"Leer Es Chido" De Carlos Martines
Enviado por ouru • 24 de Febrero de 2015 • 881 Palabras (4 Páginas) • 749 Visitas
Leer es chido
Aquí y allá se desgarran las vestiduras por los catastróficos resultados que unos exámenes nacionales, aplicados a estudiantes de primaria y secundaria, arrojan sobre las capacidades lectoras y matemáticas de los niños y adolescentes mexicanos. Claro que esos indicadores son muy preocupantes, pero el eslabón más débil es precisamente el que fue evaluado y sobre él se lanzan todo tipo de invectivas, lamentos y descalificaciones.
El reprobado es el sistema educativo, incapaz -por las razones que se quiera- de contagiar a los estudiantes del gozo de leer, de aprender por sí mismos esa aventura que es escuchar a un autor(a) y dialogar con él/ella. Un indicador que no falla es el que muestra qué estado guarda la lectura en la etapa más alta del peregrinar escolar no escribo educativo porque eso es otra cosa. Ya lo dijo con aguda certeza Gabriel Zaid: "el problema del libro no está en los millones de pobres que apenas saben leer y escribir, sino en los millones de universitarios que no quieren leer... Lo cual implica (porque la lectura hace vicio, como fumar) que nunca le han dado el golpe a la lectura: que nunca han llegado a saber lo que es leer" (Los demasiados libros, p. 52).
Lo que afirma Zaid no es hiperbólico, es fatalmente real: los más equipados para leer, los universitarios nada más no leen, y si lo hacen, mal comprenden lo leído. Estamos hablando, por supuesto en términos generales, porque en este páramo, tan o más desolado que el descrito con enorme maestría por Juan Rulfo en su cuento Luvina, existe una minoría lectora que evita la hecatombe. Y no es porque los lectores asiduos sean superiores en cualquier sentido a quienes no leen, es solamente porque son afortunados al retroalimentar la vida con libros y éstos con aquélla.
Me entero, gracias al comentario de Sandro Cohen ("Ignorancia universitaria", Laberinto, 7/10), de un estudio-encuesta que hicieron Rosaura Hernández Monroy y María Emilia González, publicado en la revista Fuentes Humanísticas de la UAM. La investigación se titula: "Los jóvenes y la lectura en el ámbito universitario".
A diferencia de la UNESCO, que considera como lector consuetudinario a quien lee por lo menos 20 libros al año, las autoras clasifican como lector experto a quien lee un libro mensualmente, es decir, 12 volúmenes al año. En su medición nada más 12.7 por ciento resultaron lectores expertos. El resto (87.3 por ciento) queda como intermedio o inexperto, con cinco horas dedicadas a la lectura por semana y cinco a la quincena, respectivamente.
¿Esas cifras podrían ser de otra manera cuando el sistema educativo está orientado para ahuyentar de la lectura a los estudiantes? Entre nosotros el libro es un objeto extraño, y ejemplo de ello es la tendencia dominante que encontramos entre los profesores de primaria y secundaria -aunque
...