La ética Como Valor Fundamental Dentro Del Aula Escolar.

La ética como valor fundamental dentro del aula escolar.

INTRODUCCIÓN

La riqueza cultural del ser humano es innumerable, mucha de esta riqueza es gracias al enorme proceso evolutivo al que se ha enfrentado y que sigue enfrentado. La mayoría de los individuos viven y sobreviven inmersos dentro de una sociedad la cual se conforma a su vez por infinidad de costumbres, tradiciones, lenguas, valores, etc.

Muchos de estos seres “pensantes” vivimos con la concepción de diversos valores, mismos que hemos podido observar o vivir en diversas etapas de nuestra vida, la solidaridad, el amor, el patriotismo, la libertad, la ciudadanía, la ética, etc., centrando la atención en este último cabe resaltar que un gran número de individuos se consideran éticos, pero lamentablemente sólo retoman este significado en el ámbito laboral, dejando de lado la ética a nivel personal, familiar y social, como menciona Fernando Savater : “En el fondo la ética es una reflexión que cada uno de nosotros debe hacer sobre su propia libertad” (2000)

Si como individuos dejamos de lado la ética en todos nuestros ámbitos de la vida, jamás se verá reflejada a nivel profesional, ya que indudablemente se encuentra ligada dentro de cada uno de estos y a su vez da pie a la existencia de diversos valores. Como docentes es de suma importancia tener en claro la ardua labor que tenemos en nuestras manos, debido a que nuestra materia de trabajo son los niños, seres en pleno desarrollo, ávidos de sensaciones, ideas y conocimientos; quienes absorben de inmediato los buenos y malos ejemplos que solemos brindar.

DESARROLLO

En recientes fechas las sociedades están colapsando y el único culpable es nada más y nada menos que el ser vivo” más inteligente” de este planeta, el ser humano, estamos agotando nuestros recursos y acabando unos con otros, pero ¿Por qué el cambio tan drástico?, si llegamos a ser los que somos gracias a nosotros mismos, es decir a nuestra especie, gran medida de estas acciones es debido a que los objetivos se han ido transformado, en la antigüedad lo fundamental era la supervivencia de toda la especie, todos se unían para conseguir dicho objetivo, en la actualidad los objetivos son individualistas, el “yo” es primero, sin importar sobre quien o quienes se debe pasar o incluso acabar.

Me es importante mencionar todo esto ya que no existe ética si no existe la capacidad de convivir en sociedad, si dejamos de ser humanos.

“La humanidad es la capacidad de una forma de vida que nos damos unos a otros, una especie de matriz social, el útero de la sociedad del cual nacemos por segunda vez” (Savater, 2000)

Terminamos con nuestra humanidad cuando nos deja de importar el bienestar del resto de los individuos, de la naturaleza, de nuestro mundo y es justo aquí cuando también nos olvidamos de nuestra ética y pisoteamos la dignidad de nuestro prójimo. Pero ¿qué tiene que ver esto con la educación?, pues si prestamos un poco de atención, nuestra personalidad, ideales, creencias, ideologías, en si gran parte de lo que nos conforma como seres, es desarrollado dentro de la edad educativa, la cual la pasamos en gran medida en una institución, si desde pequeños no nos motivan a desarrollar el amor y respeto hacia los demás, cuando se es mayor es irrelevante o muchas veces desconocido.

Es aquí donde comienza nuestra labor docente, la cual no solamente se basa en depositar contenidos dentro de la mente de los niños o repetir letras, números, formas y palabras sin ton ni son, es más importante que eso, si bien los niños pasan importantes horas al día con nosotros. En primer lugar hay que respetarlos, no por el hecho de que sean pequeños significa que son menos importantes que los adultos, valen lo mismo y en ocasiones hasta más, porque son auténticos, honestos y cálidos, características que solemos perder al crecer; al respetarlos estamos fortaleciendo su dignidad y mostrando la nuestra.

“La dignidad es considerar a cada individuo como alguien proyectado hacia un futuro de acciones y de libertad y no simplemente condicionado por la necesidad, la traición y la genealogía” (Savater, 2000)

Y solo esta tiene la facultad de “rescatarnos de la insignificancia”, no hagamos sentir a nuestros alumnos insignificantes, no somos celadores, ni verdugos. Al crecer solemos repetir patrones, de nuestra familia, de nuestros maestros, de nuestros amigos, de todos los que nos rodean, es por eso que el ambiente dentro del aula debe incentivar un clima de confianza para con los alumnos y entre los alumnos. Otro valor que conforma la ética es la solidaridad, nadie debe de abandonar a nadie, como en la antigüedad cuando nuestros antepasados cuidaban de unos a otros de cualquier depredador o peligro que pudiera causar la extinción de la especie, de la misma forma debemos procurar el bienestar común, esto se puede desarrollar dentro del aula escolar, preparando actividades en las cuales todos pongan de su parte para lograr objetivos en conjunto y no priorizar la individualización o competencias que cusen problemas y conflictos entre alumnos.

A la par del desarrollo de la dignidad, el respeto y la solidaridad, también igual de importante es la tolerancia, valor que carece en la actual sociedad en la que cohabitamos, raíz de muchos enfrentamientos sociales, políticos, personales e incluso naturales; sí tan solo fuéramos tolerantes en lo mínimo se podrían evitar guerras y enormes desastres que poco a poco están consumiendo al hombre. Podemos empezar como he dicho anteriormente, de la forma más mínima,

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