La pena de muerte en Colombia ensayo

La pena de muerte en Colombia

La pena de muerte consiste en provocar la muerte de una persona que ha cometido un delito, el cual la legislación de dicho estado ha estipulado que amerita este castigo. En la mayoría de países de América, Europa y Oceanía, la pena capital está prohibida, mientras que en algunos de Asia y África si está permitida. Sin embargo, castigos como la pena de muerte o ejecución, van en contra de los mandatos de Dios, además se cree que traen más problemas de los que solucionan.

En un país como Colombia, donde la gente es temerosa de Dios, la pena de muerte seguirá sin ser aceptada, ya que en la Biblia Dios nos manda a no matar ( Éxodo 20:13). Hay muchos pasajes que hablan acerca de los mandamientos y de los castigos que se reciben al no cumplir alguno de ellos, entre esos está Mateo 5:19-21, sin embargo, es un castigo que recae sobre Dios, pues Él es el único que puede juzgar a las personas. “Por tremenda y condenable que haya sido la acción de un hombre, castigarle con la muerte es una represalia excesiva, demasiado grande dada la limitada capacidad del ser humano para entender lo que ocurre a su alrededor y juzgar en consecuencia. Sólo Dios tiene poder para salvar o condenar la vida humana, decía la religión, con buen criterio, pues sólo un ojo omnisciente está legitimado para tomar decisiones tan absolutas, tan irreversibles” (Camps, 1992).

Señaló Miguel Torga:

<<-No matarás, ni siquiera a quien mató- Pregonaron los convertidos al claro mensaje del mandamiento. Las manos de Caín, teñidas de la sangre de su inocente de su hermano jamás serán lavadas. Pero otras manos que vengasen el abominable acto quedarían todavía más sucias. Sucias de un crimen que no serviría de nada a la primera víctima, y añadirían al horror colectivo la pesadilla irremisible de su propia crueldad (Torga)>>

Muchas veces los condenados a pena capital, son inocentes y se les condena por la simple sospecha. Tal y como pasó en Virginia, Estados Unidos, Roger Kieth Coleman, fue condenado a muerte por el presunto asesinato de una mujer tras haberla violado, y a pesar de que no habían pruebas suficientes fue ejecutado. Esto estremeció la opinión pública porque fue ejecutado a pesar de que existía la sospecha de que el culpable fuera otro (Camps, 1992).

En Colombia hay muchos casos de homicidio y de violaciones que no han podido ser resueltos, y no por eso se va a proceder a encarcelar a los sospechosos, ahora menos se puede proceder a acabar con la vida de una persona sin haber hecho todos los estudios necesarios.

No existe una investigación o algo que pueda validar que la pena de muerte reduce la criminalidad en los países donde ha sido aplicada. Como lo dijo José Ugaz en una mesa redonda donde participó, “No hay investigación alguna en el mundo que haya demostrado que la pena capital tiene  una relación de reducción de la criminalidad, por el contrario, las investigaciones que se han hecho a nivel europeo, por parte de las Naciones Unidas, el Comité de Prevención del Delito y tratamiento del Delincuente, han concluido científica y estadísticamente que no existe la proporción entre la reducción de la criminalidad y la pena de muerte (Ugaz, Yamamoto, & Zegarra, 1994). Además dijo José Ugaz, hablando del caso de Perú: “Después de la masacre de los penales, en Sendero aumentaron significativamente los asesinatos a policías y políticos, a manera de reacción a la ejecución extrajudicial. Igualmente ha pasado en otros países donde se ha aplicado la pena de muerte a personas pertenecientes a grupos terroristas o pertenecientes a la guerilla” (Ugaz, Yamamoto, & Zegarra, 1994).

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