La planeacion y la organizacion del trabajo en el aula

La planeación y la organización del trabajo en el aula.

Antonio Ballesteros y Usano

Valor y necesidad de la preparación de las lecciones. No se insistirá en la discusión de los argumentos que se oponen a que esta preparación se realice, ya que han sido examinados y valorados en sus diversos aspectos fundamentales,  por ello se exige como condición imperativa la previsión de sus objetivos y de los medios para alcanzarlos. También el valor y la necesidad vienen impuestos por las propias condiciones de la actividad infantil, por exigencias didácticas y especialmente si es referido al contenido.

La escuela funcional aspira a subordinar las técnicas, métodos y formas de la enseñanza a las necesidades y capacidades infantiles. Para satisfacer esto no basta con preparar instrumentos de trabajo de manera amplia y en un plano de generalidad,  sino que es indispensable que en la relación directa e inmediata del maestro con sus alumnos se cumpla esa función educativa. Es una concepción falsa la de creer que la autonomía absoluta de la clase y la improvisación de lo ocasional son las formas auténticas de la educación activa. Por otro lado, esa actividad, debería ser estimulada por el maestro.

Cada aspecto del aprendizaje requiere un tipo de actividad del maestro, una técnica adecuada, una serie de tareas y de ejercicios peculiares adaptados a la índole de la finalidad educativa que se aspira alcanzar. Aun para los maestros mejor preparados, cada una de sus lecciones debe tener un carácter de novedad, la preparación es indispensable desde el punto de vista del objeto del contenido del aprendizaje, por ello la escuela actual se plantea como obligación primaria la necesidad de la adquisición de un mínimo de saber por los alumnos.

Los ejercicios, problemas y prácticas que permiten a los niños aprender mediante su propio esfuerzo y actividad y si, en fin, no meditamos sobre cuál es nuestro propio papel, sobre las necesidades instructivas y hablar, conversas, estimular oralmente a nuestros alumnos sin caer en el discurso, en el verbalismo y la vena retórica.

La preparación de las lecciones y el diario de clases. Conviene hacer una distinción entre ambos instrumentos de formación didáctica. Este punto remarca lo que el docente debe llevar previamente, como lo es el dominio pleno del tema y bueno el diario es para la narración de lo realizado en clase, aunque no debería hacer obligatorio, sino dejárselo a su propia iniciativa y a su gusto o afición por este tipo de actividad.

Se aconseja que se debe llevar un cuaderno de preparación, incluso que lleven formulario impresos, como también incluir los datos de preparación que se abarcaran. Al tratarse del programa se dice que debe tener una elasticidad que permita a cada maestro tarazar sus propias normas de trabajo. Podrá formar sus propios programas con dos principales finalidades:

1. Ordenar los diversos temas que en el programa oficial o general se incluyen.
2. Establecer una relación, asociación o concentración de las materias.

La preparación de la jornada escolar. Conviene que previamente se preparen las lecciones, que el maestro establezca y tenga a la vista  su jornada de trabajo a fin de acoplar a ella, de acuerdo con la marcha de enseñanza. Una costumbre muy generalizada, ya por voluntad propia de los maestros, consiste en dividir en etapas el desarrollo del trabajo anual a manera que en cada una se llene determinado contenido y adquieran los niños el mínimo de destreza y de instrucción.

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