La trata de infantes en México y la manera de afrontarlo por parte de las autoridades.

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Maestro:

Eduardo López

Alumno:

Francisco Javier Silva Ramírez

Tema:

“La trata de infantes en México y la manera de afrontarlo por parte de las autoridades”

Monterrey, N.L. a 21 de Julio de 2016

Se han vivido tiempos difíciles a lo largo de nuestra joven nación y lo más preocupante para la sociedad es su seguridad y bienestar en conjunto, pero ¿el actuar de nuestros gobierno y autoridades es el idóneo para que esta situación no sea un problema nacional?, yo creo que no, pero siempre hay una luz al fondo del camino y esta es la sociedad en sí, la sociedad como conjunto es una fuerza que no tiene un alto para que la verdad supere a la ficción.

 Algo que mengua mucho la situación de un país es la seguridad de sus habitantes, al igual que otros factores, tales como economía, cultura, educación, entre otros.

Pero si bien casi todos estos rubros van encaminados a una población que va de personas jóvenes a personas adultas, hay una parte, que dicho sea de paso son las más vulnerables, los infantes.

Las personas menores no son capaces de hacerse valer por sí mismas, hablamos de personas comprendidas desde el nacimiento hasta la edad de 15 o incluso hasta los 18 años.

Hay un negocio que está proliferando cada vez más y no por su carácter lícito, sino todo lo contrario, sino por hacerse de este sector de la población para satisfacer sus necesidades que mayormente son económicas, hablamos de los tratantes de infantes.

Por más esfuerzos que se han implementado tanto por organizaciones no gubernamentales y el mismo gobierno la guerra contra la trata de infantes no ha podido bajar su tasa, ya sea para finalidades sexuales o bien por tráfico de órganos, las medidas que el gobierno ha manejado aparentan no ser las más eficaces para poder contrarrestar este flujo tanto dentro como fuera del país.

Cabe señalar que ciertos sectores  de la sociedad son los más vulnerables para que esta actividad se lleve a cabo, que son las personas marginadas, que por su invisibilidad ante la sociedad no son un sector que pueda hacer ver un foco rojo a los otros grupos; las personas en extrema pobreza, que por cuestiones económicas optan por vender a sus hijos para una solvencia económica mayor; las personas de zonas rurales, que por su alto grado de analfabetismo o cultura también son propensos a estas vejaciones y otros tantos que por medio de raptos o abducciones se apoderan de personas que por cierta incapacidad de las autoridades para darles seguimiento, se dejan en el baúl del olvido para la sociedad en sí.

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