“Las señoritas de Avignon”, Pablo Picasso
Enviado por marentestracy • 7 de Marzo de 2015 • 614 Palabras (3 Páginas) • 225 Visitas
“Las señoritas de Avignon”, Pablo Picasso
Composición: Distribución de las figuras y movimientos en un esquema organizado.
La composición rompe radicalmente con las leyes de la perspectiva. A la izquierda, la composición está impostada en una sucesión de figuras rectas, de ritmo tenso; a la derecha, la composición se deshace, las caras de las dos mujeres se transforman en máscaras absurdas, fetiches.
Las figuras se sitúan en un marco irreal: no hay luz ni sombras, ni diversidad de planos. La única realidad es la superficie del cuadro. Los fondos geometrizados de color ocre, blanco y azul no sugieren la idea de la tercera dimensión.
Los tonos azules parece que quieren herir la sensibilidad del espectador y, al aparecer contorneados de blanco, remarcan el planismo general de la obra.
Las figuras centrales tienen los ojos en posición frontal, y la nariz de perfil. La perspectiva es sólo un recurso que se puede utilizar con total libertad; en el siglo XX pueden hacerse servir (como lo hacía El Greco) diversidad de perspectivas en una misma figura.
El uso del color es también totalmente libre: el ocre de los cuerpos podría referirse al color de la tierra y establecer un interesante juego de ritmos de gran expresividad al contrastar con los colores del fondo. Los contornos están reducidos a configuraciones básicas, como las "V" repetidas en el entrepiernas, codo, pecho y formas dentadas del fondo. En los rostros destacan las rayas de color verde y azul en un impulsivo intento de descomponer las superficies de las caras.
La figura de la derecha está en posición de tres cuartos, desde atrás (con el pecho y el muslo visibles entre la pierna y el brazo más altos). Picasso ha roto o abierto el cuerpo a lo largo del eje central de la columna y ha retorcido hacia arriba la pierna y brazo posteriores para que estén sobre el plano de la pintura, sugiriendo una visión directamente posterior y anormalmente estirada; la cabeza también ha sido retorcida para que mire al espectador de cara. Es como si Picasso hubiese dado una vuelta de 180 grados alrededor de su modelo y hubiese sintetizado sus impresiones en una sola imagen. La ruptura con la perspectiva tradicional desembocaría en lo que se ha convenido en llamar "visión simultánea".
Todo tiende a producir el efecto de que la superficie sobre la que trabaja el pintor es plana, sensación que en Las Señoritas viene acentuada por el hecho de que el cortinaje está tratado de la misma angular que las figuras.
Crea en esta composición uno de los aspectos más nuevos y revolucionarios: el espacio corpóreo (muy distinto del espacio perspectivo del Renacimiento). El espacio ya no es el factor común que armoniza los elementos del cuadro, sino un elemento como los demás, real, concreto, que se deforma y descompone de la misma manera que las figuras: expresa al mismo tiempo volumen y espacio.
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