Las formas y los problemas en el libro "Еl Alma de la Тoga" Аngel Оsorio
Enviado por WaltSann10 • 17 de Junio de 2015 • Reseña • 2.206 Palabras (9 Páginas) • 266 Visitas
Licenciado Amado Tiznado profesor del curso de oratoria de la universidad de Chiclayo, compañeros todos buenos días.
En 1996 el escritor y poeta italiano Arturo Graf dijo lo siguiente… Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?, me trae a conciencia que un abogado para que defienda la libertad y derechos de las personas tiene primero que ser libre por dentro, uno mismo liberarse de las cosas oprimidas y así con ello poder defender la libertad de cada uno de los integrantes de la sociedad.
A continuación explicare los capítulos respectivos de la obra más selecta en el mundo jurídico cual autor ha sabido llegar a su público con su obra selecta “El Alma de la Toga” de Ángel Osorio que nos explica cómo se forma un abogado y los retos que con este se debe pasar.
Que sería de los derechos de las personas si los Licenciado en Ciencias Jurídicas no ejercieran su profesión
El abogado corresponde exclusivamente a esta denominación el licenciado en Derecho que ejerce profesionalmente la dirección y defensa de las partes asesoramiento y consejo jurídico.
Es la persona legalmente autorizada para que en un juicio pueda presentarse por palabras o por escritos los derechos que desea defender en su caso o bien los que el cliente desea que se le defiendan.
Entonces el abogado debe creer principalmente en sí, fiar en sí. La fuerza que en sí mismo no halle no la encontrará en ninguna otra parte.
Vivir la propia vida. Seguir los dictados que uno mismo se imponga y desatender lo demás.
En nuestro Ser, hallase la fuerza de las convenciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble estímulo para anteponerla al interés propio.
La sensación de justicia es algo que viene del interior de uno siempre que una persona tiene esa sensación puede contagiar a los demás asumiendo responsabilidades pues hace que lo correcto es lo que está haciendo
Ser abogado no es saber el Derecho sino conocer la vida. El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, porque hombre precavido vale por dos sentimientos para advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desventurado cascaron con forma de abogado pero por dentro será nadie.
Según nos dice el autor, se supone que cuando un abogado acepta un caso, es porque está defendiendo una causa justa y éste deberá hacer todo lo moralmente y todo lo que dentro de lo justo cabe, para defenderlo. Y aquí es donde entra otra cosa importante Abogado que desista al qué dirán, debe tener manchada su hoja de servicios con la nota de cobardía pues para lo que muchos sea correcto, puede que para otros no lo sea; y si nos dejamos llevar por lo que dicen los demás jamás llegaremos a ser quienes en un principio soñamos
El secreto profesional es muy sencillo solo podemos obtenerlo de los más grandes los sabios los que ya vivieron en su momento la que en este momento comenzamos a realizar como abogados
A ciencia cierta no tenemos un secreto bien establecido como todos conocemos y decimos como el secreto del éxito y vemos a cada día que pasa forjamos el destino nuestro a cada día con coraje no será fácil el camino y pues los malos momentos pasaran pero tendremos que superarlo como profesionistas que somos
En ocasiones se verá la chicana como una de las mejores opciones pues más vale un mal arreglo que un caso perdido. Por ejemplo, puede que nosotros estemos totalmente seguros que nuestro cliente es inocente que las pruebas y argumentos presentados son falsos y que la prueba primordial para ganar el caso nos esté llegando por decir el jueves al mediodía, pero la última sesión del juicio es el miércoles en la tarde. Es aquí donde queda totalmente a discreción del abogado si hace una chicanearía por una buena causa o se rige por lo ya estipulado por la ley, con posibilidades de perder el caso.
Es totalmente acertado que la abogacía es una constante lucha de pasiones, pero está en nosotros no dejarnos caer o tomar el camino fácil a ellos. Esto no quiere decir que debamos ser totalmente fríos sino que no podemos inclinarnos por involucrarnos mucho o no involucrarnos en lo absoluto y simplemente que sea una cuestión de ganar, por dinero solo veámoslo monetario así de simple y es que muchas personas esperan conectarse en algún momento con su abogado, es decir, que este pueda sentir un poco de su sufrimiento. Pero me parece que el abogado debería detenerse a analizar la situación, preocuparse por su cliente sin pasar ese límite en el que todo se vuelve personal y ampararse y hacer buen uso de lo que dicta la ley.
Me parece que para proceder muchísimo mejor en un caso, es de gran importancia llegar a conectarse con el cliente. Para esto, es bueno dejar a un lado nuestros intereses y nuestro bienestar, y ponernos en los zapatos del cliente. No es cuestión de olvidarse quiénes somos, sino el renunciar a ciertas cosas que podrían interrumpir nuestro trabajo y utilizar nuestras facultades como buenos abogados.
La independencia del abogado apela a su inteligencia y al criterio de discernimiento viviendo objetivamente lo bueno y lo malo para demostrar lo justo; en otras palabras el abogado por su libertad puede actuar bien o mal, siendo consciente del acto a realizar.
La profesión de la abogacía es simplemente maravillosa, este es un trabajo que necesita de mucha dedicación y esfuerzo, pero más que todo necesita ser amada. Involucra muchos sacrificios, como el dedicarle muchísimas de nuestras horas de sueño, aunque el autor nos dice que es preferible que le dediquemos las primeras horas de la mañana porque así el entregamos nuestros primeros esfuerzos y no las de la noche en la que simplemente le entregamos los residuos.
La palabra es un don, que muchos aún no hemos aprendido a utilizar; al mismo tiempo puede ser un arma, ya que si no la utilizamos correctamente tanto otras personas como nosotros podemos salir heridos. Es cuestión de darle el uso correcto y también del mérito respectivo, pues de no ser por ella muchos de nosotros seriamos salvajes, ateos sin motivo de existencia alguna, ya que gracias a la palabra es que al pasar de los años se fueron difundiendo todas nuestras creencias, explicaciones de existencia, se concretan negociaciones, etc.
Como ya he mencionado antes la abogacía es una profesión para ser amada, de no ser así hay que ir considerando otras profesiones. Es necesario sentir esa
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