Las instituciones políticas europeas: la Corte

Las instituciones políticas europeas: la Corte

La consolidación del poder monárquico en los primeros estados modernos implicó que se desarrollara un gobierno centralizado, una justicia aplicada en todo el territorio de dominio real, una burocracia de funcionarios provenientes de la nobleza, una diplomacia activa, un ejército real y no señorial y un sistema fiscal, así como un tribunal para administrar justicia.

Como puedes ver, hubo una transición del gobierno feudal desde el momento en el que el señor centralizaba las funciones políticas, judiciales y militares en su persona, hacia una forma político-administrativa en la que éstas se dividían las tareas en distintas instancias para su mejor funcionamiento. El eslabón entre el mundo feudal y el mundo moderno lo encontramos en la Corte, de donde surgieron los principales funcionarios a partir del siglo XVI.

En la monarquía como institución, confluían todos los poderes del nuevo Estado, es decir, supremo gobernante, legislador, jefe militar y cabeza de la Iglesia (en los países protestantes y en los ortodoxos). En los católicos existió siempre la disputa entre el Papa y los diversos reyes católicos. El rey iba acompañado de su dinastía; eran importantes el matrimonio y la sucesión de la familia real, incluso en las monarquías electivas.

La primera de estas instituciones fue la Corte, espacio donde se exhibía el poder real por medio de ceremonias festivas, religiosas y protocolarias, que iban acompañadas de las normas de la etiqueta cortesana, cuya función era afirmar la soberanía real. La Corte sirvió para domesticar a la aristocracia, pero también funcionó como baluarte de ésta para forzar y pactar con el poder real. Era el espacio de la vida del rey, ya que no existía diferencia entre lo público y lo privado; era a su vez el centro de gobierno.

A fines del siglo XVI se habían formado grandes cortes en Londres, París, Madrid y Viena, pero también en Estocolmo. Cada vez era más grande el número de cortesanos: de cientos en el siglo XVI (la corte de Viena) de miles en el siglo XVII e inicios del XVIII (la corte de Versalles). El aumento del número de personas modificó la complejidad de la Corte y sus funciones. Pronto se instituyeron normas escritas que reglamentaban aspectos como la economía cortesana, incluso el ceremonial y la forma de vida de las personas.

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