¿Leer por placer o por obligación?

¿Leer por placer o por obligación?

Por una parte, partiendo de una perspectiva metacognitiva y acercándonos al conocimiento popular, es conocido por todos y todas que prestamos más atención y recordamos mejor cuando nos sitúan frente a una esencia de lectura que nos despierta interés.

Si partimos de esta premisa, parece oportuno y lógico inclinarnos hacia la opción de leer por placer y no por obligación. El aprendizaje resulta significativo cuando es conectado con los conocimientos previos e intereses del alumnado, así con las lecturas debería suceder igual. Ofrecer un abanico de lecturas que puedan despertar interés y motivación en el alumnado, que le permitan partir de un marco de conocimientos previos, y que colaboren en la propuesta de un encuadre contextual y semántico que permita avanzar al alumnado no sólo en una lectura mecánica o de tipo sintética sino también analítica y cargada de significados.

Por otra parte, las lecturas obligatorias pueden ser planteadas de distintas maneras, por ejemplo, ofreciendo un amplio abanico entre el cual el alumnado pueda elegir, tenga margen de decisión y se promueva así la toma de decisiones. ¿Qué opinan?

Nobile, A. (1992). Literatura infantil y juvenil. Madrid: Ediciones Morata.

Nodelman, P. y Reimer, M. (2003). The pleasures of children’s literatura. Boston: Allyn and Bacon.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. (2014). Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria. Publicado en Boletín Oficial del Estado nº 52, del 1 de marzo de 2014. España.

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