de la realidad porque no es un seco nacimiento verdadero sino más bien un reconocimiento subjetivo y no ayuda a transformar la realidad concreta.
Pero ocurre que muchas veces transformar la realidad hiere intereses individuales o de quienes reconocen que deben transformarla y esto los lleva a comportarse “neuróticamente” por temor a resultados adversos, y si bien no niegan el hecho, lo distorsionan y se rompe con toda racionalización objetiva y el hecho deja de ser lo que realmente es para convertirse en un mito creado como mecanismo de defensa de quien lo reconoce y nuevamente se hace imposible ser críticos.
Esto es una de las razones que muchas veces dificulta a las masas populares a insertarse de manera crítica a la realidad.
Es que el opresor sabe muy bien que esta inserción a la realidad de las masas oprimidas no le favorecería. A él le interesa que sigan inmersos en la opresión.
Por ello resulta necesario explicar a las masas sobre la importancia de su acción y dialogar sobre ellos para poder insertarlos en el análisis crítico de su realidad a través de la práctica, porque ninguna realidad se transforma a sí misma.
La pedagogía del oprimido tiene sus raíces en los propios oprimidos que se saben reconocer críticamente como oprimidos. Ninguna pedagogía liberadora puede mantenerse distante de los oprimidos porque una pedagogía que parte de los intereses egoístas de los opresores, que se camufla en falsa generosidad, hace que los oprimidos, que son objeto de humanitarismo, mantengan su propia opresión. Es el instrumento de la deshumanización.
La práctica de esta nueva pedagogía involucra al poder político para poder implementarla pero se debe hacer mucho más para cambiar la realidad opresora. Estos “trabajos educativos” buscan que el oprimido tome conciencia de su opresión y se comprometa, en la propia con el cambio y durante la transformación, a partir de la acción se enfrentaría culturalmente a la cultura de la dominación.
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