La sangre... vital para la vida
Enviado por historiasdeneon • 17 de Septiembre de 2012 • Ensayo • 2.253 Palabras (10 Páginas) • 590 Visitas
La sangre… vital para la vida
¿Cómo puede salvarle la vida la sangre? No dudamos que esto le interese, porque hay conexión entre la sangre y su vida. La sangre transporta oxígeno a todo su cuerpo, remueve de él el anhídrido carbónico, le ayuda a adaptarse a cambios de temperatura y contribuye a que su cuerpo combata las enfermedades.
El enlace entre la vida y la sangre se conoció mucho tiempo antes de que William Harvey describiera el mecanismo del sistema circulatorio en 1628. La ética fundamental de ciertas religiones prominentes tiene como centro un Dador de Vida, quien expresó sus pensamientos sobre la vida y la sangre. Un abogado judeocristiano dijo de él: “Él mismo da a toda persona vida y aliento y todas las cosas. Porque por él tenemos vida y nos movemos y existimos”.*
Los que creemos en ese Dador de Vida confiamos en que la guía que él da nos trae bien duradero. Un profeta hebreo lo describió así: “Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar”.
Esa garantía de Isaías 48:17 es parte de la Biblia, un libro respetado por valores éticos que nos pueden beneficiar a todos. ¿Qué dice sobre el uso de la sangre por la humanidad ese libro? ¿Muestra que sea posible salvar vidas con la sangre? En verdad la Biblia muestra claramente que la sangre va más allá de ser solo un fluido biológico complejo. Hace más de 400 referencias a ella, y a veces la conecta con la salvación de la vida.
En una de las primeras referencias, el Creador declaró: “Pueden comer todos los animales y verduras que quieran. […] Pero hay una cosa que no deben comer: carne con sangre, porque en la sangre está la vida”. Añadió: “Yo pediré cuentas […] de la sangre de cada uno de ustedes”, y entonces condenó el asesinato. (Génesis 9:3-6, Versión Popular.) Dios dijo eso a Noé, un muy estimado antepasado común de judíos, musulmanes y cristianos. Así se notificó a toda la humanidad que a los ojos del Creador la sangre representa la vida. Esto iba más allá de ser una regulación relacionada con la dieta. Estaba claro que implicaba un principio moral. La sangre humana tiene gran importancia, y no debe abusarse de ella. Después el Creador añadió detalles que nos aclaran las cuestiones morales que él enlaza con la sangre.
“Los preceptos establecidos así precisa y metódicamente [enHechos 15] se califican de indispensables, y presentan la prueba más vigorosa de que para los apóstoles este no era un arreglo temporal ni una medida provisional.”—Édouard Reuss, profesor en la Universidad de Estrasburgo.
De nuevo él se refirió a la sangre cuando dio el código de la Ley al Israel de la antigüedad. Aunque mucha gente respeta la sabiduría y ética de ese código, pocos están al tanto de sus rigurosas leyes acerca de la sangre. Por ejemplo: “Cualquier hombre de la casa de Isra-e-l, o de los extranjeros que moran entre ellos, que comiere cualquier clase de sangre, Yo Me volveré contra el que come la sangre, y le exterminaré de entre su pueblo; porque la vida de la carne está en la sangre”. (Levítico 17:10, 11, Editorial Sigal.) Dios entonces explicó lo que debía hacer un cazador con el animal al que daba muerte: “Derramará su sangre y la cubrirá conpolvo. […] No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre, cualquiera que la comiere será exterminado”. (Levítico 17:13, 14, ES.)
Los científicos saben ahora que el código de la Ley judío promovía la buena salud. Por ejemplo, requería que los excrementos se depositaran fuera del campamento y se cubrieran, y que la gente no comiera carne que encerraba gran riesgo de enfermedad. (Levítico 11:4-8, 13; 17:15; Deuteronomio 23:12, 13.) Aunque la ley sobre la sangre tenía rasgos relacionados con la salud, había mucho más implicado en esto. La sangre tenía un significado simbólico. Representaba la vida que el Creador había provisto. Al tratar de modo especial la sangre, el pueblo mostraba que dependía del Creador para la vida. Sí, la razón principal por la cual no habían de ingerir sangre no era que no fuera saludable, sino que tenía un significado especial para Dios.
En un concilio histórico, el cuerpo gobernante cristiano confirmó que la ley de Dios sobre la sangre todavía rige
En la Ley se declaró vez tras vez la prohibición del Creador sobre el ingerir sangre para sostenerse la vida. “La sangre es la vida; así que no deben comer la vida junto con la carne. Lo que deben hacer es derramarla en la tierra como agua. No la coman, y les irá bien a ustedes y a sus hijos por hacer lo recto.” (Deuteronomio 12:23-25, VP;15:23; Levítico 7:26, 27; Ezequiel 33:25.)#
Contrario al razonamiento de algunos hoy, la ley de Dios sobre la sangre no se debería pasar por alto simplemente porque surgiera una emergencia. Durante un tiempo de crisis bélica, algunos soldados israelitas mataron animales y ‘se entregaron a comer junto con la sangre’. En vista de la emergencia, ¿les era permisible sostenerse la vida con sangre? No. Su comandante señaló que todavía era un mal grave lo que habían hecho. (1 Samuel 14:31-35.) Por lo tanto, aunque la vida sea preciosa, nuestro Dador de Vida jamás dijo que sus normas se podían pasar por alto en una emergencia.
LA SANGRE Y LOS VERDADEROS CRISTIANOS
¿Cuál es la postura del cristianismo en la cuestión de salvar la vida humana con sangre?
Jesús fue un hombre de integridad, por lo cual se le estima tanto. Él sabía que el Creador había dicho que ingerir sangre era incorrecto, y sabía que la observación de esta ley era obligatoria. Por eso, hay buena razón para creer que Jesús sostendría la ley sobre la sangre aunque se le pusiera bajo presión para que hiciera lo contrario. Jesús ‘no cometió pecado ni en su boca se halló engaño’. (1 Pedro 2:22,Nácar-Colunga.) Por eso, fijó un patrón o modelo para sus seguidores, y en eso se incluía el respeto a la vida y la sangre. (Más tarde consideraremos la conexión de la propia sangre de Jesús con este asunto vital que afecta su vida.)
Martín Lutero señaló lo que implicaba el decreto apostólico: “Ahora bien, si queremos tener una iglesia que esté en conformidad con esteconcilio, […] tenemos que enseñar con insistencia que desde ahora en adelante ningún príncipe, señor, ciudadano ni campesino coma ganso, venado ni cerdo cocidos ensangre […] Y tanto los ciudadanos como los campesinos deben abstenerse especialmente de salchichas de sangre y embutidos de sangre”.
Note lo que sucedió cuando, años después de la muerte de Jesús, surgió una cuestión en cuanto a si el que llegaba a ser cristiano tenía que observar o no todas las leyes de Israel. Esto se consideró en un concilio del cuerpo gobernante
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