La vida en México durante el siglo XVIII.

La vida en México durante el siglo XVIII

• La sociedad novohispana estaba formada por una minoría de españoles peninsulares, quienes gozaban de todos los privilegios, seguidos por los criollos, ricos pero relegados frente a los peninsulares.
• La mayor parte de la población era indígena; había además mestizos, mulatos y africanos.
• La autoridad residía en el virrey y el arzobispo.
• Los puestos públicos más importantes se encontraban a cargo de los peninsulares.
• Los comerciantes, en su mayoría españoles peninsulares, amasaban grandes fortunas a través del contrabando de mercancías de Oriente.
• Las clases sociales estaban fuertemente marcadas.
• Los indios y las castas (que eran mano de obra barata) realizaban largas jornadas de trabajo, siempre a disposición del amo; de vez en cuando se amotinaban pos hambre. En contraste los criollos y españoles gozaban de una vida cómoda y organizada en la que el trabajo era lo que menos tiempo ocupaba.
• La Iglesia atravesaba una época de crisis, pues dentro del clero existía una profunda relajación de costumbres, y no podía impedir la superstición y la ignorancia entre las grandes masas.

Los jesuitas en América

• La Compañía de Jesús extendió su tarea educativa en el continente americano; se encontraba diseminada por todo el territorio. En México tuvo seminarios y colegios en Tepotzotlán, Puebla, Pátzcuaro, San Luis Potosí  y otros lugares.
• Jugó un papel importantísimo en la educación criolla.
• Lo mejor de la inteligencia novohispana pasó por sus aulas.
• Dentro de los colegios jesuitas se conservó la tradición humanista, basada en el estudio de las lenguas clásicas, como una fuente inagotable de renovación.
• Al paso del tiempo la Compañía de Jesús llegó a tener en el terreno cultural un lugar preeminente en las sociedades americanas; se volvió imprescindible en la educación y en la renovación constante; sus enormes riquezas la volvió peligrosa en el terreno político.
• En México la orden de expulsión de los jesuitas se dio en 1767 y se les confiscaron todas sus obras y bienes. Oficialmente se le acusó de enriquecimiento excesivo, y de intervenir en la política.

Bibliografía:

Chorén, Josefina,  Guadalupe Goicochea, Ma. de los Ángeles Rull, “El siglo XVIII. La Ilustración y el Neoclasicismo”,  Literatura mexicana e Hispanoamericana, México, Publicaciones cultural, 1997, pp. 99-126.

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