Pequeña obra maestra
Enviado por evita19 • 28 de Octubre de 2014 • Informe • 439 Palabras (2 Páginas) • 229 Visitas
Introducción
Cuando leí por primera vez Re e nc ue ntr o, de Fred Uhlman, hace algunos años, le escribí al autor (a quien sólo conocía por su reputación como pintor), diciéndole que, a mi juicio, se trataba de una pequeña obra maestra. Tal vez sea necesario explicar el calificativo. Hacía referencia a las reducidas dimensiones del libro, y a la impresión de que si bien su tema era la tragedia más espantosa de la historia del hombre, estaba escrito en un nostálgico tono menor.
Por su formato, Reencuentro no es una novela ni un cuento, sino u n a novella, forma artística ésta que es más apreciada en el continente que aquí, en Gran Bretaña. Le faltan el volumen y la cualidad panorámica de la novela, pero tampoco es un cuento, porque generalmente éste aborda un episodio, un fragmento de la vida, en tanto que la novel l a pretende ser algo más completo: una novela en miniatura. En este contexto, Fred Uhlman ha conseguido un éxito admirable... quizá porque los pintores saben cómo adaptar la composición a las dimensiones de la tela, en tanto que los escritores disponen, infortunadamente, de una reserva ilimitada de papel.
También ha conseguido comunicar a su narración una cualidad musical que es al mismo tiempo obsesionante y lírica. «Mis heridas», escribe su protagonista, Hans Schwarz, «no han cicatrizado, y quienes me traen el recuerdo de Alemania no hacen más que frotarlas con sal.» Sin embargo, sus recuerdos están impregnados de añoranzas por «las onduladas y serenas colinas azules de Suabia, tapizadas por viñedos y coronadas por castillos», y por «la Selva Negra, donde los bosques umbríos, que olían a setas y a las lágrimas de resina ambarina, eran atravesados
por un cañamazo de arroyos poblados de truchas, sobre cuyos márgenes se levantaban los aserraderos». Le hostigan hasta obligarlo a huir de Alemania y sus padres son empujados al suicidio, pero el regusto que deja la novella es el de la fragancia del vino local servido en posadas de troncos oscuros, sobre las riberas del Neckar y el Rin. No hay el menor rastro de furia wagneriana: es como si Mozart hubiera reelaborado el Götterdämmerung.
Se han escrito ya centenares de gruesos tomos acerca de la época en que se fabricaba jabón con cadáveres para mantener la limpieza de la raza superior, pero pienso sinceramente que este delgado volumen ocupará un lugar perdurable en cualquier biblioteca.
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