Las Maestras De Obra

“Las Maestras de obra”

Gracias al creciente aumento de las edificaciones en Bolivia es que la participación de la mujer en el área de la construcción aumentó sustancialmente.

La idea de que una mujer tomara parte en este tipo de actividades donde muchas veces implica un trabajo duro y peligroso era inconcebible.

La realidad está demostrando que la presencia laboral femenina en este sector se está imponiendo rápida y sólidamente. Se puede observar cada vez más que las mujeres no solo participan en las obras como ayudantes realizando trabajos pequeños y delicados, ellas también realizan labores específicas cumpliendo tareas pesadas, se las observa en los andamios y cargan sobre sus hombros al igual que lo hombres materiales y herramientas. Son expertas en hacer pintados, barnizados y acabado fino y en muchos casos son más eficientes en la toma de decisiones, todo esto con la misma jornada laboral que los hombres, pero además con la cargada tarea doméstica en la casa.

Pese a que la presencia femenina en esta área va en aumento es uno de los sectores económicos que menor número de mujeres emplea, según el periódico La Prensa solo en La Paz hay al menos 6.500 trabajadoras y escala nacional son unas 12.000, antes en Bolivia habían 7000 obreras en su mayoría ellas eran trabajadoras del hogar sus ingresos eran bajos pero ahora en este trabajo aunque riesgoso ganan entre 60 y 80 Bs. El jornal Y el pago es semanal incluso trabajan por contrato por lo que perciben por día 100 Bs.

La incorporación de la mujer al sector de la construcción, está siendo una progresiva realidad, gracias al esfuerzo personal de ellas mismas y de la apuesta por algunas empresas a favor de la igualdad de oportunidades. Este fenómeno se produce en un sector de actividad con presencia tradicionalmente del género masculino, y no sólo en las labores administrativas y de gestión, sino en las propias obras.

Las mujeres en este rubro no sólo deben afrontar los mismos obstáculos que el resto de las mujeres trabajadoras, sino que a él se añade ese perfil propio de absoluta predominancia masculina.

En este proceso de integración, las mujeres han tropezado tradicionalmente con el problema de sus compañeros varones, que se resisten a aceptar que las mujeres realicen tareas basadas en la fuerza física o que impliquen cierto riesgo físico, aunque es un problema que con la creciente presencia de mujeres en la obra tiende a desaparecer.

Es importante la formación para romper con situaciones como las que se dan en estos trabajos, donde es habitual iniciar el aprendizaje a tempranas edades y son chicos los que se incorporan a estas actividades, pero difícilmente chicas. Una cuadrilla aceptan perfectamente a un chico de 16 años como aprendiz, pero difícilmente emplearan a una chica de esa edad.

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